RHEINSBERG / Un ‘Silla’, de Graun, visualmente fascinante

Schloss Rheinsberg. 9. 4. 2023. Bejun Mehta, Samuel Mariño, Eleonora Bellocci, Valer Sabadus, Roberta Invernizzi, Mert Süngü, Hagen Matzeit. Orquesta del Festival de Innsbruck. Dirección musical: Alessandro De Marchi. Dirección escénica: Georg Quander. Carl Heinrich Graun: Silla.
En coproducción con el Festival de Música Antigua de Innsbruck, ha llegado a Rheinsberg el ‘dramma per musica’ Silla, de Carl Heinrich Graun (1704-1759), para poner el broche de oro a la edición de este año del Osterfestpiele am Schloss. El propio Federico II escribió el libreto de esta ópera, que fue estrenada en la ópera berlinesa Unter den Linden en 1753 con cuatro castrati encabezando el reparto. El director de escena Georg Quander dispuso a los cantantes en poses decorativas, renunciando a todo efecto de distanciamiento. La fascinación visual del espectáculo se debió principalmente a la estupenda escenografía de Julia Dietrich, que logra crear una síntesis del Capitolio romano y el Palacio Sanssouci de Potsdam mediante copias de murales de estilo pompeyano y dibujos de arquitectura columnaria.
El héroe titular de la obra es el dictador romano Silla, que ejerció un reinado de terror pero que, en la cima de su poder, renunció a todos los cargos, incluso a su adorada Ottavia en favor de su rival Postumio. Ataviado con un traje de terciopelo rojo con bordados de oro, Bejun Mehta dibujó con gran viveza una figura que oscila entre el abuso de poder y la renuncia. Vocalmente, el contratenor dejó su impronta ya en el aria “Perfido, sì comprendo”, cantada con vehemente entrega y aplomo dramático. En las arias más delicadas, Mehta saboreó con embeleso las delicadas melodías, coronando su interpretación con esa explosión de coloratura que es el aria “Sia questo giorno altero”.
El sopranista Samuel Mariño dotó a su contrincante, Postumio, de tonos tiernamente delicados, pero también supo lanzar los debidos fuegos de artificio con la excitante coloratura de “Non più tardi la vendetta”, así como encantadores melismas en su confesión de amor a Ottavia , “Caro bell’Idol mio”. La soprano Eleonora Bellocci cantó este papel con decisión, aunque también con escabrosidades en las notas agudas de su aria “Sol nel caro amabil volto”. Así y todo, estuvo deslumbrante en el dúo con Postumio, “Quando potrem giammai”, donde ambas coloraturas se fundieron a la perfección.
La veterana soprano Roberta Invernizzi, vestida con una austera túnica negra, mostró resolución como su madre Fulvia, aunque también ciertas asperezas en la emisión. Sin embargo, en su gran página solista, “Se l’augellin si vede”, demostró su todavía competente dominio de la ornamentación.
A la interpretación de Valer Sabadus del papel del consejero romano Metello le faltó energía y brío, y le sobró un irritante tono nasal en su voz. Su mejor momento estuvo en “Vinci, Signor, te stesso”. Como Lentulo, Hagen Matzeit sedujo con un cálido y resonante contrapunto en el aria “Dopo l’orror”. Su último y suave solo “Nel reo destin crudele” también estuvo lleno de pura eufonía.
El consejero de Silla, Crisogono, que aconseja al dictador secuestrar a Ottavia, fue el tenor Mert Süngü, con toga romana y larga cabellera blanca. Cantó con vehemente entrega y expresión amenazadora, perfilando vívidamente al turbio personaje, especialmente en su agitada aria “Invan mortale ardito”, de frenética coloratura perfectamente resuelta.
Al final, Silla se desprende de su túnica y abandona la escena, no sin que antes el coro (la magnífica coral Chorisma Neuruppin) haya elogiado la magnanimidad del soberano (“Viva di Silla il nome”).
La orquesta del Festival de Innsbruck, dirigida por Alessandro De Marchi, no acabó de cuajar una interpretación uniforme. La Sinfonia sonó un tanto magra, e incluso más tarde se hubiera deseado una interpretación más emotiva. Así y todo, también hubo muchos momentos satisfactorios de brillantez orquestal y de equilibrio entre el escenario y el foso.
Bernd Hoppe
(foto: Birgit Gufler)