Roberto Turlo (Festival Lírico de Benicàssim): “Nuestra apuesta este año es hacer Zarzuela, y hacerla bien”

El Festival Lírico de Benicàssim celebra, entre el 2 y el 8 de agosto, su decimotercera edición. Constará de tres recitales, dos galas y un seminario. Este año, el tema central será la zarzuela. Se inaugurará con un recital de la soprano Carmen Romeu, el 4 de agosto, quien estará acompañada por el pianista Rubén Fernández Aguirre, para ofrecer un programa de canción española y francesa. El barítono Alfredo García y el pianista Enrique Bagaría afrontaran, al día siguiente, un recital dedicado autores iberoamericanos y españoles (Guastavino, R. Halffter, Sorozábal, Guerrero, Moreno Torroba o Chueca, entre otros). El día 7, la soprano irlandesa Laura Sheerin, acompañada por el Septeto Solistas de Valencia, propondrá un recital con canción folclórica de su tierra, arias de ópera italianas y musical americano. Para clausurar esta edición, el día 8, habrá una gala a cargo de Zarzuela Colombia, dirigida por el barítono español Antonio Torres, quien además encabeza el elenco de artistas completado por la soprano y flautista colombiana Liliana Mestizo, la mezzosoprano mexicana Zayra Ruiz, y el pianista cubano Leonardo Milanés.
Roberto Turlo es el director del Festival Lírico de Benicàssim. Lo ha sido desde su primera edición. Oboe solista de la Orquesta de Valencia (fue antes miembro de la OCNE), en esta entrevista nos descubre alguna de las interioridades de un festival que tendrá este año más sabor español que nunca.
Son ya trece ediciones. ¿Cómo comenzó todo?
Fue en 2008, gracias a una fuerte apuesta política por el festival. Disponíamos del dinero suficiente para montar una ópera y para hacer varios recitales. Siempre han venido figuras importantes de la lírica al festival, aunque es cierto que, por cuestiones de presupuesto, no hemos podido contar con los todos grandes nombres que nos habría gustado traer. La actividad en todo momento la hemos mantenido, principalmente en formatos de cámara, pero en esta edición, dedicada a la zarzuela, viene aire fresco. No me refiero solo a apoyo económico, sino también logístico. Hemos logrado unir energías: la nuestra, es decir, la de la organización del festival, y la del Ayuntamiento de Benicasim. El primer año fue el más potente de todos, porque se involucraron varios patrocinadores y la cosa fue bastante bien, ya que dispusimos de un presupuesto de más cuatrocientos mil euros. Pero luego fue bajando la cantidad y tuvimos que conformarnos con hacer solo un par de recitales. Aun así, el listado de nombres de la lírica que han pasado por aquí es importante.
El año pasado, pese a la pandemia, hubo festival.
Sí, pero se limitó únicamente a un recital a cargo de Nancy Fabiola Herrera, en un sitio tan emblemático como es Villa Elisa, un palacete maravilloso que hay frente al mar. Allí es precisamente donde este año vamos a celebrar el seminario de zarzuela. Combinaremos nuestras actividades este año en Villa Elisa y en el Teatro Municipal Francesc Tàrrega.
¿Por qué la zarzuela como tema principal para este año? ¿Quizá porque la pandemia todavía sigue provocando mucha incertidumbre y han preferido apostar por lo nacional?
Se dan dos circunstancias. Por un lado, el hecho de que Marcello Pérez Pose, que colabora con la organización, se halla inmerso en un proyecto cultural en México que se llama Zarzuela por el mundo, el cual está presidido por Plácido Domingo. Por otro lado, por lo que comenta de esa incertidumbre derivada de la pandemia, que hoy en día sigue provocando problemas de desplazamientos a los artistas y también, lamentablemente, cancelaciones. Yo provengo del mundo sinfónico, pero eso no es óbice para que sea un gran defensor de la zarzuela. De hecho, estoy convencido de que nuestra zarzuela no tiene nada que envidiar a la ópera. Siempre me ha gustado mucho la zarzuela, pero, claro… ¡que sea zarzuela de calidad! Y ahí está quizá el problema: somos los españoles los principales culpables de que la zarzuela a veces sea tratada de una manera bastante casposa.
