Eleonora Buratto: “Anna Bolena es un rol verdaderamente increíble”
Dicen que no hay cosa más difícil que hacer una buena entrevista a un cantante, que solo hablan de sus actuaciones, de lo que han cantado, de lo que cantarán y de dónde lo harán. No es en absoluto el caso de la soprano Eleonora Buratto, que rompe clichés con una conversación franca, abierta e interesada por todo. Incluso íntima por momentos. Recuerda con cariño su debut operístico, en España, en Mahón, en 2007, con la Susanna de Las bodas de Fígaro. De ahí, por ese vínculo ya lejano, siente a España como su “segundo país”. Y se refiere con indisimulado afecto al Teatro Real —“donde me siento como en casa”, afirma— y al Liceu de Barcelona. Ahora, tras haber cantado en el Palau de les Arts el Requiem de Verdi, dirigido por Daniele Gatti, vuelve a Valencia para cantar el rol de Anna Bolena, en el marco de un ambicioso proyecto que agrupa su presencia en los próximos tres años en los tres grandes papeles femeninos de la Trilogía Tudor de Donizetti. Tras Anna Bolena, las próximas dos temporadas Les Arts será testigo de sus primeras interpretaciones de Maria Stuarda y Elisabetta (Roberto Devereux). “Es maravilloso adentrarme en estos tres importantísimos roles donizettianos que nunca había afrontado […] Llego a ellos en el momento justo de mi carrera, con la madurez —vocal y psicológica— óptima para asumirlos”, asegura Buratto.
Su agenda da vértigo. En apenas tres meses, Desdémona (Rossini) en Pésaro, ahora Anna Bolena en Valencia, Elisabetta (Don Carlo) en el MET y Don Giovanni (Donna Anna) en Tokio. Y en medio, recitales, galas y sustituciones, como la que acaba de hacer en Viena y que a punto ha estado de dar al traste con esta entrevista. ¿Hay vida fuera de la ópera?
Sí, lo de Viena ha sido algo muy de última hora, absolutamente imprevisto. Era la apertura oficial de la temporada. Tuvieron que cancelar La Juive de Halévy, por enfermedad de sus dos protagonistas, Sonya Yoncheva y Roberto Alagna. Sobre la marcha, decidieron abrir con dos títulos muy populares, La Bohème y Carmen, y con repartos muy importantes. Y me siento muy honrada por que hayan pensado en mí para hacer una función de La Bohème. ¡Y alternando el papel de Mimì con una cantante tan estupenda como Anna Netrebko! ¡Así que lo siento como un doble honor! Volviendo a su pregunta, a eso de si hay vida fuera de la ópera, pues la verdad es que hay poquísima, por estar siempre de viaje y ocupada con ensayos, funciones, preparando nuevos roles… Aunque, ¡claro que sí! ¡Claro que hay vida fuera de la ópera! Corta en el tiempo, pero rica en intensidad y vivencias. ¡El artista se nutre de la vida! Entre funciones y ensayos, procuro visitar y conocer las ciudades en las que me encuentro, museos, exposiciones, la vida de las gentes, amigos, conocidos, compañeros de reparto… Es así, porque vacaciones prácticamente no tengo nunca. En los viajes, a mí y a mi compañero se nos ha unido una maravillosa gata, Griselda, que es mi ‘dama de compañía’. Es algo que solo quien tiene mascota puede entender.
Su repertorio es inmenso y muy diverso. De Haendel a Menotti, pasando por Mozart, Rossini, Donizetti, Mercadante, Verdi, Puccini, Strauss… Aunque mantiene algunos roles puramente belcantistas, su voz parece dirigirse hacia un registro y color de soprano lírica pura.
¡Y luego dicen que somos los cantantes los que solo hablamos de nuestro repertorio y de nuestra voz! [risas] ¡Parece que a los entrevistadores les pasa algo parecido! No, en serio, disculpe la broma. Hay títulos que ya no canto, como L’elisir d’amore o Don Pasquale, roles que he dejado pero que forman parte del desarrollo de mi vocalidad. En este momento particular de mi carrera, intento mantener lo máximo posible mi ductilidad vocal, la capacidad de poder aún cantar, por ejemplo, un Rossini y, al mismo tiempo, afrontar un rol como Madama Butterfly. Obviamente, esta elección viene acompañada de una cuidadosa planificación del calendario, ya que no podré jamás hacer una Butterfly si no la distancio en el tiempo. Pero no es imposible. Trato de congeniar y disfrutar de todas las características de mi voz de lírica plena.
Como la Amelia de Simon Boccanegra, la Aida que hizo con Muti o, en fin, la Butterfy del MET…
La Butterfly la he hecho sin jamás forzar, sin jamás tratar de ser una soprano dramática. En definitiva: soy una soprano lírica que hago todo para respetar mi vocalidad. (…)
Justo Romero
[Foto: Dario Acosta]
(Comienzo de la entrevista publicada en el nº 388 de SCHERZO, de octubre de 2022)