Muere el compositor georgiano Giya Kancheli
El compositor georgiano Giya Kancheli, uno de los más destacados y personales exponentes de la música tardosoviética y postsoviética, ha muerto hoy en un hospital de Tbilisi a los 85 años de edad. Autor de un amplio catálogo dominado por la escritura orquestal, Kancheli cultivó un estilo poderosamente tonal caracterizado por extensos arcos melódicos de angustiado lirismo que suelen culminar en lacerantes estallidos de gran violencia sonora.
Kancheli se dio a conocer a mediados de los años setenta, fundamentalmente gracias a su Tercera sinfonía (escribió siete en total) que incorporaba una voz de tenor sin palabras. Logró estrenar su Cuarta Sinfonía en los Estados Unidos, con la Orquesta de Filadelfia bajo la dirección de Yuri Temirkanov, en enero de 1978, aunque su despegue definitivo no se produciría hasta el colapso del bloque soviético. Tras la caída del Muro, Kancheli se trasladó a Berlín, y posteriormente a Amberes, donde fue compositor residente de la Real Filarmónica Flamenca. A partir de los años noventa su obra empezó a ser difundida por Europa y los Estados Unidos, recibiendo numerosos encargos.
La obra de Kancheli (que incluye música de cámara y coral, así como un nutrido corpus para el cine) ha contado con defensores del empaque de Kurt Masur, Yuri Temirkanov, Lera Auerbach, Dennis Russell Davies, Gidon Kremer, Yuri Bashmet, Kim Kashkashian, Mstislav Rostropovich y el Kronos Quartet, además del incondicional apoyo del sello ECM de Manfred Eicher, que ha grabado y editado en las mejores condiciones una parte sustancial de su catálogo.
Rodion Shchedrin se refirió a Kancheli como “un ascético con el temperamento de un maximalista; un Vesubio contenido”. Cualquiera que se acerque a sus torturadas e hiperlíricas creaciones podrá comprobarlo.
Por su parte, el violinista Gidon Kremer, quien fue un asiduo colaborador e intérprete del compositor, ha manifestado en una nota emitida poco después de conocerse su muerte: “La música profundamente sincera de Giya Kancheli nos recordará siempre que, a pesar de las tragedias que nos rodean, todos debemos preservar nuestra naturaleza humana, nuestros sentimientos, nuestra honestidad”.