PARÍS / Gustavo Dudamel dirige en Bastille un espectacular montaje de ‘Nixon in China’ firmado por Valentina Carrasco

París. Opéra national de Paris – Bastille. 25.III.2023. Adams, Nixon in China. Thomas Hampson, Renée Fleming, Xiaomeng Zhang, Joshua Bloom, John Matthew Myers, Kathleen Kim, Yajie Zhang, Ning Liang, Emanuela Pascu. Orchestre et Chœurs de l’Opéra national de Paris. Dirección musical: Gustavo Dudamel. Puesta en escena: Valentina Carrasco. Escenografía: Carles Berga, Peter Van Praet. Figurines: Silvia Aymonino. Luces: Peter Van Praet
La entrada de Nixon in China en el repertorio de la Opera de París, que presenta la tercera producción en Francia de la primera gran obra lírica de John Adams, después del Festival de Otoño de 1991 y el Théâtre du Châtelet en 2012, es tanto más significativa cuanto que llega en un momento en que las tensiones entre Estados Unidos y China se vuelven cada vez más amenazadoras, mientras que la obra recuerda el principio de la normalización de las relaciones diplomáticas entre ambos países…
Lo que se deja ver en esta ópera sobre la manipulación, el choque de culturas, la incomprensión entre los seres humanos, la retórica, el poder y su vacuidad, en manos de la directora de escena argentina Valentina Carrasco, que se ha formado durante veinte años en el colectivo La Fura dels Baus y que firma aquí su primer espectáculo en la Opera de París, es todo un acierto. La acción se sumerge en la «diplomacia de ping-pong» de comienzos de la década de 1970 entre los dos países, con los encuentros e intercambios chino-estadounidenses entre los equipos de ambos países, y que aquí motivan conjuntos corales y ballets. La obertura de la ópera tiene lugar sobre proyecciones de films en blanco y negro que recuerdan la historia de la China popular, imágenes que cada vez son más duras, con las deportaciones de ciudadanos a los campos y de campesinos a las ciudades, las torturas, los procesos y ejecuciones de intelectuales y opositores, hasta el testimonio desgarrador, entre los actos II y III, obtenido de la película de 1979 De Mao a Mozart: Isaac Stern en China, de Murray Lerner, sobre un profesor de violín condenado a trabajos forzados por enseñar un arte condenado por la Revolución cultural de 1966.
Pero Carrasco no se olvida de los horrores del ejército estadounidense en Vietnam. Al Boeing 707 ‘Aire Force One’ lo sustituye un águila gigante con alas y garras totalmente abiertas; la alfombra roja se despliega después de que unas cuarenta mesas de ping-pong encima de las que los coristas-jugadores, que intercambian sets, se aparten para acoger a la pareja de los Nixon y su delegación. La escena más potente de esta producción es la de la biblioteca de Mao, donde discuten los presidentes mientras que, abajo, tiene lugar un auto de fe. Otros momentos fuertes son la poética escena introspectiva de Pat Nixon, consolada por un dragón compasivo, y la de la visita a una pocilga industrial modelo.
Gustavo Dudamel le da a esta partitura, que aprecia especialmente, fluidez, energía, transparencia, onirismo, sensualidad, transmitido todo ello por unan orquesta deslumbrante, igual que el coro especialmente preparado por la directora taiwanesa Ching-Lien Wu. La soprano estadounidense Renée Fleming realiza una extraordinaria interpretación de Jian-Quing, cuarta esposa de Mao, llamada “la emperatriz roja”, con enloquecidas agilidades; el barítono estadounidense Thomas Hampson es un Nixon nostálgico cuya voz, que tiende a la fragilidad, humaniza al presidente, futura víctima del Watergate. El barítono chino Xiaomong Zhang encarna un impresionante Zu Enlai; el bajo australiano Joshua Bloom brilla en el personaje clave que es Henry Kissinger; el tenor californiano John Matthews es un Mao Zedong exuberante; las tres secretarias del Gran Timonel (las mezzo Yaije Zhang, Ning Liang y Emanuela Pascu, china, estadounidense y rumana) forman un inefable trío de siamesas.
Bruno Serrou
[Fotos: E. Bauer / Opéra national de Paris]