VILABERTRÁN / Julia Kleiter y Julius Drake regalan una maravillosa noche de lied
Vilabertrán. Canónica de Santa María de Vilabertrán. 21-VIII-2024. Julia Kleiter, sorpano. Julius Drake, piano. Obras de Brahms, Schubert, Britten, Previn, Strauss.
La soprano alemana Julia Kleiter retornaba por cuarta ocasión a la Schubertíada de Vilabertrán. Acompañada como en anteriores ocasiones por el pianista Julius Drake, Kleiter presentó un programa que abrazaba el lied alemán y el repertorio anglosajón. La soprano alemana ya ha hecho suya la atmósfera liederística que se vive edición tras edición en la Canónica, un enclave del Empordà que se ha convertido en cita ineludible para los amantes del lied.
Kleiter desprendía con su naturalidad expresiva el más profundo sentido reflexivo que rodeaban ocho de las Canciones populares alemanas WoO33 que Brahms escribió en 1894. El revestimiento armónico de estas páginas que Brahms reservó para el piano, fluía en las manos de un experto liederista como es Julius Drake, con una gama de colores aterciopelados, mesurados en el volumen, sustento idóneo para el despliegue vocal. De Kleiter nos fascinaba de nuevo la sonoridad diáfana, la claridad de la proyección al servicio de unas canciones que versan sobre las contradicciones de la vida, del amor. La elegancia de Kleiter, el sentido que cobra la palabra en su declamación, su expresión facial, eran vivo reflejo del sentido que contenían los versos de canciones como el lamento de Es steht ein Lind o la evocación amorosa de Erlaube mir, feins Madchen.
Luego su voz junto al maravilloso piano de Drake se sumergieron en una selección de lieder de Schubert: Ständchen, Der Wanderer an den Mond, Gretchen am Spinnrade…auténticas delicias, en las que desplegó una amplia gama de contrastes dinámicos y en las que ante todo brilló por una persuasiva elegancia en el uso de los matices vocales más refinados. Un Schubert llevado a la más sutil cota expresiva con un Ständchen evocador gracias a la delicadeza que brotaba del centro vocal de la tesitura de la soprano.
Las cinco canciones que integran On this island, sobre poemas de W.H. Auden y música de Benjamin Britten, no guardan entre ellas una unidad narrativa, un hilo conductor para poder ser consideradas como ciclo. Los distintos climas emocionales llegan a su momento álgido con el célebre Nocturne, con sus características progresiones harmónicas por los que discurre una línea vocal de sublime simplicidad. Kleiter bordó con un canto de delicada emisión en las notas apianadas, toda la atmósfera de una noche tenebrosa y amenazadora. Cantó con ímpetu As it is, plenty y otorgó un estilo próximo a los recursos barrocos en Let the florid music prais. Canciones que requieren una voz camaleónica que Kleiter supo adecuar en su justa medida a las palabras de Auden y a la música de Britten.
El ciclo de canciones que integran Three Dickinson Songs de André Previn, sobre poemas de Emily Dickinson, fue estrenado veinticinco años atrás en Quebec. Sentimientos expresivos, la naturaleza o el inexorable paso del tiempo son tratados por la poetisa, con unos versos en los que hay cabida para el sarcasmo y un agudo sentido del humor. Kleiter y Drake con una versión que buscó los amplios contrastes –desde una íntima As Imperceptibly as Grief hasta una interpretación elocuente de Will there really be a morning? plasmaron este microcosmos que Previn musicó con un original despliegue harmónico y melodías siempre sugestivas.
Dentro de la trayectoria operística llevada a cabo por Kleiter, han destacado sus roles mozartianos y straussianos. Su timbre, color, amplitud de la tesitura, clara proyección, se amolda a la perfección con la estética de Richard Strauss. Y ciertamente escuchar el sublime Waldseligkeit, con la intimidad que imprimía en cada palabra para describir los murmullos nocturnos del bosque o el refinamiento propio de las “óperas rosas” que hizo emerger en el evocador Das Rosenband, reafirmaron esta condición de voz straussiana. Con una efusiva versión de la romántica Befreit, Kleiter y Drake culminaron un magnífico recital de lied que terminó con Ständchen de Strauss y la romanza de Rosamunde de Schubert entre los bravos de los asistentes.
Lluís Trullén
(foto: Silvia Pujalte)