RONDA / Un homenaje al Infante Don Gabriel a través del piano

Ronda. Biblioteca de la Real Maestranza de Ronda. 28-VI-2023. XXIII Semana de la Música de Ronda. Helge Antoni, piano. Obras de Scarlatti, Pescetti, Mozart, Grieg, Satie y Feuchtwanger.
Imagínense que alguno de sus seres queridos resucitase para poder escuchar un recital de piano que alguien le dedicara. «Eso está muy bien», muchos dirían, «pero es imposible, pura fantasía». Cierto, pura fantasía, pero si hay algo que ofrece la música es la posibilidad de sugerir otros mundos, otras gentes, otros tiempos. Esa posibilidad nos la brindó anoche el experimentado pianista sueco Helge Antoni en el tercer concierto de la XXIII Semana de la Música de Ronda. El recital se titulaba «El Infante Don Gabriel y la música». En 2023, se celebra el 450º aniversario de la fundación de la Real Maestranza de Caballería de Ronda (RMR) y en esa larga historia hay una figura fascinante y muy importante para esta institución: el Infante Don Gabriel. Fue el décimo de los trece hijos que tuvieron el rey Carlos III y María Amalia de Sajonia. Un hombre ilustrado, mecenas de las ciencias y las artes, escritor, traductor, músico y primer miembro de la familia real en ser Hermano Mayor de la RMR, en 1763. Murió joven, a los treintaiséis años, en 1788. Era el ojito derecho de Carlos III, quien apenas lo sobrevivió un mes.
Pues bien, Helge Antoni homenajeó anoche a este hombre ilustrado con un recital de piano comentado, muy especial y exclusivo, pensado por y para honrar la memoria de Don Gabriel. El recital comenzó con tres conocidas sonatas de Domenico Scarlatti con un marcado carácter andaluz: K 141, K 481 y K 159. Tanto Scarlatti como el Infante Don Gabriel nacieron en Nápoles y ambos tuvieron un vínculo estrecho con Andalucía. Helge Antoni interpretó estas sonatas con brío y precisión. La segunda obra fue el melancólico Moderato en si menor de una de las diez sonatas que escribió el italiano Giovanni Batista Pescetti . Una pieza sencilla. Dada la influencia germánica en la educación de Don Gabriel —su madre era alemana—, Helge Antoni eligió una de las obras más oscuras y emocionantes de Mozart, la Fantasía en re menor. El maestro Antoni la interpretó dos veces: la primera tal cual la escribió Mozart, es decir, inconclusa; la segunda con un final escrito por el propio pianista que huye de ese «final feliz» que escribió en su día August Eberhard Müller. Según Helge Antoni, esta fantasía debería acabar en una tonalidad menor, y así fue como la concluyó. Tras esta fantasía con «triste final», Helge Antoni interpretó una obra más humorosa, las Doce variaciones sobre ‘Ah vos dirai-je, Maman’. Y con una limpia y clara interpretación de Mozart nos fuimos al descanso.
La segunda parte del concierto comenzó con la Suite Holberg op. 40, una obra muy festiva, para celebrar los 450 años de la RMR. El compositor noruego Edvard Grieg la compuso en 1884 para conmemorar el bicentenario del nacimiento del escritor Ludwig Holberg, conocido como el «Molière del norte». La mayoría de personas conocen la versión para orquesta de cuerdas, un tanto floja para quien suscribe, pero la versión original para piano es muy buena. Grieg hizo un guiño al pasado, al modo de aquellas suites francesas del barroco. A la festividad y y carácter rítmico de la Suite Holberg, Helge Antoni añadió un toque más íntimo, introspectivo y minimalista, con las Trois Gimmnopèdies de Erik Satie, que no dejan de ser una evocación a las festividades religiosas de Esparta en honor de Leto y de sus hijos Apolo y Artemisa. Con la última obra del programa, Tariqa II (preludio al estilo árabe), Helge Antoni nos devolvió ese carácter andaluz con el que había empezado la noche —las sonatas de Scarlatti—. Tariqa II la compuso allá por 1984 Peter Feuchtwanger. Se la dedicó a Helge Antoni, quien la interpreta desde entonces por todo el mundo. Una obra escrita por un judío alemán al estilo árabe… un buen modo de evocar la pluralidad de las culturas que convivieron en Andalucía durante muchos siglos.
El público terminó en pie aplaudiendo y Antoni Helge correspondió con una preciosa propina del compositor estonio Arvo Pärt: Für Aline. Conmovedora interpretación que nos hizo saborear el silencio a través del cual, quizás, sobrevoló el espíritu de ese hombre talentoso e ilustrado que fue el Infante Don Gabriel.
Michael Thallium