OVIEDO / Bonito ‘Caserío’

Oviedo. Teatro Campoamor. 22-VI-2023. Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo. Damián del Castillo, Miren Urbieta-Vega, Antonio Gandía, Serena Pérez, Carlos Cosías, Itxaro Mentxaka, Carlos Mesa, Maxi Rodríguez. Oviedo Filarmonía. Coro Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo. Director musical: Lucas Macías. Director de escena: Pablo Viar. Guridi: El Caserío.
El Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo llega a su fin con la puesta en escena de El Caserío del compositor vasco Jesús Guridi y libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw, estrenada en el Teatro de la Zarzuela en 1926, ahora con una producción propia del Teatro Campoamor junto al Arriaga de 2011, con un lleno hasta la bandera que pide a gritos la recuperación de una tercera función de cada espectáculo. Una zarzuela de carácter regionalista, siguiendo el modelo de Gigantes y cabezudos de Manuel Fernández Caballero aunque en tres actos, ahora con Vizcaya como telón de fondo en lugar de Aragón, con su gente, su vestimenta (muy apropiada, de Jesús Ruiz), el modo de hablar de sus habitantes con un seseo y un acento característico que se dejaba oír en muchos de los personajes, sus costumbres, como el juego de la pelota vasca y bebidas como el popular txacoli y, como no, su música, con partes de inspiración folklórica e incluso citas de temas populares, y sus danzas, en esta ocasión a cargo de la Aukeran Dantza Kompainia, con unos bailarines de excepción y vistosas coreografías de su director, Eduardo Muruamendiaraz, muy bien aprovechadas al tener varias intervenciones protagónicas a lo largo de una obra que contó con la acertada dirección de escena del vasco Pablo Viar, a pesar del abuso del recurso del estatismo, congelando a los personajes, y movimientos a cámara lenta, así como del recorte de parte del texto.
Todo ello estuvo enmarcado en una bonita y práctica escenografía de Daniel Bianco que recreaba un frontón, y unas gradas utilizadas por el coro, donde unos pelotaris se enfrentaban en un intenso partido y que sirvió de marco a buena parte de la representación, y también el muro y la puerta de acceso a un caserío, el Sasibil, en el que vive el tío Santi, encarnado por Damián del Castillo, donde también residen sus sobrinos, el juerguista José Miguel, a cargo de Antonio Gandía, y la dulce Ana Mari, interpretada por Miren Urbieta-Vega, a los que gustaría casar para mantener unida la herencia familiar, pero, dado el historial del muchacho, decide urdir un plan con el cura del pueblo para lograr su fin postulándose él mismo como marido.
El elenco actuó a muy buen nivel con un trío protagonista en buena forma. Damián del Castillo mostró una voz bien proyectada, de bonito timbre y buena dicción que lució especialmente en la romanza del tío Santi “Sasibil, mi caserío” y Antonio Gandía estuvo pleno en los agudos y muy seguro en toda la representación. Miren Urbieta-Vega ofreció una elegante línea de canto y bellos filados con una voz de amplio y homogéneo registro. Los personajes cómicos de la zarzuela actuaron a la misma altura con un entregado Carlos Cosías como Txomin, una divertida Serena Pérez en el papel de Inosensia e Itxaro Mentxaka dominando las tablas como Eustasia. Muy bien Maxi Rodríguez como el cura Don Leoncio y Carlos Mesa en el papel de Manu. El Coro Capilla Polifónica actuó en general a buen nivel si bien sus momentos internos, más aún a bocca chiusa, adolecieron de volumen y seguridad en las sopranos, a lo que no ayudó la excesiva potencia de la Oviedo Filarmonía en determinados momentos que incluso llegaron a amortiguar puntualmente a los mismos protagonistas, no obstante, Lucas Macías ofreció una versión refinada y atenta a los matices de una partitura compleja.
Nuria Blanco Álvarez