Stéphane Lissner adelanta su salida de la Ópera de París

Stéphane Lissner anunció ayer que dejará la Ópera de París a finales de 2020, siete meses antes de la finalización de su mandato. Estaba previsto que el traspaso de poderes con su sucesor designado, el alemán Alexander Neef, tuviese lugar en julio de 2021, pero Lissner ha decidido adelantarlo ante la dramática situación económica arrastrada por la institución que él dirige desde 2014. La Ópera de París acumula en efecto deudas por 45 millones de euros. “La urgencia de la situación económica exige tomar decisiones drásticas e inmediatas, que tendrán un impacto social importante”, explica Lissner en una entrevista concedida a Le Monde. Neef tendrá así plenos poderes para intentar enderezar una crisis ciertamente agravada por la reciente pandemia del coronavirus, pero que también tiene raíces lejanas en el tiempo.
El déficit provocado por actual cierre sanitario se suma a las importantes pérdidas financieras causadas por las huelgas contra la reforma de las pensiones del pasado mes de diciembre, y sin duda los fastos de las celebraciones por los 350 años de la Ópera de París también estarán pasando factura. El panorama con el que se va a encontrar Neef es sumamente delicado. Además de tener que acometer profundas reformas estructurales, tendrá sobre la mesa cuestiones urgentes como la remuneración de artistas durante este periodo de cierre o tomar decisiones importantes sobre la programación de la temporada 2020/2021, cuyo comienzo se superpone además con obras de reforma en las salas de la Ópera Bastilla y el Palais Garnier a partir de este verano.
Mientras, Lissner pone rumbo hacia Nápoles como nuevo Superintendente del Teatro San Carlos, cargo que desde el pasado 1 de abril compatibilizaba con el de máximo responsable de la Ópera de París.
[Foto: Elisa Haberer / Opèra National de Paris]