SEVILLA / El maestro de coro
Sevilla. Catedral. 27-XII-2019. Cuarteto de cuerdas de la Orquesta Joven de Andalucía. Óscar Camacho, piano. Joven Coro de Andalucía. Director: Marco A. García de Paz. Obras de Makor, Matsushita, Lauridsen, Macmillan, Whitacre, Ostrzyga y Gjeilo.
En una iniciativa pionera y modélica en el terreno de la implicación pública en la excelencia musical, la Junta de Andalucía creó hace veinticinco años el Programa Andaluz para Jóvenes Intérpretes, que se divide en dos ramas: la Orquesta Joven de Andalucía y el Joven Coro de Andalucía (JCA). En este último caso, jóvenes de entre 16 y 28 años previamente seleccionados se reúnen periódicamente en una serie de encuentros intensivos bajo una dirección experta y con diversos profesores especializados, para preparar programas específicos que posteriormente son interpretados en diferentes localidades de la comunidad autónoma. Coincidiendo con el cuarto de siglo de existencia de este programa formativo, el JCA ha elegido como su director permanente a Marco A. García de Paz, posiblemente el mejor director de coros de país en la actualidad y que es bien conocido por el nivel al que ha llevado a la agrupación asturiana El León de Oro. García de Paz escogió para la ocasión un programa formado por piezas escritas en el último cuarto de siglo y que se adhieren a esa corriente de polifonía neotonal y melódica cultivada especialmente por compositores nórdicos.
La mano del director se notó desde el arranque mismo de O lux beata Trinitas de Andrej Makor. El grupo (40 voces) suena con empaste exquisito merced a la calidad individual de las voces y a la labor de homogeneización en materia de vibrato, emisión, articulación y fraseo. Salvo por cierta debilidad en las voces graves femeninas (algo común a los coros españoles, por otra parte), el coro suena con contundencia a la que vez que con la flexibilidad necesaria como para afrontar rápidas transiciones dinámicas, como el piano subito de la pieza de Matsushita, obra en la que también salió a relucir la precisión en la realización de los cambios de ritmo. Una muestra de la madurez sonora del coro es sin duda su capacidad para sostener la definición sonora en las dinámicas más bajas, con pianissimi realmente admirables al final de la pieza de Makor o en Lux Aurumque de Whitacre. Posiblemente la pieza técnicamente más compleja fuese Iuppiter de Michael Ostrzyga, en la que el coro resolvió a la perfección la realización de efectos sonoros diversos como los murmullos, el canto a bocca chiusa o los silbidos combinados con el canto. A destacar, finalmente, la claridad con la que García de Paz explicitó las texturas en un discurso en el que era posible seguir de manera transparente el desarrollo de cada una de las voces en un perfecto equilibrio entre ellas. Buena noticia pues para la vida musical andaluza la del fichaje del director asturiano.
Andrés Moreno Mengíbar
(Foto: Miguel Prado)