Renée Fleming: La voz natural

Es la única cantante de ópera a la que se le ha dedicado un asteroide, sale en la televisión estadounidense preparando galletas con Martha Stewart y Snoop Dogg, canta en público con Elton John… Estamos hablando de la diva estadounidense Renée Fleming, una de las más grandes sopranos de las últimas décadas, la que hizo decir a un director de orquesta tan severo como Georg Solti lo siguiente: “En mi vida sólo he conocido a dos sopranos con semejante calidad de canto, y la otra fue Renata Tebaldi”. Una característica especial de esta gran artista es su compromiso con todos los géneros musicales: el repertorio operístico, por supuesto (desde el bel canto italiano hasta Richard Strauss, desde el Barroco hasta la ópera francesa del siglo XIX), pero también la música de cámara, muchos estrenos mundiales e incluso actuaciones en Broadway (Carousel) y apariciones en bandas sonoras premiadas (El señor de los anillos).
Su última grabación, Voice of Nature: the Anthropocene, con Yannick Nézet-Séguin al piano, salió a la venta hace unas semanas. Se trata de una excelente selección de canciones que empieza por Liszt, Fauré y Grieg y termina con tres piezas encargadas por ella. Su hilo conductor es la relación entre la belleza de la naturaleza y el impacto a menudo devastador del hombre.
Al presentar su último cd, Anthropocene, dijo que “esta música arranca hace casi dos siglos, cuando la gente tenía una profunda conexión con la belleza de la naturaleza”. Este equilibrio, imagino, se ha roto de alguna manera…
Sí. En este álbum encontramos los grandes lieder de la época romántica, las palabras con las que los poetas describían esta relación, y luego saltamos a la actualidad, cuando la Madre Naturaleza sufre profundamente. Por eso pedí a tres compositores que describieran en música cómo se da esta relación hoy. El cd se basa en este contraste entre presente y pasado.
Imagino que en la elección de las piezas participó Yannick Nézet-Séguin. ¿Qué criterios les guiaron?
Así es, fue un esfuerzo conjunto, y él ciertamente —al ser francocanadiense— quiso incluir piezas de Fauré y Hahn, pero también la elección de Grieg y Liszt fue casi inmediata. Es un repertorio que conocíamos bien y pensábamos que podíamos interpretar con gran calidad.
Hablemos de las tres piezas contemporáneas: Evening de Kevin Puts, Endless Space de Nico Muhly y Aurora Borealis de Caroline Shaw (esta es su primera grabación mundial). La de Puts me parece que evoca atmósferas straussianas, mientras que la de Muhly tiene un lenguaje más seco. ¿Puede describírnoslas?
He trabajado mucho con Kevin en los últimos años, ya que hemos hecho dos versiones diferentes de Letters from Georgia, un proyecto que pone música a las cartas de Georgia O’Keeffe: una partitura que he interpretado muchas veces con diferentes orquestas y que volveré a cantar en un futuro próximo. Me encanta la forma en que ha sido capaz de escribir para mi voz, así que estoy deseando llevar a escena la ópera Las horas, basada en la novela de Michael Cunningham ganadora del Premio Pulitzer y la película ganadora del Oscar. Habrá una primera representación en forma de concierto en primavera con la Philadelphia Orchestra y luego una producción escénica en el Met la temporada siguiente. Así que me pareció obvio pedirle a Kevin que escribiera una pieza para mí. Nico Muhly también es mi amigo, y él también ha tenido el honor, bastante raro, de estrenar dos óperas en el Met, pero nunca habíamos trabajado juntos. Su composición se basa en un texto que yuxtapone versos del teólogo inglés del siglo XVII Thomas Traherne con extractos de los escritos de Robinson Meyer, periodista y experto en cambio climático: capta muy bien la idea de este álbum. (…)
Nicola Cattò
[Foto: Andrew Eccles]
(Comienzo de la entrevista publicada en el nº 378 de SCHERZO, de noviembre de 2021)