Nueva producción de ‘Diálogos de carmelitas’ en el Teatro Villamarta de Jérez de la Frontera
El Teatro Villamarta de Jerez de la Frontera ha programado dos funciones, los próximos días 24 y 26 de junio, de una nueva producción Diálogo de carmelitas de Francis Poulenc, realizada en colaboración con el Teatro Cervantes de Málaga y a cargo del director de escena Francisco López. Se trata de una decidida apuesta del Villamarta por por la ópera del siglo XX, hasta ahora poco frecuentada en este teatro. El en el reparto vocal destacan los nombres de Ainhoa Arteta, Ángeles Blancas y Nicola Beller Carbone, que estarán acompañadas por María Luisa Corbacho, Nuria García Arrés, Belén Elvira, Rodrigo Esteves y David Allegret, todos ellos bajo la dirección musical de José María Moreno, que se pondrá al frente de la Orquesta Filarmónica de Málaga y del Coro del Teatro Villamarta.
Diálogos de carmelitas es una ópera en tres actos con música de Francis Poulenc y libreto del propio compositor y Emmet Lavery, basado en el texto teatral homónimo de Georges Bernanos, quien, a su vez, se inspiró en la novela La última del patíbulo (o La última en el cadalso) de Gertrud von le Fort. La ópera se estrenó en la Scala de Milán el 26 de enero de 1957. Narra los hechos históricos sucedidos en Compiègne durante la Revolución Francesa, cuando dieciséis monjas carmelitas son acusadas de actividades antirrevolucionarias y guillotinadas en París el 17 de julio de 1794.
Para Francisco López, “Diálogos de carmelitas es el drama humano de los dos miedos: el miedo a vivir y, el miedo a morir. El único personaje ficticio de la ópera, Blanche de La Force, se debate entre el miedo a vivir en el mundo que la conduce a ingresar en el convento y el miedo al más allá. El miedo agónico en Diálogo de carmelitas es también el miedo a la muerte surgido de una profunda crisis de fe, como se muestra descarnadamente en la escena de la agonía de la Priora, con el que se cierra el primer acto”.
Diálogos de carmelitas contribuyó a la reputación de Poulenc como compositor de música vocal. Los diálogos están en gran medida en recitativo, con una línea melódica que sigue estrechamente el texto. Las armonías son suntuosas, con los ocasionales giros arrebatados que son característicos del estilo de Poulenc. Los profundos sentimientos religiosos de Poulenc son particularmente evidentes en los arreglos a cappella del Ave Maria y del Ave Verum Corpus, ambos del acto II. Durante la escena final de la ópera, que tiene lugar en la Place de la Nation, el sonido de la hoja de la guillotina descendiendo se oye repetidamente sobre la orquesta y el canto de las monjas, lo cual produce en el espectador un efecto aterrador.