Por alusiones… (a vueltas con la ROSS)
Señor Director, por alusiones…
En su escrito de 26 de abril de 2023 la Junta Directiva de AMPOS reincide en una doble confusión:
1ª) Entre hechos, opiniones y difamaciones. No sólo no rectifican las dos gravísimas acusaciones que provocaron nuestra réplica a su carta abierta del pasado 18 de abril, esto es la doble afirmación de que habíamos cuestionado el derecho a la huelga de los trabajadores de la ROSS (falso) y que desinformábamos de “manera intencionada” sobre ella (calumnia), sino que continúan por la vía de los juicios de intenciones. Por ejemplo, sobre lo primero, y para que se me entienda, yo puedo escribir que Viola Amantissima desafinó en tal o cual compás de una Sonata (hecho) o escribir que su interpretación me pareció amanerada (opinión), pero lo que no puedo escribir (sin pruebas) es que desafinó intencionadamente para boicotear la interpretación de la obra (difamación). Eso es lo que en su momento juzgamos intolerable, lo que yo sigo juzgando intolerable, no que la Junta Directiva de AMPOS exprese sus puntos de vista sobre lo que considere conveniente.
Ahora toman una frase de mi artículo [“La tendencia global (no sólo española) es justamente la contraria: se buscan plantillas más cortas, capaces de hacer la mayor parte del repertorio sinfónico, que se completan con aumentos cuando la ocasión lo requiere”] para extraer de ella conclusiones extemporáneas, atribuyéndome unas intenciones (“animando a seguir”: ¿cómo, dónde animo yo a nada?; “le faltó decir…”, ¿qué…?) que al parecer estaban en su imaginación pero desde luego no en la mía. En la mía sólo estaba el contrastar una de las reivindicaciones del comité de huelga de la ROSS (ir a una plantilla fija más amplia, la más amplia de España a fecha de hoy) con lo que me parecen tendencias evidentes del sinfonismo internacional desde hace décadas, que tienen que ver con cambios de modelos en la búsqueda de la supervivencia a través de formatos más flexibles… Y yo ni siquiera me pronunciaba sobre ello, primero porque es un tema muy complejo, que no se resuelve con lugares comunes, y segundo, y fundamental, porque el mío NO es un artículo de opinión. Simplemente planteaba cuál es una de las tendencias básicas de la realidad sinfónica, para que se atienda a su natural complejidad y se escuche un planteamiento diferente al único que llevamos oyendo semanas. A tal respecto invito al lector interesado a seguir esta conferencia del 8 de julio de 2020 de Iván Fischer: The future of the symphony orchestra, donde entre otras cosas expone la evolución que ha seguido su Orquesta del Festival de Budapest.
2ª) Entre la realidad y el deseo. Celebro que coincidamos en lo segundo. Sí, a mí también me gustaría una Sinfónica de Sevilla con 150 músicos pagados como si fueran los más exitosos brókers de Wall Street, con poder para contratar a los mejores directores y solistas del mercado y ofrecer con ellos una temporada de conciertos semanales entre septiembre y julio en su propio y ultramoderno auditorio con capacidad para 3000 espectadores (¡qué digo 3000, 10000, que abarrotaran las butacas entusiasmados en cada actuación!). En esto, en el deseo, seguro que coincidimos. Lástima de la entropía.
Pablo J. Vayón