SEVILLA / ROSS: ‘Noche transfigurada’ sin respuestas
Sevilla. Teatro Lope de Vega. 27-X-2021. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Director: Marc Soustrot. Obras de Chaikovski y Schoenberg.
La temporada 21/22 parece marcada por algunas líneas empresariales muy claras; una campaña en los medios de comunicación y redes sociales de considerable potencia, mayor cercanía con el público joven, una imagen esmerada para cada propuesta y por la diseminación de la actividad de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) por toda la ciudad. Menos interés en cambio nos suscita la programación, conservadora y sin sorpresas, como todas las anteriores. Si el producto final que se ofrece es, por tanto, el mismo de siempre, parece lógico pensar que el público que responderá a la oferta, será así el mismo que ya venía haciéndolo con anterioridad.
No era la primera vez que la ROSS salía de excursión al Lope de Vega, teatro de la exposición de 1929 que ofrece una compleja acústica para la música y en el que se han programado tres sesiones que, perfectamente, podían haberse ofrecido en el Maestranza. Solo las distingue que la ROSS se presentará en ellas con formato más reducido. Con una media entrada, sobre un aforo de 700 butacas, la Sinfónica abrió el concierto del pasado día 27 con la Serenata para cuerdas en Do mayor op. 48 de Chaikovski. Obra de esquema mozartiano (al que homenajea) que se ofreció en una lectura marcadamente romántica, con una cuerda excesivamente nutrida en la que primó la robustez del sonido y el subrayado de los temas; resultando la batuta de Soustrot —no especialmente dado a filigranas volátiles— notablemente enfática en los movimientos extremos de la partitura. Con la cuerda grave (contrabajos y buena parte de la sección de violonchelos) muy retranqueadas, la lectura se quedó un tanto falta de la sonoridad de estos, tímidamente apuntada.
Con la Noche transfigurada, Marc Soustrot optó por una aproximación aséptica, modélica en ejecución y concepto. Cierto que no quiso acentuar cuanto de ruptura apuntada hay en tantos y tantos momentos de la obra, pero tampoco cayó en la pesante morbidez con la que algunos directores enfrentan la página, emparentándola más con el ocaso del siglo XX que con lo que en realidad supone, el punto de fuga hacia un mundo sonoro nuevo. Cuanto de conflicto y huida de una estética que ya pervivía agotada hay en la creación de Schoenberg, Soustrot lo expuso dejando estas consideraciones al oyente, sin posicionarse. Su dirección, de clarísimas indicaciones, obtuvo una respuesta compacta y esmerada por parte de los profesores de la ROSS.
Ismael G. Cabral
(Foto: Guillermo Mendo)