Thomas Adès, a los 50
Irrumpió internacionalmente como compositor con el prestigioso Premio Grawemeyer, en 2000, por su obra orquestal Asyla. Una composición que había servido a Simon Rattle como despedida de su etapa al frente de la City of Birmingham Symphony, en 1998, pero también como bienvenida al frente de la Filarmónica de Berlín, en 2002. Y que se convirtió pronto en un hito de la música contemporánea. Pero la reputación de Thomas Adès (Londres, 1971) ha seguido creciendo en las dos décadas siguientes, como compositor, pero también como director de orquesta y pianista. Sus dos últimas óperas, La tempestad y El ángel exterminador, se cuentan entre las pocas producciones de ópera contemporánea programadas en la Metropolitan Opera de Nueva York. Una música capaz de concitar la imaginación y la originalidad con el virtuosismo técnico y una asombrosa capacidad comunicativa.
Adès recibió a SCHERZO en el Auditorio Nacional, en noviembre pasado, durante su última visita a España para dirigir a la Orquesta Nacional. Pero la conversación ha seguido en los meses siguientes por correo electrónico y por teléfono. Una forma de ahondar en su fascinante universo musical, que mira al pasado como proyección de futuro. Y de encarar las dificultades presentes e incorporarlas en el proceso creativo. Hablamos acerca de nuevas composiciones, próximos estrenos, experiencias inolvidables e intérpretes de referencia en vísperas de la celebración de su 50º cumpleaños. También de su fascinación por España, donde esperamos escuchar más a menudo sus composiciones y ver representadas sus óperas.
Cuando hablamos en Madrid, en noviembre, me dijo que sentía una gran similitud musical entre el momento actual y lo vivido en torno a 1920.
Creo que esta similitud ayuda. Entonces la cantata Las bodas de Stravinsky supuso un gran cambio estético obligado por las circunstancias. No era posible una gran orquesta y se optó por cuatro pianos como una solución práctica. Fue como la crisálida que se transforma en mariposa. Por supuesto que se siguieron componiendo obras para gran orquesta, pero Stravinsky había inventado un nuevo sonido.
También salió Respighi en nuestra conversación. Y ahora recuerdo que, en su playlist de Primephonic, recomendaba La Befana, de Fiestas de Roma, dirigida por Toscanini.
Adoro esa grabación de Toscanini. Es pura adrenalina. Pero me refería a Respighi porque esta música nunca podría haber existido sin Petrushka o Las bodas. Efectivamente se volvió a componer para gran orquesta, pero con mayor libertad. Y esto es lo que espero que suceda también ahora.
Usted sigue componiendo para gran orquesta. Y creo que acaba de terminar una sinfonía a partir de su ópera El ángel exterminador. ¿Qué nos puede adelantar de ella?
Es verdad, acabo de terminar esa sinfonía. Tiene cuatro movimientos y tres de ellos son más o menos pasajes de la ópera bastante completos. Pero para el cuarto he utilizado bocetos. Y ha sido como unir los trozos de una pieza de porcelana rota. Un proceso inverso al habitual, ya que he partido de mis propios fragmentos para crear un objeto original.
Este año estaban previstos varios estrenos y conciertos con obras suyas en Londres relacionados con el programa “Thomas Adès a los 50”. Por desgracia, varios se han cancelado por la pandemia y otros están en el aire. En todo caso, usted había elegido su Totentanz para celebrar su cumpleaños, el próximo 6 de marzo al frente de la London Symphony Orchestra (LSO). Una obra que combina lo irónico, lo brutal y lo divertido con un final evocador. ¿Por qué la eligió?
Creo que es una mezcla apropiada cuando vas a cumplir cincuenta. Pero al final hemos tenido que cambiar el programa por las medidas sanitarias. Y hemos elegido In Seven Days, con Kirill Gerstein como solista, junto a la Sexta sinfonía de Sibelius, que es una pieza que adoro. De hecho, In Seven Days y Totentanz son dos obras muy diferentes, pero también representan opuestos de una misma idea, pues la primera trata de la creación y la segunda de la destrucción. (…)
Pablo L. Rodríguez
[Foto: Marco Borggreve]
(Comienzo de la entrevista publicada en el nº 370 de SCHERZO, de febrero de 2021)