El Real, un teatro de teatros para el mundo

Nació poco antes de que una pandemia detuviera el mundo, pero este hecho, lejos de paralizar el proyecto, se convertiría en una inesperada, pero no menos cierta, catapulta. Ahora, recuperada ya la normalidad, My Opera Player, la plataforma virtual del Teatro Real con espectáculos de ópera, danza y conciertos procedentes de escenarios de referencia del panorama internacional, vive un momento de brillante expansión, con la vista puesta en nuevos horizontes geográficos y un sólido proyecto de futuro.
Tres años después de su lanzamiento, en noviembre de 2019, el balance, para sus responsables, no puede ser más satisfactorio. Noventa mil usuarios registrados de 150 países diferentes —con Estados Unidos y México, además de España, a la cabeza— y una lluvia de premios dan fe de ello. Esta temporada avanza un paso más, ampliando contenidos y alianzas estratégicas en un esfuerzo por llevar la ópera a todos los públicos, más allá de barreras físicas y temporales.
“Después de tres años de actividad nuestro balance es tremendamente positivo. Tenemos una plataforma muy competitiva que representa una apuesta importantísima por lo digital y por lo tecnológico, a través de la cual podemos acceder a un público más amplio, joven y situado en cualquier parte del mundo. Y con toda su programación subtitulada en castellano, un elemento que nos distingue y nos diferencia respecto a otras plataformas que puedan existir”, afirma Ignacio García-Belenguer, director general del Teatro Real.
Ventana al mundo
Buena parte del éxito —y de la singularidad— de My Opera Player reside en el amplísimo abanico de su oferta, que recoge, además de los contenidos propios de la casa, un creciente catálogo nutrido por espectáculos procedentes de los principales teatros e instituciones culturales de España y el mundo. Un hecho que la convierte en “un teatro de teatros”, en palabras de sus creadores.

En continua evolución, los orígenes de este proyecto se remontan a hace algo más de una década. “My Opera Player nace como evolución de una plataforma anterior, Palco Digital, que se había puesto en marcha en 2011”, explica Natalia Camacho, directora de Producción y Difusión Audiovisual del Teatro Real. “En 2018, cuando se produce un gran cambio en la forma de la producción audiovisual, en detrimento de la televisión y en beneficio de la red digital, el teatro decide dar un paso adelante y con la colaboración de Telefónica, Samsung y Endesa apuesta por lanzar una nueva plataforma, más sólida y con unos desarrollos tecnológicos más importantes, a fin de que pueda ser visionada en todo tipo de dispositivos”, explica. Un camino que el teatro decidió que no había de recorrer solo, sino con la complicidad “de una serie de partners, teatros e instituciones con las que ya teníamos unas colaboraciones previas, a fin de enriquecer y ampliar nuestros contenidos”.
Escasos meses después todo cambió. Estalló la pandemia de la covid-19 y, con ella, sobrevino la explosión del streaming y el visionado de contenidos culturales en casa. “En ese momento nos convertimos en la única plataforma digital de un teatro español, y una de las pocas que había en Europa. Con los teatros cerrados y un único escenario posible, el digital, decidimos abrir la plataforma para que cualquier persona pudiera ver nuestros contenidos. A partir de ese momento muchos teatros nos empezaron a llamar para que difundiéramos también los suyos. Aquello fue una locura total, que representó una subida exponencial de la plataforma y la consolidación de nuevas colaboraciones, porque muchos de esos teatros luego se quedaron con nosotros”, recuerda Camacho.
“Tenemos una plataforma que representa una apuesta importantísima por lo digital y por lo tecnológico, a través de la cual podemos acceder a un público más amplio, joven y situado en cualquier parte del mundo”
(Ignacio García-Belenguer)
De esta forma, My Opera Player se convertiría en una auténtica ventana al mundo de la ópera, la danza y la música. Actualmente, su catálogo cuenta con 226 títulos procedentes de más de cincuenta teatros y compañías de danza de todo el mundo. En ellos se incluyen 116 óperas, 29 montajes de danza, 67 conciertos y catorce espectáculos de flamenco, un género al que el Teatro Real también presta especial atención.
