LIBROS / Irvine Arditti: memoria viva de la música contemporánea

IRVINE ARDITTI: Collaborations. Reflections on 50 Years of Working with Composers. SCHOTT MUSIC (Maguncia, 2023). Un volumen en inglés de 520 pág.
No cabe duda de que Irvine Arditti pertenece a ese selecto grupo de intérpretes que, por derecho propio, pueden decir que han marcado la historia de la música, ya sea por su trabajo mano a mano con los más grandes compositores, ya por su promoción y estreno de nuevas partituras, así como por haber servido de inspiración (y orientación) a tantos creadores como se han valido de su violín y de su cuarteto para seguir ampliando los horizontes de la música contemporánea.
Es por ello que, desde hace décadas, muchos hemos sido los que le hemos pedido al violinista londinense que dejase por escrito sus memorias: las de un músico que, con su liderazgo del Arditti Quartet desde el año 1974, ha aquilatado una experiencia que se antoja crucial tanto para las futuras generaciones de intérpretes como para quienes deseamos conocer en mayor profundidad su trabajo. Durante el confinamiento del año 2020, Irvine Arditti encontró finalmente el tiempo necesario para dar forma al conjunto de apuntes que había ido tomando a lo largo de su carrera, hasta este 2023 en que ha cumplido sus primeros 70 años de vida. Así, este nuevo volumen complementa lo ya escrito por Arditti en The Techniques of Violin Playing, libro publicado hace una década por la editorial germana Bärenreiter.

Las 120 páginas de aquel volumen se ven sustancialmente ampliadas en Collaborations. Reflections on 50 Years of Working with Composers, libro editado por la también alemana Schott Music que Arditti estructura en función de su trabajo con los que considera compositores más importantes con los que ha colaborado desde la fundación del Arditti Quartet, pues, aunque Irvine Arditti comparta con nosotros sus experiencias musicales desde su primera infancia, así como sus años como primer violín de la London Symphony Orchestra, o sus pinitos juveniles como compositor, es sin duda el cuarteto que lleva su nombre el que le ha permitido entrar en contacto con los veinticinco compositores que protagonizan, junto con el propio Arditti, este libro.
En enero de 2023, Scherzo se convirtió en el primer medio internacional en publicar un capítulo de estas memorias: el dedicado a György Ligeti, revisado por el propio Arditti expresamente para nuestro Dosier con motivo del centenario del compositor magiar. Si bien en su revisión Arditti destacó las anécdotas y los recuerdos, a nivel humano, de su trato con Ligeti, tanto en el capítulo consagrado al genio húngaro como en los restantes lo que prima es un minucioso análisis de las partituras con instrumentos de cuerda más destacadas que han tocado Irvine Arditti, como solista, o su cuarteto, incluyendo obras de cámara y conciertos para violín/cuarteto y orquesta.
Veinticinco son los compositores que vertebran este libro, agrupados en veinticuatro capítulos, en el siguiente orden y número de páginas por compositor (que señalamos entre paréntesis): Iannis Xenakis (18), György Ligeti (26), Mauricio Kagel (3), Hans Werner Henze (10), Jonathan Harvey (22), Luciano Berio (16), Brian Ferneyhough (40), Elliott Carter (36), Giacinto Scelsi (7), Luigi Nono (22), Roger Reynolds (21), James Dillon (31), Wolfgang Rihm (29), György Kurtág (46), Pierre Boulez (16), John Cage (28), Helmut Lachenmann (22), Salvatore Sciarrino (14), Witold Lutosławski y Henri Dutilleux (10), Francisco Guerrero (4), Harrison Birtwistle (11), Karlheinz Stockhausen (12), Toshio Hosokawa (18) y Hilda Paredes (30).

Una amplia mayoría, por tanto, de compositores europeos, seguidos por los estadounidenses, por un japonés y por una mexicana (única mujer de la lista), Hilda Paredes, esposa de Irvine Arditti desde el año 1999, además de figura crucial para dar el último empujón al violinista para completar estas memorias.
Obviamente, excedería los márgenes de una reseña al uso el pormenorizar lo desgranado en cada uno de estos capítulos, así como en el que sirve de introducción, en el que Arditti comparte los recuerdos de sus años de formación y de las temporadas en las que tocó con distintas orquestas londinenses, hasta el momento en que comprendió que una dedicación completa al Arditti Quartet, en los términos que se había planteado, era incompatible con ser primer violín de la Sinfónica de Londres.
Recorrer estas 520 páginas prolijamente ilustradas con decenas de fotografías y cientos de partituras supone adentrarse en lo más relevante de la composición para cuerdas de los últimos cincuenta años: efeméride, la del medio siglo de existencia, que el Arditti Quartet cumplirá el 7 de marzo de 2024. Irvine Arditti se detiene en algo tan importante como señalar qué aporta cada partitura al desarrollo del cuarteto de cuerda, así como especifica los escollos con los que el intérprete se encontrará y cuáles fueron sus estrategias para solventar las monumentales dificultades que veremos en ejemplos de partituras que se antojan sobrehumanas, pero que, precisamente por la titánica labor del Arditti Quartet, sabemos que son técnicamente realizables.
Pero si Collaborations. Reflections on 50 Years of Working with Composers es un libro con una fuerte carga técnica y musicológica, no menos potente es su vertiente humana e histórica; al punto de que puede servir a los jóvenes intérpretes para aprender cómo ha de ser el trato de un músico con un compositor: desde el respeto pero, también, desde la firmeza en las propias convicciones, de lo cual son un buen ejemplo los roces y las tensiones que con creadores como Mauricio Kagel, Luciano Berio, Luigi Nono o Salvatore Sciarrino nos refiere Arditti; así como el modo en que se resolvieron.

