SANTIAGO DE COMPOSTELA / Tres continentes de música actual
Santiago de Compostela. Cidade da Cultura. 5-III-2022. Multiplensemble. Obras de Toshio Hosokawa, Alex Mincek, Eduardo Soutullo, Helmut Lachenmann y Yair Klartag.
Como señalamos en Scherzo el pasado 3 de febrero, a raíz de la presentación del Arxis Ensemble, no deja de sorprendernos la proliferación que de conjuntos de música contemporánea se ha dado en Galicia en lo que llevamos de siglo; entre ellos, el Multiplensemble, un colectivo de artistas nacido en Vigo, en el año 2009, con un primer concierto programado como homenaje a Karlheinz Stockhausen.
Desde entonces, Multiplensemble ha diseñado eventos musicales con muy diferentes plantillas, en los que nos han ofrecido desde partituras canónicas del repertorio contemporáneo a estrenos mundiales, además de una firme apuesta por la nueva música gallega. Ese diálogo entre lo local y lo internacional tuvo un estupendo ejemplo en el concierto del que hoy les damos cuenta, titulado Perspectivas y en el que recorrimos tres continentes buscando puntos de encuentro y resonancias de lo musical como vehículo para la concordia: algo tan necesario en un momento en el que los tambores de guerra vuelven a sonar en Europa.
El primero de estos cinco diálogos intercontinentales nos condujo a Japón, de la mano de Toshio Hosokawa, de quien escuchamos “Für Walter” – Arc-Song II (2010), trío para piano, saxofón soprano y percusión que en Galicia ya se había programado en anteriores ocasiones, de la mano de Vertixe Sonora. A diferencia de aquellos conciertos, hoy “Für Walter” sonó amplificado, para así poder llenar la inmensa planta baja del Museo Centro Gaiás: espacio de dimensiones catedralicias que se antoja desmedido para este tipo de música. Además de dicha amplificación, todo un entramado de focos sobre el escenario producía un zumbido constante que, proveniente de los ventiladores de dichas lámparas, ensuciaba la escena acústica; especialmente, en partituras que, como “Für Walter”, se caracterizan por su extrema delicadeza, haciendo que efectos instrumentales como el roce de super ball en la percusión resultasen prácticamente inaudibles, ya no sólo por lo antes indicado, sino por la disposición misma de los micrófonos, que han creado planos muy desiguales según su proximidad a cada instrumento (algo que afectaría a todas las obras del programa).
Más allá de estos problemas de orden técnico, la interpretación de Multiplensemble, sin llegar al enorme dominio que del repertorio hosokawiano aquilata Vertixe Sonora, ha sido notable, con una lectura que incide en la vertiente más europea de Arc-Song II, por su fuerza y contrastes; en especial, entre el piano de Brenda Vidal en registro grave apagado y la percusión metálica más aguda desplegada por David Rodríguez. Ocupando el centro de este arco musical, un Rafael Yebra protagónico en “Für Walter”, compactando armónicamente la partitura con buen timbre y un sonido muy redondo en su saxofón.
Del sincretismo cultural entre Europa y Japón viajamos, de la mano de Alex Mincek, a la escena musical estadounidense, por medio de su dúo para saxofón tenor y percusión Nucleus (2007), una vibrante pieza armada en loops que inciden en la repetición durante los primeros compases de la obra, si bien con una paleta de detalles técnicos cada vez más diversificada e interesante. La lectura de Multiplensemble me ha parecido sobresaliente, con un manejo excepcional tanto de lo más polimorfo y extendido (pasajes de aire sin tono, armónicos, multifónicos y rugosidades varias) como de lo más accesible (las secuencias rítmicas inspiradas en el universo del rock en la batería). En los últimos minutos de la obra, impresionan el volumen y la ferocidad dinámica de David Rodríguez, así como las alternancias entre multifónicos y slaps por parte de Rafael Yebra, conduciéndonos a un final depurado y ecoico, de gran sensibilidad.
En esta mirada al mundo a la que, desde Galicia, nos ha invitado Multiplensemble, la presencia local correspondió a Eduardo Soutullo, compositor gallego de quien escuchamos la pianística Have you said “Spectral”? (2007). Antes de pasar a su interpretación (y como sucedió con cada una de las cinco piezas en programa), Brenda Vidal presentó la partitura que ella misma iba a tocar, incidiendo en los espectros y en las resonancias de una obra que, según la pianista gallega, tenía un espacio idóneo en el Museo Centro Gaiás, por cómo las reverberaciones en él se expanden. Como antes señalé, no me parece en absoluto adecuada esta sala para un concierto de música acústica actual, ni tan siquiera, para una pieza más simple y depurada como Have you said “Spectral”? Sin embargo, Brenda Vidal ha sido capaz de destacar los perfumes del pasado que habitan esta partitura, con sus ecos de Tōru Takemitsu y Claude Debussy, intermediados por la impronta de Olivier Messiaen en los pasajes más asertivos y estructurales. Sea como fuere, la amplificación ha vuelto a desnaturalizar los armónicos y a cosificarlos, algo muy dañino en partituras como ésta.
