SEVILLA / Conunova & Soustrot, mano a mano de los grandes
Sevilla. Teatro de la Maestranza. 21-IV-2022. Alexandra Conunova, violín. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Director: Marc Soustrot. Obras de Soutullo, Saint-Saëns y Franck.
Aunque por ahora esté siento errática y poco acertada la programación se advierte en la nueva dirección (artística y administrativa) de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) un interés mayor en la difusión de la música actual. En este octavo programa de abono de la temporada era el turno de la audición del siempre bien recibido Premio AEOS-Fundación BBVA en su décima edición correspondiente al año 2019. Comprobamos cómo el jurado de aquel galardón debió dejarse seducir en exceso por la creación del clima absolutamente cinematográfico que muestra la pieza Alén de Eduardo Soutullo (1968). El compositor gallego, que definitivamente se muestra más convincente en sus composiciones que en algunas de sus reflexiones musicales, tira de buen hacer en una obra, que prescinde de la percusión, y exhibe costuras de poema sinfónico. La pieza se desenvuelve bien en los momentos de calma y en la creación de texturas no especialmente novedosas pero que arropan el tono lóbrego de una composición que fue entendida por Marc Soustrot más en el contexto de un clima brumoso que amenazador.
No le puso las cosas fáciles el director francés a la violinista Alexandra Conunova en el Concierto para violín y orquesta nº 3 de Saint-Saëns. Juntos, maestro y solista, realzaron la obra dotándola de un interés muy por encima del de una pieza menor como esta que por sí sola solo logra imponerse en su tercer movimiento. El sonido del violín de la moldava fue un dechado de intensidad y ataques dramáticos sin perder ni un solo momento la correcta afinación y una emisión de armónicos riquísimos que sobrevolaba la densidad impresa por Soustrot. Conunova demostró ser muy afín a la vetusta y siempre respetable escuela de herencia rusa; con poco papel para la búsqueda de connotaciones personales y una entrega absoluta a la fuerza y virtuosismo que le permitieron una partitura como esta.
En la Sinfonía de César Franck la ROSS cumplió un idóneo papel de exacto guante para las intenciones de un director que movió la obra más desde la calidez que desde la opulencia, modelando el sonido con enorme esmero y arrimándola más al universo galo que tan bien domina Soustrot cuando otros directores la abordan desde parámetros estéticos más decididamente germanos. Desde luego que hubo pasajes de vigor en la excelente interpretación que brindó la orquesta, pero a la postre, acabaría siendo su segundo tiempo (Allegretto) el más recordado de esta nueva interpretación de la obra, gracias a la diáfana claridad instrumental y a la aportación muy destacada y subrayada del arpa de Daniela Iolkicheva.
Ismael G. Cabral
(Foto: Guillermo Mendo)