ÚBEDA / Esplendores de la España del XVIII

Úbeda. Hospital de Santiago. 4-XII-2021. Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza. Música Boscareccia. Obras de Brunetti y Boccherini. • Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza. Accademia del Piacere. Nuria Rial, soprano. Obras de Guerau, Durón, Nebra y Bononcini
El denso puente de la Inmaculada/Constitución se abrió en el FEMAUB con un soberbio concierto que ponía a dialogar los quintetos y sextetos de Brunetti y Boccherini, dos almas gemelas en la España del último tercio del siglo XVIII. Las inusuales formaciones de quintetos y sextetos permiten un juego de variaciones en materia de color que Música Boscareccia (Andoni Mercero, Alexis Aguado, Kepa Artetxe, Abel González, Catherine Jones y María Martínez) explotó en profundidad ya desde el Sexteto op. 1 nº 4 de Brunetti, escrito para tres violines, viola y dos violonchelos. El sonido denso, oscuro, rico en matices, del grupo sedujo desde los primeros ataques y siguió por la misma senda merced a una articulación enérgica, siempre atenta a los acentos y a la variedad en materia de dinámicas, consiguiendo dotar de sentido al discurso musical sinuoso y cambiante de la partitura.
El Quinteto op. 45 nº 1 de Boccherini (2 violines, viola, 2 violonchelos) es una obra maestra que se sumerge en sus dos movimientos pares en las profundidades del Sturm und Drang y ello permitió que los intérpretes se explayaran con energía en los ataques y con contrastes dinámicos acusados en una versión magistral llena de fuerza, de dramatismo y melancolía en el Adagio non tanto inicial. El Quinteto op. 10 nº 5 de Brunetti ofrece el contraste de color entre los dos violines y las dos violas más el violonchelo, a la vez que se puede inscribir en el género ‘brillante’ por la exigente parte de primer violín que Mercero resolvió de forma espectacular. Se cerró con una magistral versión del Sexteto op. 23 nº 2 de Boccherini, con ese color especial que le dan las dos violas y los dos violonchelos (profundos y densos toda la sesión, por cierto), en el que destacaron las gradaciones de staccato que fueron capaces de conseguir en el saltarín tema del primer movimiento.
Con su ya conocido programa Muera Cupido, Accademia del Piacere (Fahmi y Rami Alqhai, Johanna Rose, Rodney Prada, Javier Núñez y Carles Blanch) ofreció su personal visión de la música española a caballo entre el cambio del siglo XVII al XVIII. Con versiones propias adaptadas a este grupo (cuatro violas da gamba, guitarra y clave), el virtuosismo instrumental bien reconocido de Accademia del Piacere alcanzó momentos de brillantez en las improvisaciones sobre las jácaras y folías o en las versiones llenas de contrastes, ataques fulgurantes y trémolos de casi imposible articulación en los canarios. A destacar las soberbias improvisaciones de Javier Núñez al clave, llenas de fantasía y precisión.
Nuria Rial mantiene impoluta la frescura de su voz, su carácter angelical, la limpieza del timbre y, sobre todo, su manera tan acariciadora de frasear y articular. Es una pura delicia escucharla deletrear con el mayor mimo y cuidado los recitativos, como el de Yo hermosísima ninfa de Durón/Torres, en el que no dejó un solo matiz expresivo sin explorar. La agilidad y su sabiduría ornamental culminaron en el aria Selva florida de Nebra. Pero donde Rial alcanzó el cielo fue en Sosieguen, descansen de Durón y, sobre todo, La noche tenebrosa de Hidalgo: el tiempo se detuvo, la voz flotó sobre todos los presentes y se elevó a la categoría de la sublimidad.
Andrés Moreno Mengíbar
(Foto: Jesús Delgado Martínez – FEMAUB)