También por ecos del pasado estaba habitada la cuarta pieza del programa: los que de Japón llegan a las Sakura-Variationen (2000) de Helmut Lachenmann, a través de la canción popular del periodo Edo que la articula melódica y armónicamente, Sakura Sakura, un triste tema sobre la floración del cerezo que confiere a este trío de saxofón alto, piano y percusión su carácter distante y suspendido, así como su metáfora central, relacionada con la transitoriedad de la belleza. Escritas, como Arc-Song II, para el Trio Accanto, estas Sakura-Variationen no son una pieza de alta complejidad técnica, cual la escuchada en otros tríos lachenmannianos como temA (1968) o Allegro sostenuto (1986-88), pero en ella no deja de ser arduo el dar con el estilo interpretativo adecuado: algo que evidenció la lectura de Multiplensemble, pues en la partitura de Helmut Lachenmann es donde más les costó encontrar los perfiles rítmicos, así como el sentido técnico, aunque la parte final de la obra, más desenfadada, haya mostrado mejores resultados en el trío gallego. Al menos, más logrados que su recitado: un tanto informe y deslavazado, lejos de la entonación que conocemos en el registro discográfico del Trio Accanto para el sello Wergo (versión canónica de la partitura que cuenta con un acongojante canto por parte del propio Lachenmann).
Cerró tan interesante concierto el compositor israelí Yair Klartag, con su trío para saxofón, piano y percusión Fragments of Profound Boredom (2012), una pieza en la que, de nuevo, con dificultad pudimos escuchar los pasajes recitados (en este caso, provenientes de Die Grundbegriffe der Metaphysik (1929-30), texto de Martin Heidegger sobre el aburrimiento que da nombre a este trío). A pesar de su título, nada de tedioso tiene Fragments of Profound Boredom; más bien, todo lo contrario, pues de estas cinco partituras es la que presenta una estética más actual, estando perfectamente ubicada en el programa tras la música del genio de Stuttgart, pues netamente lachenmanniana es la raigambre musical de Yair Klartag. A ello contribuyen numerosas técnicas extendidas derivadas de la musique concrète instrumentale, como las fricciones con diversos objetos (tanto en los instrumentos convencionales como en superficies ad hoc), o el propio uso de la radio para captar —en este caso— un ruido blanco que se suma a las muchas capas que hacen de Fragments of Profound Boredom la partitura más ambiciosamente sinfónica del programa.
El uso, en diversos momentos, de metrónomos, agudiza la proliferación de señales y métricas discrepantes que conforman otro de los retos de este trío: su complejidad rítmica, aspecto muy bien resuelto por Multiplensemble, y para cuyo correcto desarrollo se han ido turnando en la tarea de dirigir los componentes del trío. Según nos decían las notas al programa, Fragments of Profound Boredom es una «experimentación con uno de los estados emocionales más influyentes y vividos por las personas del mundo occidental, el aburrimiento». Bien, quizás de algunos de esos polvorientos hastíos provengan los lodos que hoy en día padecemos en Europa (recordemos que Lev Tolstói, en Guerra y paz (1965-67), cifraba en el aburrimiento de los aristócratas rusos parte de sus ansias belicistas); si bien, tras la interpretación de Multiplensemble, el público demostró que nada mal se lo había pasado con la partitura de Yair Klartag: obra poderosamente multiforme y actual a la cual, como al conjunto del programa, se tributó una gran ovación que nos habla de la buena receptividad del público hacia las estéticas más comprometidas de nuestro tiempo, cuando éstas aportan altura artística y musical.
Es, el de la música actual de vanguardia, un camino que, sin duda, debe seguir la Cidade da Cultura, si quiere dar cabida, desde lo musical, a estéticas que se hermanen con su propio diseño arquitectónico, abriéndose a los mejores compositores internacionales y rehuyendo cualquier asomo de ombliguismo localista (algo que no está reñido con la presencia de los buenos compositores gallegos y de la gran tradición musical europea; aunque, para ello, el Gaiás deba encontrar espacios más adecuados para los conciertos de esta naturaleza, eludiendo la amplificación y los ruidos ambientales). En tiempos tan oscuros, hacer de la principal instalación cultural de Galicia un punto de encuentro como éste, le daría, además de un sentido musical serio y trascendente, una ventana de esperanza al mundo, a través del diálogo entre tiempos, países y culturas.
Paco Yáñez
(Fotos: Manuel González – Cidade da Cultura)