RHEINSBERG / ‘Dido’, de Piccinni: sonidos hechizantes en un evocador entorno
Kammeroper Schloss Rheinsberg. 28. 7. 2024. Niccolò Piccinni: Dido, Königin von Karthago. Noemi Bousquet, Chen Li, Yiwei Mao. Akademie für Alte Musik Berlín. Dirección musical: Bernhard Forck. Dirección escénica: Andreea Geletu
El compositor Niccolò Piccinni (1728-1800) es conocido hoy en día poco más que por la famosa disputa que mantuvo con el gran reformador de la ópera, su colega Christoph Willibald Gluck. Por tal motivo, resulta muy loable el empeño del festival Kammeroper Schloss Rheinsberg por recuperar su música después de tantos años. Bajo el lema ‘La sombra de Troya’, el director artístico Georg Quander ha querido contrastar la Ifigenia en Aulis de Gluck con Dido, Königin von Karthago de Piccini, esta última con libreto de Jean-François Marmontel, cuya trama se centra en los días en que Eneas decide abandonar a Dido para fundar Roma en Italia.
La música de Piccinni está llena de carácter y destacad por su inspiración melódica, sus interludios delicadamente orquestados y por un estilo danzado que sigue las convenciones francesas, según las cuales eran obligatorios los grandes tableaux corales y de danza. Bajo la dirección de Bernhard Forck, la Akademie für Alte Musik de Berlín exhibió una sonoridad deliciosa y transparente en el patio del castillo de Rheinsberg, evocador marco donde la obra se interpretó en una versión semiescenificada firmada por la directora Andreea Geletu. Los papeles solistas fueron asumidos por los cantantes premiados en el Concurso Internacional de Canto del festival, que cumplieron con creces sus cometidos. Encabezaba el reparto la soprano Noemi Bousquet, quien encarnó el papel titular con la mayor entrega, brindando una apasionada interpretación de la desdichada reina de Cartago. De voz colorida y sustanciosa, Bousquet llamó la atención desde su primera intervención en el aria ‘Venez, enfant des Dieux’ del primer acto, cantada con delicado lirismo, que trocó en desgarro emocional cuando Dido rechaza el cortejo del enemigo rey Yarbe, al intentar que Eneas cambie de opinión sobre su plan de abandonarla (‘Vous la savez), hasta la sacudida emocional de ‘Non, ce n’est plus pour moi’ al principio del tercer acto. En las páginas finales, su estado emocional llega al frenesí con ‘Je veux mourir’, que parece anticipar la escena de Didon en la tragédie Les Troyans de Berlioz.
En el papel de Eneas, el tenor Chen Li lució una vocalidad rotunda y brillante, dominando con gran aplomo la exigente parte, en especial en ‘Au noir chagrin’, en la cual el cantante supo dibujar con gran emoción el conflicto entre su amor por Dido y la misión que los dioses le han encomendado. Por su parte, el barítono Yiwei Mao, como Yarbe, estuvo magnífico en sus páginas solistas, tanto las de mayor nobleza como las más vehementes. El coro berlinés Vokalsystem, dirigido por Johannes Wolf, rayó asimismo a gran altura, bien en el enérgico ‘Aux armes’ al final del segundo acto, o en el estridente ‘Victoire’ al comienzo del tercero, cuando los cartagineses regresan victoriosos de la guerra contra Yarbe y los númidas. La narración de las fuerzas de la naturaleza (‘Les éléments troublé’) resultó grandiosa y estremecedor el final (‘O Ciel!’), cuando los cartagineses lloran la muerte de Dido y juran venganza eterna contra los troyanos.
Bernd Hoppe
Foto: Uwe Haut