SPOLETO / ‘Pelléas’ entre la maleza y sin simbolismo
Spoleto. Teatro Nuovo Gian Carlo Menotti. 24-VI-2023. Festival dei Due Mondi. Bernard Richter, Tassis Christoyannis, Nicolas Testé, Olivier Michael, Peter Harvey, Patricia Petitbon, Yvonne Nael. Budapest Festival Orchestra. Dirección musical: Iván Fischer. Dirección escénica: Iván Fisher y Marco Gandini. Claude Debussy: Pelléas et Mélisande.
Imagínense un frondoso y alto matorral. Una maleza que sólo deja accesible una lengua de proscenio delgada y de difícil acceso en el escenario del Teatro Nuovo Gian Carlo Menotti. Esto es lo que ve el espectador de Pelléas et Mélisande en el Festival dei Due Mondi de Spoleto. Es el espacio escénico diseñado por Andrea Tocchio para acoger el montaje realizado por el director de orquesta Iván Fischer en colaboración con Marco Gandini. La orquesta “camuflada queda oculta a la vista; todos visten con túnicas verde bosque o marrón tierra. El abismo místico, aquí convertido en ‘bosque místico’, deja entrever a través del follaje al propio Fischer, en traje de camuflaje enriquecida con ‘orejas’ de tela (¿hojas?) al estilo de un chamán de una tribu del Amazonas tal y como se conoce en los museos etnográficos.
Cual chamán de la música, con la batuta en lugar de la varilla de rabdomante, Fischer guía el misterio de esta partitura onírica e impresionista, compuesta por Claude Debussy para engalanar la casta historia de amor. Música que en manos de Fisher, al frente de la excelente Orquesta del Festival de Budapest, se transforma como por arte de magia en una delicada poción de amor. Aquí la música se erige en protagonista: sustituye a la escenografía del todo ausente y reemplaza a ese simbolismo del que está impregnada toda la ópera, aquí simplemente eliminado.
Un título muy deseado por la directora artística Monique Veaute que, como francesa, quería un reparto totalmente francófono que es un placer escuchar, aunque los subtítulos ponen a prueba la espalda de los espectadores sentados en las primeras filas del patio de butacas.
La Mélisande de Patricia Petitbon es intensa, y además tiene el physique du rôle con esa melena pelirroja tan prerrafaelita. Igualmente acertado es el gallardo Bernhard Richter, un Pélleas con una línea de canto sólida y hermosa. Al igual que el excelente Taxis Christoyannis, un espécimen de villano (Golaud). Pero todo el reparto estuvo bien. Un éxito asegurado pero no descontado para un título raramente representado en Italia.
La ópera volvió así a lo grande al Festival de Spoleto. Lástima que Júpiter Pluvio decidiera abrir las cataratas de los cielos, obligando a cancelar el concierto inaugural en la Piazza Duomo en medio de la estampida general en busca de refugio. No hubo Zorrita astuta de Leoš Janáček.
Franco Soda
(foto: Andrea Veroni)