Además de los contenidos propios hay propuestas de prácticamente todas las grandes instituciones musicales del mundo. De la Staatsoper de Viena al Teatro Colón de Buenos Aires, de la Arena de Verona al Gran Teatro Nacional de China, de Salzburgo al Festival de Música y Danza de Granada y del Festival de Cante de las Minas al Maggio Musicale Fiorentino. Entre unos y otros también están las imprescindibles English National Opera, Opéra national de París, Bayerische Staatsoper, Deutsche Oper Berlín, la Monnaie de Bruselas, los teatros Bolshoi de Moscú y Mariinski de San Petersburgo, Berliner Philharmoniker… Y suma y sigue.
Por otra parte, la subtitulación de contenidos al castellano y el especial vínculo que el Teatro Real mantiene con América Latina —“nuestra vía de expansión natural”, dicen, desde el teatro— ha permitido tender generosos puentes hacia el otro lado del Atlántico. Así, al histórico Colón se suman también el Teatro del Bicentenario, en la argentina provincia de San Juan; el Municipal de Santiago de Chile y el Teatro Mayor de Bogotá, que ofrecen al espectador la posibilidad de acercarse a la emergente escena lírica y coreográfica de ese otro lado del mundo, tan lejano en kilómetros, pero tan cercano en raíces y cultura.

En suma, un abanico inmenso y en permanente movimiento y en el cual no sólo tienen cabida las propuestas de más urgente actualidad. También hay espacio para echar la vista atrás y recuperar el archivo histórico del Teatro Real —una de las novedades de la presente temporada— o dar a conocer a los nuevos talentos de la música surgidos de la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid. La diversidad de escenarios es enorme y de la misma forma que pueden encontrarse espectáculos procedentes de Asia o el Cono Sur latinoamericano, también hay propuestas más cercanas que llegan desde el Teatre Principal de Palma, la Fundación Juan March, el Festival de Peralada (Gerona) o de los diversos espacios de Patrimonio Nacional, una de las instituciones con las que My Opera Player mantiene estrecha colaboración.
“La variedad de contenidos que se puede encontrar en My Opera Player es prácticamente única”, afirma, sin dudarlo, el director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, para quien el criterio de selección de esta oferta pasa únicamente por la “calidad, con grandes nombres de la dirección de orquesta y de escena, grandes cantantes, solistas, orquestas, coros, bailarines y coreógrafos”.
Para el responsable artístico de la institución, la fórmula de colaboración institucional que sustenta la plataforma es ampliamente beneficiosa para todas las partes. “El Teatro Real también colabora con las plataformas digitales de otros teatros e instituciones e, igual que ellos quieren estar presentes en nuestra plataforma, muchas veces nosotros también tenemos un gran interés por estar presentes en la suya. Se establece así una colaboración inteligente con la que todos salimos ganando”, apunta.
Vocación pedagógica
Pero ampliar el horizonte de los aficionados no es el único afán de My Opera Player. “No queremos que esta solamente sea una herramienta para que el Teatro Real pueda ofrecer una temporada digital. La idea es que en ella también el público encuentre un modelo donde aprender sobre ópera”, matiza Camacho.
Parte de esta vocación pedagógica pasa por la presentación de sus contenidos, que también pueden encontrarse agrupados bajo la forma de diversas Colecciones, que reúnen títulos en torno a temáticas específicas. Hay selecciones que compilan óperas y conciertos por períodos históricos —Verismo, Barroco, Clasicismo…— y otras que relacionan el género con temas de actualidad, como Mujeres en la ópera, con propuestas lideradas por directoras musicales, directoras de escena, figurinistas o coreógrafas; De Cine, con óperas vinculadas al séptimo arte; De Moda, que aúna producciones cuyo vestuario lleva la firma de conocidos diseñadores o, incluso, una colección que recoge artistas y espectáculos premiados en los International Opera Awards, los prestigiosos galardones que en 2021 hicieron del Real el mejor teatro de ópera del mundo. “Uno de los grandes problemas al que se enfrentan los creadores de plataformas es la gran cantidad de contenidos. De allí la necesidad de ordenarlos y ofrecer esta especie de guía al público”, explica la directora audiovisual del Real.

