OVIEDO / Una deliciosa ‘Manon’

Oviedo. Teatro Campoamor. 10-IX-2023. Temporada de Ópera de Oviedo. Sabina Puértolas, Celso Albelo, Roberto Scandiuzzi, Manel Esteve, Moisés Marín, Pablo López, Abraham García, Ana Nebot, María Heres, Serena Pérez. Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. Coro Intermezzo. Director musical: Nuno Coelho. Director de escena: Emilio Sagi. Massenet: Manon.
La temporada de ópera de Oviedo ha quedado inaugurada con la puesta en escena de Manon de Massenet, en una nueva coproducción de la casa con el Teatro Municipal de Santiago de Chile y el Auditorio de Tenerife. Se da la circunstancia de que precisamente esta obra inauguró hace 75 años la reapertura del Teatro Campoamor tras su reconstrucción en 1948, protagonizada entonces por Victoria de los Ángeles y a quien, en cierto modo, se homenajea.
En este caso, ha sido Sabina Puértolas la encargada de dar vida a Manon con una gran interpretación que ha dejado momentos bellísimos como en “Adieu notre petite table”, lo más aplaudido de la noche junto al conocido “Profitons bien de la jeunesse”, en el que la parte masculina del Coro Intermezzo acompañó a plena potencia. La buena forma de la soprano se puso de manifiesto a lo largo de toda la velada, en un exigente papel que le va como anillo al dedo. Muy bien en lo dramático y mejor aún en lo vocal, desplegando una gran riqueza de matices, una siempre elegante línea de canto, bella coloratura y unos agudos dulces y delicados. Sin duda, fue su noche.
Su pareja en escena, Celso Albelo, debutaba el papel de Des Grieux; estuvo bien en todas sus intervenciones, aunque se hubiera agradecido un mayor despliegue de recursos a la hora de abordar los agudos, que, por otro lado, tan bellamente sabe hacer y que, sin duda, elaborará una vez haga suyo este nuevo rol, habida cuenta sus magníficas cualidades canoras, que pudo lucir especialmente en su dúo con Manon del final del tercer acto. Roberto Scandiuzzi, como conde Des Grieux, dio muestras de su magnífico instrumento, una voz profunda, bien timbrada y de gran volumen, mientras que Manel Esteve en el papel de Lescaut, estuvo también a gran altura. Bien equilibrado el resto del reparto.
La versión musical del debutante en el foso del Campoamor, Nuno Coelho, nuevo director titular y artístico de la OSPA, fue fresca y ágil, siempre pendiente de los cantantes, con un resultado notable. La puesta en escena gozó de las garantías de su director, Emilio Sagi, que hizo, como acostumbra, un espectáculo sencillo pero elegante y bello gracias en parte al precioso vestuario de Pablo Núñez y a la llamativa posticería. El protagonismo escénico, diseñado por Daniel Bianco, lo tenían cuatro grandes escaleras móviles que, si bien es cierto en un principio daban su juego a pesar del trajín para los artistas de subir y bajar constantemente por ellas, llegó un punto en que se hacía excesivo el constante cambio en sus posiciones, a telón abierto, con el consiguiente tiempo necesario para moverlas y asegurarlas convenientemente, paralizando la acción más de lo deseable, a pesar de hacerse en los cambios de cuadro.
Nuria Blanco Álvarez