OVIEDO/ José Antonio López, un Gianni Schicchi excepcional

Oviedo. Teatro Campoamor. 7-X-2023. Temporada de Ópera de Oviedo. José Antonio López, Beatriz Díaz, Azer Zada, Ana Ibarra, Miguel Ángel Zapater, Josep Fadó, Facundo Muñoz, Laura Brasó, Javier Povedano, Carlos Daza, Marina Pardo, Vicente Esteve Corbacho, Mikel Zabala. Orquesta Oviedo Filarmonía. Coro Intermezzo. Director musical: José Miguel Pérez-Sierra. Director de escena: Paul-Émile Fourny. Puccini: Il tabarro / Gianni Schicchi.
Acaban de subir al escenario del Teatro Campoamor de Oviedo dos de las tres piezas que conforman Il trittico de Puccini: Il tabarro y Gianni Schicchi, en una sencilla pero efectiva producción de la Ópera-Théâtre Eurométropole de Metz. Lo mismo podríamos decir de la dirección de escena de Paul-Émile Fourny, quien veló por la comodidad de los cantantes y que resultó muy ágil y divertida en la segunda ópera de la noche. No obstante, encontramos forzada su idea de enlazar las dos obras a través del agua, manteniendo en la segunda de ellas un rio en el proscenio que carecía entonces de sentido al transcurrir toda la acción en un dormitorio.
No podemos decir, sin embargo, que la versión musical a cargo de José Miguel Pérez-Sierra velara por los intereses de los cantantes. Su visión precipitada de la partitura hizo que uno de los momentos más bellos y conocidos de la historia de la ópera, el aria “O mio babbino caro” pasara sin pena ni gloria, sin permitir el deleite de público ni artista. En no pocas ocasiones se lo hemos escuchado a Beatriz Díaz, que encarnaba el papel de Lauretta, y damos fe de la bellísima interpretación que es capaz de realizar de esta mítica pieza, sin embargo, en esta ocasión, el inexplicable tempo marcado por Pérez-Sierra junto a una dirección mecánica, no daba margen a que la soprano explotara los crescendo ni a la recreación en la partitura. Lástima también que la tesitura de Giorgetta en Il tabarro no se adaptara a sus notables cualidades canoras que la limitaban en la proyección de los graves.
El tenor Azer Zada, que debutaba en la ópera de Oviedo, fue un discretísimo Luigi en Il tabarro, con graves problemas en los agudos y falta de volumen y de homogeneidad en sus registros, y en la misma línea actuó después como Rinuccio. Afortunadamente, José Antonio López estuvo pleno en lo vocal en su papel de Michele en Il tabarro, mostrando una voz bien timbrada y de gran proyección, lo que evidenció aún más las faltas de algunos de sus compañeros que en ocasiones no lograban imponerse a la orquesta, una Oviedo Filarmonía que adoleció de gran volumen por momentos pero que en general estuvo a buen nivel. López se mostró también magnífico como Gianni Schicchi, con una vis cómica y un talento dramático realmente sorprendente; la versatilidad que demostró al interpretar a un celoso asesino en la primera parte y a un astuto y pícaro Schicchi en la segunda, resulta admirable. Muy bien Ana Ibarra en ambas óperas, mostrándose muy adecuada a sus papeles de La Frugola y Zita. El veterano Miguel Ángel Zapater como Talpa primero y Simone después no defraudó, al igual que Josep Fadó como Tinca y luego Gherardo. Bien el resto del reparto y el Coro Intermezzo.
Nuria Blanco Álvarez
(fotos: Iván Martínez)