Schubert y Czerny por Aurelia Visovan, magistral

CAPRICCIO APPASIONATO
Obras de Schubert y Czerny. Aurelia Visovan, fortepiano. PASACAILLE 1121 (1 CD)

¿Cómo seguir componiendo sonatas para piano una vez desaparecido Beethoven y tras sus últimas sonatas? ¿Qué camino seguir? Resulta muy estimulante confrontar las dos sonatas de este disco y escucharlas desde la perspectiva postbeethoveniana. La de Schubert es bien conocida, pero aquí la sorpresa la constituye la sonata de un Czerny que se nos aparece como un compositor soberbio, mucho más allá de la imagen que de él se tiene debido a su faceta pedagógica. No, Czerny alcanza en esta sonata alturas insospechadas, de un pianismo arrebatado, de una complejidad técnica impresionante y de una inspiración apasionada capaz de medirse con la obra de Schubert.

Visovan utiliza aquí un maravilloso instrumento, copia de un Bertsche de 1815 realizada por Robert Brown. En la web de este último se nos informa de que este fortepiano dispone nada menos que de seis pedales: corredera de fagot, desplazamiento, moderador único, moderador doble, elevación del amortiguador y corredera Janissary. Esto permite a Visovan desplegar un juego de colores y matices mucho más variado y sutil que el de los pianos modernos. Valgan como ejemplos el contraste tímbrico entre los graves y las figuraciones de la mano derecha, potenciando las resonancias de la izquierda en el primer tiempo de la sonata de Schubert, en el minuto 6:40 en adelante.

Se pueden escuchar aquí, como en los acordes iniciales, muchas más cosas que en un instrumento actual. O los colores cambiantes en el crescendo del Adagio en 5:05 y siguientes. O las resonancias en fff con apagado inmediato en la Introduzione de Czerny, sin olvidarnos de la claridad en la articulación en los pasajes más rápidos del Capriccio appassionato; o el potente staccato en la mano izquierda en el tercer tiempo. Toda una gozosa revelación en una interpretación magistral.

Andrés Moreno Mengíbar