‘Pelléas et Mélisande’, el CD de Burdeos
DEBUSSY: Pelléas et Mélisande / Stanislad de Barbeyrac, Chiara Skerath, Alexandre Duhamel, Jérôme Varnier, Janina Baechle, Maëlig Querré, Jean-Vincent Blot / Choeur de l’Orchestre National de Bordeaux / Orchestre National Bordeaux Aquitaine / Director: Pierre Dumoussaud / ALPHA 752 (2 CD)
La aparición de este nuevo registro de Pelléas et Mélisande en formato audio nos obliga a algunas informaciones y a un poco de reflexión (en rigor, saldrá a la venta dentro de dos semanas). El registro es de noviembre de 2020, de Burdeos, y tendría que haber consistido en una reposición de la producción de Philipe Béziat y Florent Siaud, que tuvo muy buena acogida en las dos únicas funciones que dio el mismo teatro, enero de 2018 (entonces dirigía Minkoswki en el foso). Pero no pudo ser por la cuestión sanitaria bien conocida y tan lamentable. De manera que se hizo en versión de concierto, y para que quedara testimonio del excelente trabajo de los solistas vocales y el conjunto se grabaron tomas para este doble CD de Alpha. El reparto es el mismo que en 2018, como lo son la orquesta y el coro. Solo cambia el director musical, que en este caso es Pierre Dumoussaud, que ha dirigido esta ópera en varios teatros (dos meses después la dirigía en Rouen).
Es una lástima no ver las imágenes de Béziat y Siaud, pero al menos tenemos el testimonio de un Pelléas con dos protagonistas de voz juvenil, como se corresponde realmente con los personajes, y aun así voces poderosas, bellas, con Barbeyrac como joven retenido por el estupor y por los pudores, de amplio registro, bello timbre, gran capacidad de matiz. La Mélisande de Chiara Skerath está muy cerca Yniold, es como su hermana algo mayor, no su petite-mère. La dulzura y el misterio que desarrolla Skerath convierte su relación con Pelléas en algo que está a un lado de la inocencia; no más allá, sino en otra parte. Es como si no pertenecieran esos jóvenes al mundo podrido de Allemonde, una podredumbre que no tiene que ver más que con el deterioro de la vida en el castillo, y se deduce que en todo el reino, y lo que los sicoanalistas llaman el instinto de muerte.
Frente a ellos, Alexandre Duhamel muestra una nobleza de timbre y de gesto que solo corren peligro cuando la partitura exige determinados graves, pero su centro es radiante. Muy aceptables los otros personajes, con la sobriedad de Janina Baechle, la brillantez de Jerôme Varnier, que no parece el anciano que se supone que es el rey Arkel. La dirección de Dumoussaud es clara, es transparente, nada que ver con la tradición que ahora repasaremos. No sufren el enigma ni el misterio, y no sabemos hasta qué punto la puesta en escena prevista ha influido en el resultado de orquesta y solistas. Es una dirección que se podría considerar objetivista, con una definición dramática que no fía demasiado a la creación de una atmósfera, como ha sucedido con esta ópera desde el principio (bueno, creemos que desde el principio, si lo deducimos del registro de Desormière, que es solo treinta años posterior al estreno).
Pero… El caso es que hace mucho tiempo, tal vez más de tres décadas, que no se graban nuevas lecturas de Pelléas et Mélisande en formato audio.
Santiago Martín Bermúdez