Sherpa

Si usted está al corriente de los últimos avances en inteligencia artificial, o simplemente ha experimentado con los diabólicos chats que escupen novelas y hasta tesis doctorales en cuestión de segundos, tal vez le consuele saber que a la visión digital por deep learning aún le llevamos algo de ventaja. Los responsables de tan distópico artilugio han aclarado que, mientras el cerebro humano presta atención a las formas de los objetos, las máquinas se centran en las texturas como criterio de identificación. Es decir, que donde usted ya habrá presentido el peso de un piano, las I.A. creen haber detectado un liviano colchón o una gruesa manta.
Incluso en un mundo dominado por los algoritmos, siempre habrá quien, como Juanma Escalante, tenga que emprender la ascensión hasta la planta 22 de la Torre Picasso con un gran cola atado con cinchas a la espalda. Su larga trayectoria como sherpa de instrumentos aparece recogida en el catálogo Manos que suenan de la fotógrafa Almudena Alfaro junto a otros retratos de intérpretes y compositores de la escena musical española. Las de Escalante son unas manos ásperas, entretejidas de cicatrices incompatibles con el refinamiento concertístico, pero es la forma heroica de su puño aferrado al presente lo que aún nos abriga de esperanza. ¶
Benjamín G. Rosado