OVIEDO / Don Giovanni, depredador sexual
Oviedo. Teatro Campoamor. 13-XI-2022. Mozart, Don Giovanni. Jacques Imbrailo, Rubén Amoretti, María Rey-Joly, Vanessa Goikoetxea, Joel Prieto, Laura Brasó, David Lagares y Fernando Latorre. Oviedo Filarmonía. Directora musical: Elena Mitrevska. Directora de escena: Marta Eguilior.
Don Juan, el seductor por antonomasia, ha sido convertido por la directora de escena Marta Eguilior en un ser absolutamente despreciable: depredador sexual, asesino, necrófago y vampiro. Perdimos la cuenta de las agresiones sexuales que se produjeron en escena a toda fémina que allí aparecía, ya fuera protagonista, secundaria, miembro del coro o figurante. Eguilior basó su trabajo únicamente en este asunto, sin prestar la menor atención ni al libreto de Lorenzo Da Ponte ni a la música de Mozart, en la que incluyó ladridos y de la que eliminó de un plumazo toda la parte final una vez sale el Comendador de ultratumba.
Todo resultó un auténtico despropósito, que fue sonoramente pateado por el público: una doña Elvira embarazada; un Leporello mezcla de perro y de Igor, mayordomo de Drácula, —pieza clave en el dramma giocoso que en esta ocasión no tuvo ninguna gracia—; irrisorias coreografías que bien parecían un baile de Tik Tok… Y así podríamos continuar describiendo el esperpento que tuvo lugar en el Don Giovanni de nueva creación de la Ópera de Oviedo, entidad que, en lugar de dignificar sus 75 años de existencia, va a la deriva con una dirección artística sin criterio y una junta directiva que yerra una y otra vez al no velar por la calidad de los proyectos que avala con la cartera de los socios.
La ‘idea feliz’ de contratar para lo musical a una directora con nula experiencia ante una orquesta en el mundo operístico resulta inexplicable, más allá de que la propia Elena Mitrevska fuera la directora del Coro de la Ópera de Oviedo durante unos pocos años, en una oscura etapa de la agrupación que llegó a los tribunales. No sorprende la deficiente dirección musical con una absoluta novata a la batuta, artilugio, por cierto, con el que Mitrevska no parece sentirse nada cómoda.
La Oviedo Filarmonía sufrió las consecuencias de todo esto, pues la versión no pudo ser más inexpresiva y mecánica. Afortunadamente el elenco sobre el escenario dio muestras de enorme profesionalidad e intentó compensar con unas intervenciones vocales de calidad. Jacques Imbrailo sorprendió con una caracterización muy meritoria de un depravado Don Giovanni, tanto en lo dramático como en lo vocal, al igual que Rubén Amoretti, estupendo como Leporello. Vanessa Goikoetxea, que encarnó a Donna Elvira, es poseedora de una preciosa y dúctil voz que nos regaló cuidados filados y una interpretación magnífica. María Rey-Joly, a pesar de mostrar un timbre un tanto metálico en el registro más grave, fue una Donna Anna de buen nivel, aunque no tuvo química con Don Ottavio, interpretado por el joven Joel Prieto, cuya bonita voz, de buena proyección, no fluye en las notas largas que resultan planas. Su estatismo en escena no le ayudó en este sentido —ahí la dirección de escena brilló por su ausencia—. Laura Brasó y David Lagares, como Zerlina y Masetto, realizaron un gran trabajo y mostraron la plenitud de sus respectivas voces, y Fernando Latorre muy adecuado en su papel de Comendador. Correcto el Coro Intermezzo.
Nuria Blanco Álvarez