Tiene mucha razón en lo que dice: parece como si nos avergonzáramos de este género musical y como si hubiera que dejarlo morir lentamente.
Es un complejo que tenemos, como tantos otros. Y no sé la razón, sinceramente. Estamos todo el día criticando lo que es genuinamente nuestro. No sé, quizá tendríamos que darnos antes una vuelta por Iberoamérica o por la India para poder establecer luego comparaciones de una forma justa. Digo yo que la zarzuela no será tan mala cuando grandes nombres de la lírica, como Plácido Domingo o Ainhoa Arteta, han hecho y siguen haciendo tanta zarzuela. Y no solo nombres nacionales, sino también internacionales, como es el caso de Elina Garanča. Tú haces algo de zarzuela en Berlín, por poner un ejemplo, y el público se vuelve loco. Y los alemanes no son precisamente idiotas en cuanto a música, así que a lo mejor tenemos que empezar a replantearnos el trato que le estamos dando en España a algo tan español como es la zarzuela. Me encanta Brahms y me encanta Debussy, pero soy un apasionado de la zarzuela, como también lo soy de la opereta vienesa. Por ello, nuestra apuesta es hacer zarzuela y hacerla lo mejor posible, no solo en el aspecto musical, sino igualmente en el escénico.
Compruebo que, además del seminario que antes mencionaba, hay una conferencia sobre zarzuela a cargo del musicólogo Emilio Casares. Imagino que forma parte del replanteamiento sobre este género musical al que se refería usted antes; es decir, hay que aplicar una buena dosis de didáctica para acercar la zarzuela al público de hoy.
No es tanto darla a conocer como de dotarla de profundidad e, incluso, de naturalidad. Emilio Casares sabe cómo exponer las cosas y por ello me parece la persona idónea para esta conferencia-recital, en la que también intervendrán el barítono Alfredo García y el pianista Enrique Bagaría. Por otro lado, realizaremos, del 2 al 6 de agosto, ese seminario sobre zarzuela, en el que participarán Emilio Casares, el profesor Vincenzo Spatola, Nancy Fabiola Herrera, Isabel Costes —que es la directora de la Orquesta Sinfónica del Atlántico—, la actriz Isabel Cámara y, por supuesto, Marcello Pérez Pose.
A quien consulte la programación del festival igual le resulta un poco sorprendente que, entre tanta zarzuela, haya un concierto titulado De Irlanda hacia América, con la soprano Laura Sheerin y el Septeto Solistas de Valencia, que dirigirá usted mismo desde el oboe.
Forma parte de lo que ha sido habitual a lo largo de la historia del festival: hacer música de cámara con instrumentos y con un solista internacional invitado. Obviamente, no tiene nada que ver con la temática de la zarzuela, pero sí con ese formato que hemos mantenido a lo largo de estos trece años. Pero no habrá en este recital solo música irlandesa: en la primera parte habrá ópera italiana (Mascagni y Puccini, para acabar con Les filles de Cadix de Delibes, que podría ser perfectamente un aria de Carmen) y en la segunda parte, bastante popular, habrá canción folclórica irlandesa, algo de musical americano y también boleros mexicanos.
¿Qué tipo de público es el que acude al festival? ¿Es más local o es público que se encuentra en Benicasim ocasionalmente vacaciones y aprovecha para ir a espectáculos culturales?
Podemos presumir de que es un público muy heterogéneo. Benicasim es, en efecto, un lugar de vacaciones y hay gente de toda España. Sobre todo, muchos madrileños, aunque también muchos valencianos, entre ellos, abonados del Palau de Les Arts que tienen ya un gusto musical formado. Pero también es mucha la gente de Benicasim que se acerca a los conciertos del festival y que se interesa por todas las actividades que hacemos. A pesar de la fidelidad de este público, lo que queremos es lanzar el mensaje, a quien no conozca todavía el festival, de que Benicasim es, desde luego, un paraíso por sus playas, por su buen tiempo y por su gastronomía, pero también por su oferta cultural.
Eduardo Torrico
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