Es por ello que prima la admiración a los compositores en este volumen seleccionados, así como todo un hervidero multicultural que, desde México a Japón, pasando por España, espejea esa envidiable vivencia del mundo que Irvine Arditti ha alquitarado desde su adolescencia, pues sus primeras visitas a Europa continental tuvieron como destino algunos de los grandes festivales y cursos de música contemporánea, como los de Darmstadt, para allí conocer a quienes un Arditti quinceañero entonces reverenciaba: los Messiaen, Xenakis o Stockhausen (compositor que protagoniza un divertidísimo capítulo escrito, en su primera parte, en forma de cuento que rememora el empeño que Arditti mantuvo, desde su juventud, por conseguir que el maestro alemán le escribiese una obra; finalmente: uno de los cuartetos de cuerda más peculiares de la historia, el Helikopter-Streichquartett del año 1993).
Frente a logros como aquél, recuerda Arditti los cuartetos ya comprometidos, pero que no llegaron a existir, por el fallecimiento de quienes hubiesen sido sus autores: compositores como György Ligeti, Witold Lutosławski, Luigi Nono o Henri Dutilleux, de los que no llegaron a estrenar un cuarteto escrito para el Arditti, pero con quienes el trabajo sobre los ya existentes es relatado con minucioso detalle.
Con ese mismo detalle, este libro se convierte en una historia del propio Arditti Quartet, ya no sólo del paso de sus sucesivos músicos, sino de las fases en las que el cuarteto se fue consolidando, incorporando estrategias para la interpretación como conjunto que, una vez más, confieren una dimensión pedagógica a esta edición, de la máxima relevancia para los jóvenes cuartetos que quieran conocer las dificultades más habituales con las que se encuentra un grupo de esta naturaleza. Los recuerdos de Arditti sobre Iannis Xenakis se refieren, así, a las partituras del griego que les enseñaron a tocar juntos como cuarteto, así como a los métodos de dirección interna por ellos utilizados para dar forma a las enrevesadas métricas xenakianas (lecciones, las recibidas de Xenakis, que Irvine Arditti impartió a los jóvenes músicos japoneses asistentes al Festival de Takefu en septiembre de 2022, de las cuales ya les dimos cuenta en Scherzo, y que conforman los eventos más recientes recogidos en este libro).
Por supuesto, Collaborations es, asimismo, un mapa de las diferentes estéticas que han definido la música del último medio siglo, especificando Irvine Arditti, una y otra vez, cómo el intérprete ha de flexibilizar su ejecución, apostando por ese directo trabajo con los compositores que ha sido seña de identidad de su cuarteto; especialmente —sostiene—, desde que en los años setenta y ochenta empezó a percibir cómo la música contemporánea era tomada finalmente en serio por los nuevos conjuntos especializados (de ahí, su decisión de dedicarse en exclusiva al cuarteto, algo que, afirma, le valió el reconocimiento y la mayor involucración de los compositores).
Un viaje, por tanto, apasionante, desde aquel Cuarteto de cuerda nº2 (1968) de György Ligeti que fue uno de los motivos para fundar el Arditti Quartet hasta las que define como las piezas más “clásicas” tocadas por su conjunto: los cuartetos nº1 y nº0 de Hans Werner Henze y Arnold Schoenberg. Entre los capítulos más extensos, se encuentran algunas de las relaciones de más largo recorrido del Arditti Quartet, como las que los unen con Brian Ferneyhough, James Dillon, Helmut Lachenmann, Wolfgang Rihm, György Kurtág, Salvatore Sciarrino, Toshio Hosokawa o Hilda Paredes, por citar a compositores vivos que siguen en contacto con el cuarteto londinense, acercándose a sus conciertos y con perspectiva —o eso esperan— de que nuevas composiciones se unan a la amplísima nómina de estrenos, conciertos y discos que aquí se desgranan.
Especialmente emotivo es el último capítulo, dedicado a Hilda Paredes, en el que se especifica de forma más detallada cómo el trabajo cotidiano con el Arditti Quartet puede llegar a marcar las decisiones técnicas y artísticas de los compositores, convirtiéndose cuartetos como Uy U T’an (1998) en una auténtica biografía del conjunto británico a través de las personalidades y de las formas de tocar de los músicos que lo han integrado en las últimas décadas.
Destacar, por último, la soberbia edición de Schott Music, en tapa dura y con una generosísima profusión de ilustraciones; así como, The last but not the least, la escritura de Irvine Arditti: tan afilada e incisiva como su propio violín, repleta de giros irónicos y contrapuntos mordaces en línea con la mejor tradición británica.
Paco Yáñez