PERALADA / Reinan los agudos de Flórez
Peralada. Auditori Parc del Castell. 9-08-2019. Juan Diego Flórez, tenor. Ruzan Mantashyan, soprano. Orquestra Simfònica del Vallès. Director: Guillermo García Calvo. Obras de Gounod, Donizetti, Massenet y Puccini. Auditori Parc del Castell.
Juan Diego Flórez sigue coleccionando éxitos y, en su cuarta actuación en el Festival Castell de Peralada, fue el rey absoluto de un concierto de dúos y arias del repertorio italiano y francés en el que compartió escenario con la soprano armenia Ruzan Mantashyan y la Orquestra Simfònica del Vallès, que rindió a buen nivel bajo la cuidada y flexible dirección del director español Guillermo García Calvo. Eso sí, mientras el divo peruano provocaba el delirio con su elegante y arrebatados fraseo y sus brillantes agudos, el resto de protagonistas permanecía en un plano algo más discreto. En cuestiones de carisma, Flórez es mucho Flórez y el público, que llenó el Auditori Parc del Castell, salió satisfecho con un programa que tuvo como atractiva sorpresa una valiente incursión en terrenos puccinianos y una generosa ración de propinas que culminó con la celebérrima Nessum dorma.
El famoso tenor sigue empeñado en ampliar su repertorio natural con incursiones en terrenos líricos no exentos de riesgos, como es el caso de Giacomo Puccini. En su regreso al festival ampurdanés, combinó títulos habituales en su carrera con nuevos retos, ofreciendo como atractivo regalo un anticipo de su próximo debú en el papel de Rodolfo anunciado para el próximo mes de marzo en la Ópera de Zúrich, con Mantashyan como Mimí. El anticipo fue jugoso y, aunque la densa orquestación pucciniana le obliga a forzar sus medios naturales —la voz es ahora más ancha, pero el volumen que exige Puccini no le pone las cosas fáciles—, pero sortea con habilidad los puntos débiles y lo lleva a su terreno, con un buen gusto y un lirismo desbordante que deparó momentos preciosos tanto en Che gelida manina como en el dúo O soave fanciulla.
En el universo pucciniano se mostró mucho más cómoda la atractiva soprano armenia, de agudos potentes, pero no siempre bien controlados y un fraseo un tanto afectado. Flórez brilló en la selección de célebres páginas del repertorio que mejor se adapta a sus cualidades de tenor lírico-ligero. Curiosamente, estuvo más cómodo en las piezas de Gounod —aria y dúo de Roméo et Juliette, y aria de Faust— que en las páginas de Manon, de Massenet y, cosa rara, en el dúo y gran aria de Edgardo en la donizettiana Lucia di Lammermoor.
Generoso en las propinas, brindó una sensacional versión de Granada, sorteó con entrega el apasionado dúo de El gato montés, de Penella y, para complacer a la legión de admiradores, ya relajado, con su guitarra, regaló varias canciones populares y cerró la calurosa velada ampurdanesa con una valiente interpretación de Nessun dorma que puso al público en pie.
En el buen trabajo de García Calvo y la Simfònica del Vallés destacó, lejos por fortuna del repertorio más trillado, la deliciosa obertura de Mignon, de Thomas —una de los encores favoritos de Toscanini— y el hermoso intermezzo de L´amico Fritz, de Mascagni.
(Foto: Miguel González – Shooting)
Javier Pérez Senz