PARÍS / Apasionante ‘Ercole Amante’ de Cavalli
París. Opéra Comique, salle Favart. 4.XI.2019. Cavalli, Ercole amante. Nahuel Di Pierro, Anna Bonitatibus, Giuseppina Bridelli, Francesca Aspromonte, Krystian Adam, Giulia Semenzaro, Luca Tittoto, Dominique Visse, etc. Coro y orquesta Pygmalion. Dirección: Raphaël Pichon. Puesta en escena: Valérie Lesort y Christian Hecq. Escenografía: Laurent Peduzzi. Figurines y máquinas: Vanessa Sannino. Luces: Christian Pinaud.
Inmenso compositor del tránsito del Renacimiento al Barroco, maestro de la ópera italiana que entonces nacía, a Francesco Cavalli (1602-1676) se le programa raras veces en los teatros líricos franceses. Salvo error, y ateniéndonos a Ercole Amante, se trata solo de la segunda producción francesa en época moderna (cuarenta años después de la de Corboz/Martinoty en la Opera de Lyon) de esta obra compuesta en 1660 con motivo del casamiento de Luis XIV y la Infanta española María Teresa de Austria, y estrenada en el Théâtre des Machineries del jardín de las Tullerías ante más de cuatro mil invitados. Podemos preguntarnos, por lo demás, qué pudo comprender de la trama el público francés que oía el libreto en italiano…
Siete años después del hallazgo parisiense, en una notable producción del Teatro des Champs-Elysées en abril de 2012, de La Didone, la Opéra Comique, con el Châeau de Versailles, da una nueva oportunidad a una obra once años posterior, Ercole amante (Hércules enamorado). Jean-Baptiste Lully, después de haber hecho todo lo posible para sabotear el estreno de la ópera del veneciano, no dejará detenerlo en cuenta cuando se convierta en el compositor oficial del rey Luis XIV. Ercole amante era en realidad el regalo de bodas del cardenal Mazarino a su rey. Éste, enamorado de la sobrina del cardenal, aceptó la petición del tío de su prometida de casarse con la Infanta de España para sellar la paz entre las dos monarquías, la de los Borbones y la de los Habsburgo, que habían estado en guerra durante un cuarto de siglo. De esta manera, el joven rey se convierte, bajo los rasgos de Hércules, en el héroe de una ópera con libreto italiano de abate Francesco Buti. El mejor arquitecto teatral de la época, Gaspare Vigarani, fue el encargado de erigir una sala dotada de una maquinaria ambiciosa, y Mazarino invitó en 1659 al músico más famoso, Francesco Cavalli. La boda se celebró en 7 de junio de 1660 en San Juan de Luz, y hubo que esperar hasta el 2 de febrero de 1662 para que Ercole amante se representase por fin. Mientras tanto Mazarino había muerto, y con él moría el protector de los italianos en la corte francesa, de manera que Cavalli se vio obligado a desaparecer en medio de un espectáculo regido por Lully, que lo asfixió en medio de interminables ballets.
Es la primera vez en Francia desde su estreno que se interpreta Ercole amante con instrumentos de la época, bajo la dirección enérgica y colorista de Raphaël Pichon [en la foto] a la cabeza de su magnífico conjunto Pygmalion. El joven director y clavecinista francés ha redistribuido el espacio de una parte de su orquesta y ha trasladado algunos de los instrumentos de viento y de percusión por los pasillos de la sala Favart, tras el público y entre bastidores, lo mismo que algunos miembros del coro, mientras que la percusión, considerablemente nutrida, participa ampliamente en los efectos dramáticos. Quedan a un lado los contrastes comedia / tragedia / onirismo / arrebatos amorosos, en una palabra, los affetti tan caros a Cavalli, que no están lo bastante marcados.
La magia del estreno en la Tullerías con decorados de Giacomo Torelli, no puede llevarse a cabo en la exigua sala de la Opéra Comique, y los presupuestos colosales de la cortes de Luis XIV tampoco están aquí disponibles, pero los medios con los que se cuenta han permitido a los dos directores de escena, Valérie Lesort y Christian Hecq, realizar efectos muy adecuados con la complicidad del escenógrafo Laurent Peduzzi, que se ha inventado decorados de toque ingenuo muy eficaces, con la presencia, entre otras cosas, de una barquilla, de trapecios volantes con acróbatas que revolotean, de trampillas, mar pintado, un velero, un submarino, un avión, un parterre de flores, graderíos, puertas, máscara, bailarines, suaves monstruos de peluche, etc.
Esta música sublime ha sido confiada a un reparto de gran calidad, con el papel titular para el excelente barítono brasileño Nahuel di Pierro, de bronceado timbre; con el sólido y ardiente Ilio del tenor polaco Krystian Adam; el sonoro y regocijado Neptuno del florido bajo italiano Luca Tittoto; el tortuoso Licco del indestructible contratenor francés Dominique Visse. Del lado femenino son numerosas las italianas, con la mezzosoprano Anna Bonitatibus, que presenta una seductora y vindicativa Juno; Giuseppina Bridelli, una Deyanira de plateado timbre; lo mismo que la soprano Francesca Aspromonte, conmovedora en el personaje de Iole; Giulia Semenzato en los tres papeles de Venus, Bellezza y Cinzia…
Tres horas y media de felicidad de las que no hay privarse.
Bruno Serrou
Foto Raphäel Pichon: Piergab888
Foto Montaje: S. Brion (Ópera Comique)