¿Qué es un equipo 2.1 o 2.2?
La llegada del cine en casa ha popularizado el uso de cajones de graves: un equipo estéreo de cajas compactas ayudado por uno o dos subwoofers es un sistema 2.1 o 2.2.
No hace tantos años era bastante poco habitual que un aficionado tuviera en su casa, en su equipo de música, un altavoz solamente dedicado a los graves: un subwoofer, por emplear el ya popular término anglosajón, o cajón de graves. Pero los sistemas de cine en casa necesitan el uso de uno o más de estos altavoces ideados, a poco que el sistema sea serio, para reproducir efectos como explosiones, terremotos, vibraciones… y hacer que se sientan lo más reales posible.
En los conciertos en directo con música amplificada (fuera de auditorios) también es muy habitual usar cajas dedicadas a las notas más bajas por separado del resto de la música, por las especiales exigencias que tienen: hace falta mover mucho aire. De hecho, ya hablamos de ellos y de su uso en equipos de música hace unos meses, pero es un asunto actual porque muchas barras de sonido los usan y también para equipos compactos se les puede sacar un excelente provecho.
Estamos hablando de lo que se viene a denominar sistemas 2.1 o 2.2. Siguiendo la nomenclatura habitualmente usada en equipos de cine, el típico multicanal 5.1 es un sistema con cinco altavoces: derecho, izquierdo y central frontales, más dos traseros de efectos, y ese .1 es el canal de efectos para frecuencias graves. En el caso de un equipo para música estéreo, lo normal es que sea de dos canales sin más (digamos 2.0) pero cuando las cajas principales son compactas y añadimos un cajón de graves para tener buena reproducción de todo el espectro, pasamos a tener un 2.1. Si damos otro paso y usamos dos cajones de graves, tenemos el 2.2.
Algunos altavoces ya son de serie de ese tipo, son digamos cajas ‘mixtas’: hay marcas cuyas cajas tienen una parte de graves activa, es decir en la práctica disponen de un subwoofer interno. Así son las exclusivas Avantgarde con bocinas de alto rendimiento para medios y agudos, o las más asequibles Definitive Technology y Golden Ear Triton (en la foto grande hemos puesto varias ‘diseccionadas’), que lo hacen para reducir el espacio que ocupan. En otros casos, nos tocará elegir qué cajón o cajones de graves usamos junto a nuestros monitores (altavoces compactos), y ajustarlos bien, para conseguir no echar de menos ninguna nota en las primeras octavas sin que tampoco escuchemos un grave exagerado (indicativo de un mal ajuste). ¶
Como cajas con sección de graves activa (es decir un 2.2 de serie) podríamos destacar las Definitive Technology BP9020 (1.490 euros la pareja) que integran un subwoofer de 8 pulgadas y 150 vatios en cada caja. También en gamas más altas se usa esta unión: las Avantgarde a partir de la Uno Fino Edition (18.000 euros) con su alto rendimiento (107 dB) y subwoofer interno (dos 10 pulgadas y 1.000 vatios) permiten usar amplificadores de válvulas exquisitos de muy poca potencia… Otra opción es que alguna marca ofrece un ‘pie’ que además es altavoz de refuerzo de graves para sus cajas, como el Bass Extender para las clásicas Stirling LS3/5a BBC (unos 1.900 euros). Para complementar un equipo existente, con cajas de tipo estantería que siempre se quedan cortas con las notas más bajas, necesitaremos un cajón de graves que sea ‘musical’: importará menos la pegada (cine) y más la extensión, rapidez y linealidad. Buenos ejemplos de esto son los británicos Rel: a partir del modelo TZero Mk3 (490 euros), con el excelente T9x (1.590 euros) o con el tremendo 212/SX (5.490 euros). ¶
(Nota: los precios son PVP recomendado en la fecha de la publicación, octubre de 2021)
Josep Armengol
(Artículo publicado en el nº 377 de SCHERZO, de octubre de 2021)