Probably World Premiere Recording
Hemos llegado a un momento en que parece que ya no basta con tocar buena música y, además, con tocarla bien. Cunde la obsesión por lo novedoso, es decir, por lo que pomposamente se denomina “recuperación patrimonial”. Los programadores lo exigen y músicos y musicólogos se lanzan a una desesperada búsqueda y captura de esas obras perdidas u olvidadas. Luego, cuando las partituras recobradas se transforman en sonido, la mayor parte de las veces comprobamos que si estaban en el olvido no era fruto de la casualidad, sino más bien de la falta de calidad. Sinceramente, no sé si hay aficionados que van a un concierto por el mero hecho de que se haya descubierto una obra (que a veces no es más que una vulgar y breve sonata, o un triste cuarteto), pero el reclamo está ahí. Y cada día, con más insistencia.
La recuperación patrimonial lleva aparejado otro fenómeno no menos curioso: el de las primeras grabaciones mundiales. En los títulos de créditos, a veces la tipografía de ese “World Premiere Recording” ocupa más espacio que el nombre del compositor, que el de la propia obra y hasta que el del intérprete. ¿Se vende más un disco por llevar ese marchamo? Sinceramente, no lo sé, pero el empecinamiento de algunas casas discográficas da que pensar.
Hace unos meses, sin saber unos de los planes de los otros, tres ensembles acometieron la “World Premiere Recording” del 1er Livrre de Pieces de Violle avec una Chaconne en trio de un postergado compositor barroco francés llamado Jacques Morel. La primera grabación en aparecer fue la de la violagambista portuguesa Sophia Diniz, en el sello alemán Conditura Records. Apenas un par de meses más tarde, apareció en Brilliant Classics la grabación del violagambista español Alejandro Marías. A Brilliant (me consta que fue la casa discográfica la que tomó esa decisión) le faltó tiempo para anunciarla como primicia mundial, pero, claro, la versión de Diniz llevaba ya tiempo rulando. Y, claro, vete tú a explicarle a quien ha ganado la carrera que lo de anunciar que has llegado primero cuando en realidad has sido segundo no es cosa tuya, sino de tu patrocinador.
Pues bien, Brilliant lo ha vuelto a hacer: anuncia como “World Premiere Recording” un Salve Regina en Sol menor para soprano de Nicola Porpora, interpretado por Federica Napoletani y por el Ensemble Imaginaire que dirige Cristina Corrieri. Junto al marbete de “World Premiere Recording” aparece la fecha de grabación: 27-30 de septiembre de 2018. ¿Y qué pasa? Pues pasa que Alpha anuncia para el próximo 6 de marzo la aparición oficial de un CD que contiene ese mismo Salve Regina, interpretado por Sandrine Piau y Les Talens Lyriques de Christophe Rousset. Ojeando la carpetilla informativa de esta segunda grabación, comprobamos que tuvo lugar el 20 de julio de 2018. O sea, que la anunciada “World Premiere Recording” de Brilliant no es tal, porque es de Alpha. En todo caso, sería “World Premiere Release”, es decir, primera aparición mundial.
La cuestión ya no es solo discernir entre primeras grabaciones mundiales y primeras publicaciones mundiales, pues ahora el soporte físico del disco (que sabe Dios cuánto tiempo va a durar, aunque los presagios no son nada buenos) tiene que convivir con las plataformas digitales de Internet. Se ha dado recientemente el caso de dos cuartetos españoles que han grabado la misma obra prácticamente a la vez, pero uno de ellos se dio más prisa en editar su disco. Ante esa situación, el otro cuarteto consiguió hábilmente que las plataformas digitales anticiparan la fecha de lanzamiento, con lo cual pudo colgarse la medalla de “World Premiere Recording”.
Hace unas décadas, la marca de cervezas danesa Carlsberg lanzó un eslogan que causó furor: “Carlsberg, probablemente la mejor cerveza del mundo”. Salvo que se tengan atrofiadas las papilas gustativas, cualquiera que se tome una Carlsberg podrá certificar que esta no está, ni por lo más remoto, entre las cien o doscientas mejores cervezas del mundo. Pero ese “probablemente” deja la puerta abierta a que algún trastornado sea un apasionado de la Carlsberg. Sugiero que, a partir de ahora, los sellos discográficos, cuando saquen un disco que contenga una supuesta primicia, utilicen la etiqueta de “Probably World Premiere Recording”. Así se evitarán este tipo de situaciones tan ridículas como embarazosas.
Eduardo Torrico