Muere a los 97 años la mezzosoprano checa Soňa Červená

Cuando cantar las óperas de Leos Janacek era una prerrogativa reservada a las voces nativas, cantantes como la mezzosoprano checa Soňa Červená desempeñaron la encomiable labor de difundir en Occidente su extraordinaria música. Pero sería injusto limitar la trayectoria de Červená a este único mérito.
Nacida en 1925 en Praga, fue una de las grandes figuras del Teatro Nacional de la capital checa, empezó su carrera como intérprete de opereta hasta que debutó en la ópera en 1954 en el Teatro de Brno, ciudad estrechamente asociada con Janácek.
Junto a su familia sufrió la represión del régimen (su madre murió en 1948 en una prisión comunista), lo que no le impidió convertirse en una figura del Teatro Nacional de Praga y posteriormente desarrollar, ya en el exilio, una importante carrera internacional principalmente en Alemania y Estados Unidos
Entre sus papeles de mayor éxito está Octavian, del Caballero de la rosa de Strauss, y Carmen de Bizet, con el que debutó en 1962 en Estados Unidos en la Ópera de San Francisco. Fue una importante intérprete de Mozart, Wagner, Richard Strauss, y Janácek. A lo largo de los años sesenta también hizo numerosas apariciones en los festivales de Salzburgo, Bayreuth y Glyndebourne.
Grabó Carmen bajo la dirección Herbert Kegel y fue una de las doncellas flor en el legendario Parsifal de Knappertsbusch en Bayreuth (1962).
Cervená murió ayer, 7 de mayo, a la edad de 97 años.
(foto: Ivan Pinkava-Facebook)