En este mismo contexto cabe entender una de las apuestas más recientes de la plataforma: la recuperación del archivo histórico del teatro, que ha arrancado esta temporada y que permitirá al público revivir producciones del Real desde su reapertura en 1997 a través de grabaciones del archivo del Teatro Real así como del archivo de Radio Televisión Española. “Es nuestra responsabilidad poner a disposición de los espectadores, y en este caso de manera gratuita, estos contenidos. Nuestra tarea como institución es digitalizarlos, subtitularlos y ponerlos a disposición del público”, señala Camacho.
De esta forma, My Opera Player se convierte también en una herramienta de acercamiento a nuevas audiencias, en especial a las nuevas generaciones. “El público joven es un público digital, que vive y aprende a través de Internet, de las redes sociales y del uso de soportes tecnológicos y, por consiguiente, la plataforma es una excelente forma de acercarnos a ellos”, ratifica García-Belenguer.
“Queremos que la plataforma sea, además de un contenedor cultural, un punto de encuentro vivo y dinámico que aglutine a melómanos de todo el mundo”
(Joan Matabosch)
Pero ¿corre peligro la experiencia presencial frente a la comodidad de lo digital? El director general del Teatro Real lo tiene muy claro: “Aunque siempre nos preguntamos si los teatros se van a vaciar por transmitir sus contenidos a través de Internet, yo creo que nos estamos dirigiendo a un público diferente y, por tanto, no se trata de una competencia sino de un crecimiento”.
Por su parte, el director artístico del Teatro tampoco cree que una opción sustituya a la otra. “Ambas formas de consumir ópera son apasionantes, pero no tienen nada que ver. Una retransmisión nunca va a hacer justicia al impacto físico de una voz en directo en el espacio de un teatro, pero también es cierto que asistir en directo a un espectáculo no te va a permitir apreciar, en un primer plano, la expresión de una soprano que también sea una gran actriz. En definitiva, son dos productos complementarios, y ambos tienen sentido. Y, en cualquier, caso si no existiera el directo, no existirían grabaciones de ese directo”, opina Matabosch.
Proyectos de futuro
Con las ideas claras, My Opera Player enfoca esta nueva temporada con la vista puesta en continuar su proceso de expansión. “Este es un proyecto consolidado, con lo cual los objetivos son de crecimiento, tanto en número de teatros como de títulos y también en número de usuarios”, explica García-Belenguer. “Junto con ello, el segundo gran reto es el desarrollo tecnológico, ya que este tipo de plataformas exige una renovación continua. Ejemplo de ello es el aumento de grabaciones y publicaciones en 4K, que es algo que ya estamos haciendo. Otro avance importante es la presencia en todas las Smart tv. Para nosotros es una satisfacción muy grande estar al lado de todas las grandes suministradoras de contenidos digitales”, añade.

Por su parte, Matabosch hace hincapié en el crecimiento de los contenidos artísticos, la divulgación del archivo histórico de la institución y, sobre todo, “incrementar las producciones del catálogo con el objetivo de ampliar y satisfacer la demanda de más y nuevos públicos”. De allí que una de las grandes apuestas de este nuevo curso sea también aumentar la emisión de espectáculos en directo, tanto del Teatro Real como de otros teatros del mundo. “Se han programado nueve óperas desde el Teatro Real en el último año y tres de la actual temporada: La sonnambula de Bellini, Achille in Sciro de Corselli y Turandot de Puccini. Queremos que la plataforma sea, además de un contenedor cultural, un punto de encuentro vivo y dinámico que aglutine a melómanos de todo el mundo”, afirma Matabosch, para quien My Opera Player no solo se ha convertido en “la principal plataforma internacional de la música clásica en escena” y “uno de los pilares del Teatro Real”, sino que tiene “un potencial espectacular de cara al futuro”.
La directora de Producción y Difusión Audiovisual del Teatro Real, Natalia Camacho, lo tiene claro: “Lo bonito de este proyecto es que permite que tus contenidos se vean en muchos sitios del mundo, que rompes las barreras físicas de la sala y los límites geográficos. Y esto tiene que ver con la democratización de Internet, que no se limita a audiencias exclusivas, sino todo lo contrario, permite que cada vez lleguemos a más público”. ¶
Voces, batutas y directoras de escena
Galardonada por el Observatorio de la Cultura de la Fundación Contemporánea con el premio a la Mejor Iniciativa Digital de las Artes Escénicas los años 2020 y 2021, y reconocida también como Mejor Iniciativa Digital por los premios Ópera XXI, My Opera Player estrena cada mes (al menos) cinco nuevas propuestas de ópera, danza o música, ya sean de producción propia o procedentes del medio centenar de teatros e instituciones culturales con los que mantiene colaboración permanente.
