PAMPLONA / Orquesta Sinfónica de Navarra: fronteras musicales
Pamplona. Auditorio Baluarte. 28-IV-2002. Jorge Robaina, piano. Orquesta Sinfónica de Navarra. Director: Carlos Miguel Prieto. Obras de Brahms, De Zubeldía y Echeverría.
La Orquesta Sinfónica de Navarra (OSN) celebró su décimo abono de temporada con un programa titulado Imprescindibles. Revisitar a Brahms siempre resulta un acto emocionante e intelectual. Su música estimula al gran público y al especialista. A los 43 años, el músico de Hamburgo compuso, por fin, su Primera sinfonía, sin duda una obra maestra, superando la frontera psicológica que desde el punto de vista creativo ocasionó el genio de Bonn. Las referencias a la Quinta, la Séptima y la Novena de Beethoven reflejan la bondad de quien se siente abrumado pero agradecido. La interpretación de este sentimiento pudo apreciarse de manera especial en la entrada de la sección de los metales en el último movimiento, seguida por el tema coral interpretado por la cuerda de la OSN.
Aunque marcada por las estructuras clásicas, Brahms explotó al máximo el contraste como recurso expresivo, dotando a la obra de una gran organicidad, propia del estilo romántico. La frontera entre estos dos estilos siempre está determinada por el movimiento que ejerce la cuerda, dotando de gran emoción a la obra. Dirigida con gran eficacia por Carlos Miguel Prieto, esta sección de la OSN, aunque algo escasa en atriles, sonó imprescindible. Igual de determinante fue la labor del concertino, ejerciendo como guía de su sección y dejando un momento espectacular en el solo del final del segundo movimiento.
Por su parte, los solos del viento que escribió Brahms para su Primera sinfonía presentan una variedad de belleza y carácter que engrandecen la composición: el oboe del segundo movimiento, la presencia del clarinete en diversos momentos y la flauta merecen una mención especial. Las introducciones dramáticas de los tiempos extremos y los clímax escritos por Brahms, poderosísimos, exigen una interpretación conceptual que combina lo clásico y lo romántico. Los acentos yámbicos del primer movimiento reaparecen en el resto de la obra, otorgando unidad y convirtiendo al ritmo en uno de los elementos virtuosos del final. Carlos Miguel Prieto logró un Brahms con empuje, precisión técnica y transparencia en las distintas secciones.
Lo incuestionable de Brahms, por su música, se convierte en el caso de la compositora navarra Emiliana de Zubeldía en lo imprescindible y necesario que es contar un nuevo relato de nuestra historia musical. Fundamental es también el trabajo de investigación y edición de su obra, realizado en este caso por el propio solista, Jorge Robaina en colaboración con Leticia Varela. La intérprete y compositora navarra (Salinas de Oro) estudió en Francia en la Schola Cantorum y con el folclorista Charles Bordes, lo que revela una actitud abierta para la época y recorrió América como pianista. Su devenir por diversos países del continente americano hasta asentarse en México (Hermosillo) evoca la conquista de una tierra lejana que le acogió y guarda respeto y memoria por la compositora navarra. También en la música, Emiliana de Zubeldía exploró nuevas fronteras teórico-musicales, especialmente el Sistema Natural de Música de Gustavo Novaro.
El Concierto para piano y orquesta nº 2 (1951) está escrito con este sistema. Su lenguaje experimental se plasma también en su estructura en un solo movimiento y en su carácter especialmente rítmico. La ausencia de momentos muy virtuosos denota igualmente una escritura experimental, aunque manteniendo la idea concertante entre el piano y la orquesta. Jorge Robaina estuvo sólido y preciso en su interpretación regalando para la velada uno de los tientos de la compositora navarra escritos también con el sistema de Novaro.
Arravan (2019) de Jesús Echeverría se contextualiza en un momento en el que componer a partir de material tradicional es casi una moda. El uso de la tradición puede devenir en abuso si no se trabaja con cariño, emoción y competencia. En el caso de Arravan (juego de letras con la palabra “Navarra”), se trata de una fantasía basada en un desarrollo sinfónico de unas variaciones de jota del bisabuelo del compositor. Jesús Echeverría conoce perfectamente la escritura sinfónica, explotada al máximo en la sección de cuerda. Conceptualmente, la OSN entendió la tradición transfigurada en una obra con muchos matices sonoros y complejidades rítmicas. A las fronteras generacionales se unen en Arravan las musicales, en dos géneros diferentes y en la realización de una música de nueva creación que siempre resulta imprescindible.
Marcos Andrés Vierge
(Foto: Edgar Gutiérrez – OSN)
1 comentarios para “PAMPLONA / Orquesta Sinfónica de Navarra: fronteras musicales”
<strong>… [Trackback]</strong>
[…] Find More on that Topic: scherzo.es/pamplona-orquesta-sinfonica-de-navarra-fronteras-musicales/ […]
Los comentarios están cerrados.