Muere el director de escena Harry Kupfer
Ayer falleció a los 84 años de edad Harry Kupfer, una de las más emblemáticas figuras de la dirección escénica de las últimas décadas y eximio representante del Regietheater, la polémica práctica que, a partir de la segunda mitad del siglo XX, concedió a los directores escénicos una libertad y un protagonismo inéditos hasta entonces. Kupfer fue uno de los primeros y más conspicuos directores en introducir el Regietheater en el mundo de la ópera, firmando algunas de las más célebres y controvertidas producciones operísticas de los veinte últimos años del pasado siglo y las dos primeras décadas del presente, entre ellas un Anillo del Nibelungo en el Festival de Bayreuth (con dirección musical de Daniel Barenboim) que todavía hoy se sigue recordando.
Kupfer nació en 1935 en Berlín, en una Alemania ya completamente dominada por el régimen nazi, y se formó después de la segunda contienda mundial en los tres principales centros de la Alemania del Este, Leipzig, Dresde y el Berín Oriental. Su maestro y mentor fue el gran Walter Felsenstein, quien le abrió las puertas de la Komische Oper de Berlín, institución que dirigió artísticamente desde 1981 hasta 2002.
Entre sus más reconocidas puestas en escena operísticas se encuentran varios Strauss (Mujer sin sombra en Berlín, 1971; Elektra en Ámsterdam, 1977, y en Viena, 1989; Ariadne auf Naxos en Viena, 2010), las dos óperas de Alban Berg (Wozzeck en Graz, 1975; Lulu en Frankfurt, 1979), así como todos los dramas musicales de Wagner, sin duda el autor al que estuvo más vinculado.
Kupfer firmó asimismo los estrenos mundiales de óperas de Udo Zimmermann, Georg Katzer, Aribert Reimann y Krzysztof Penderecki
Entre sus ultimas puestas en escena se encuentran la Lady Macbeth del distrito de Mtsensk de Shostakovich en Munich (2016), con dirección de Kirill Petrenko y Macbeth de Verdi en Berlín (2018), con Daniel Barenboim.
Harry Kupfer falleció en Berlín, su ciudad natal, el 30 de diciembre.