En el amplio catálogo es posible encontrar producciones que llevan la firma escénica de directores como Andreas Homoki, Laurent Pelly, Christof Loy, Robert Carsen, Deborah Warner, Calixto Bieito o Carlus Padrissa (La Fura dels Baus) o que cuentan con las batutas de Simon Rattle, Ivor Bolton, Zubin Mehta, Kirill Petrenko, Semyon Bychkov o Daniel Harding, mientras que el abanico de voces incluye las de Jonas Kaufmann, Anna Netrebko, Elina Garanca, Magdalena Kozená, Roberto Alagna o Carlos Álvarez, entre muchas otras.
Procedentes del archivo histórico del Teatro Real es posible encontrar producciones como la de la La clemenza di Tito de Mozart que dirigieron en 1999 Ralf Weikert, en lo musical, y Pet Halmen, en lo escénico. También está disponible Boris Godunov de Modest Musorgski, que el recordado Jesús López Cobos dirigió en 2007, con escenografía del también desaparecido pintor Eduardo Arroyo y la refrescante producción de L’elisir d’amore de Donizetti, que el italiano Damiano Michieletto ambientó en la costa mediterránea en 2013.
En la oferta no faltan tampoco conciertos y recitales de Joyce DiDonato, el contratenor Jakub Józef Orlinski, el pianista Lang Lang, la Filarmónica de Los Ángeles o Daniel Barenboim y la West-Eastern Divan Orchestra, así como espectáculos de danza procedentes de los teatros Mariinski y Bolshoi, las óperas de Praga y Viena, el English National Ballet o la Royal Opera House.
La suscripción a My Opera Player tiene un coste anual de 79,99 euros o de 45,99 en su modalidad semestral, aunque cabe la posibilidad de alquilar un título específico por un periodo de 72 horas (3,99 euros). La plataforma también cuenta con un descuento exclusivo para jóvenes a través del Carnet Joven Europeo (European Youth Card). ¶
Formación, la nueva apuesta digital
Aun siendo un pilar principal de su estrategia audiovisual, My Opera Player no es la única oferta digital del Teatro Real. En el curso del primer trimestre de 2023, la institución tiene previsto el lanzamiento de una nueva plataforma, REALÍZAT-e, destinada a difundir y ampliar a través de Internet, la oferta formativa que viene ofreciéndose desde hace años de manera presencial.
“Nuestro programa de formación presencial crece cada temporada, poniendo en evidencia la demanda que hay por parte del público para ahondar en el infinito mundo de la ópera y las artes escénicas”, explica Laura Furones, directora de Formación y Gestión Cultural. “Nuestra vocación es seguir alimentando este entusiasmo, ampliando el número y la diversidad de cursos ofrecidos”. A día de hoy, el programa incluye cursos relacionados con la historia del género y con los títulos que se programan, así como temáticas más específicas relacionadas con la gestión cultural y el desarrollo personal y profesional por medio de las artes escénicas.
Ahora, todos esos contenidos estarán disponibles también a través de Internet. “El compromiso del Teatro Real con la labor formativa es firme, y ahora esta continua expansión que venimos realizando nos lleva a dar el siguiente paso: trascender nuestra sala de formación presencial y acercar nuestra oferta a todos los rincones del mundo.”, añade Furones. “La formación online ofrece innumerables ventajas: facilidad de acceso, flexibilidad horaria, actualización de contenidos, precio más económico, acceso al catálogo de cursos pasados, etcétera. En este contexto, la plataforma online de formación del Teatro Real se presenta como una de las grandes apuestas para 2023”, informa la directora de Formación y Gestión Cultural del Teatro Real.
La nueva plataforma incluirá una primera oferta de cursos que se irá ampliando progresivamente. Habrá foros de discusión para los alumnos y los módulos se acompañarán de textos, imágenes, audios y fragmentos de vídeo de algunas óperas a fin de completar la experiencia. Durante el curso se realizará un seguimiento y evaluación de los usuarios y se emitirá un diploma acreditativo de la formación. ¶
Ana María Dávila
[Fotos: Javier del Real]
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