DANZA / Muere a los 78 años Michaël Denard, bailarín estrella de la Ópera de París

Ha muerto el maestro, director y bailarín estrella de la Ópera de París Michaël Denard a los 78 años. Figura masculina básica de la escena del siglo XX, de noble y refinado virtuosismo, creador del mítico Pájaro de Fuego de Maurice Béjart en 1971 y paradigma en la encarnación del James de La Sylphide de Pierre Lacotte-Taglioni (filmación de la Televisión Francesa en 1972), entre otros muchos caracteres, decenas de roles memorables y recordados por el público, la crítica y la historiografía del ballet de nuestra época. Michaël Denard había nacido en Dresde el 5 de noviembre de 1944, de madre alemana y padre francés.
La excepcionalidad de la belleza de Michaël Denard no estaba solamente en lo apolíneo y en su porte, sino en su respiración y un halo de sereno dominio de las cosas y el paisaje. Como dijo una vez Béjart, si Michaël caminaba frente a nosotros, no sólo se detenía el tiempo sino nuestros corazones. La luz emergía de él. Eran dotes especiales y singulares que hicieron obviar el que empezara muy tarde con el ballet: todas las bailarinas querían tenerlo cerca.
De adolescente, se instaló en la sureña Tarbes (Occitania, Altos Pirineos), no lejos de la frontera española, con su familia paterna tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Al poco de comenzar sus estudios de bachillerato, tomó sus primeras clases de ballet con dos maestras locales: Marie García e Yvette Le Rohellec. Y con apenas un año y medio de entrenamiento fue admitido en el cuerpo de baile del Théâtre du Capitole de Toulouse en 1963 (el mismo año que regresó a dirección de la compañía del Capitole el maestro y coreógrafo Louis Orlandi). Orlandi se ocupa de pulir con intensivos entrenamientos al espigado joven rubio, de planta excepcional y muy receptivo.
Tras esa primera temporada, es el propio Orlandi quien, en 1964, lo recomienda a la Ópera de Nancy (que tenía un pequeño grupo de bailarines conectados con París). Tras esta breve experiencia, a fines del mismo año ya está instalado en la capital francesa y en los cursos de Solange Golovina (hermana de Serge Golovine y como él, formada en la tradición de Julia Sedova, Carlotta Zambetti y Olga Preobrajenskaia). Eso resulta decisivo para su perfilación estética.
Un año después de duro trabajo, Denard debuta con los Ballets Européens, recientemente creados por los hermanos Lorca y Tatiana Massine (hijos de Leonidas Massine) con los que gira internacionalmente y por Francia entre 1965 y 1966, momento en que Pierre Lacotte lo descubre y le invita al Ballet National des Jeunesses Musicales de France, de la que era director artístico, en un programa que preparaba para el Festival de d’Aix (Combate de Tancrède y Clorinde), donde se encuentra por primera vez con la bailarina Ghislaine Thesmar (Pekín, 1943), futura esposa de Lacotte. A partir de aquí Denard y Thesmar se reencontrarán en múltiples ocasiones, y arman una pareja escénica memorable y casi para toda la carrera artística de ambos, pues se complementaban tanto en la danza misma como en la plástica y la estética. Así, fueron dúo ideal en Giselle, Le Papillon, Nathalie La lechera suiza, La Fille du Danube, La Sylphide, y Marco Spada, entre otras.
Ya en el otoño del mismo año, Denard se incorpora al Ballet de la Ópera de París, donde permanecerá hasta 1989. Sus principales tutores en la Ópera fueron Alexandre Kalioujni y Raimon Franchetti. Su ascensión de categoría se produjo por la vía rápida: coryphée en abril de 1967, sujet en marzo de 1968, premier danseur en marzo de 1969 y bailarín estrella en 1971.
El 19 de diciembre de 1969, luego de haber participado en el I Festival Internacional de Danza de París con los Jóvenes Bailarines de la Ópera, fue invitado a bailar el rol del príncipe Sigfrido con Lynn Seymour en El lago de los cisnes, en la versión de Kenneth MacMillan (Teatro de la Ópera de Berlín Occidental). En 1970 fue partenaire de Yvette Chauviré en Las bodas de Aurora, en la gira de la compañía de París por Rusia.
Ese mismo año el encuentro con Béjart lo aúpa a primera línea internacional. Béjart le invita a hacer Romeo en Bruselas (Ballet del Siglo XX), con Laura Proença como Julieta y Paolo Bortoluzzi como Mercutio. En esa ocasión Béjart empieza a concebir una nueva versión de El pájaro de fuego (Stravinsky), que ya había coreografiado en dos ocasiones anteriores en 1964. Finalmente, el 31 de octubre del 71 en el Palacio de los Deportes de París, con la compañía titular, estrena esa versión definitiva. El American Ballet Theatre le invita como guest principal star y en el otoño recibe el Premio Nijinski.
En 1972, la televisión francesa marca un hito con la retransmisión integral de la reconstrucción de Lacotte de La Sylphide, protagonizada por Thesmar y Denard, que se quedan como figuras fijas de la Ópera.
Denard también fuera pareja escénica de muchas otras grandes bailarinas de la época, como Claire Motte, Sylvie Guillem, Noëlla Pontois, Natalia Makarova, Cynthia Gregory, Natalia Bessmertnova, Elisabeth Platel, Françoise Legrée, Lynn Seymour, entre otras. Asumió Michaël Denard repertorio de los principales coreógrafos como George Balanchine, Jerome Robbins, Alwin Ailey, John Neumeier, Yuri Grigorovich, Merce Cunningham, Carolyn Carlson, Lucinda Childs, Antony Tudor, Hans Van Manen, Glen Tetley, Roland Petit, Maurice Béjart. Su Apollo Musageta se considera de los más exquisitos.
El baile de Denard se admiró en todos los grandes teatros del orbe: Kirov-Mariinski, Bolshoi de Moscú, Metropolitan Opera de Nueva York, Teatro Colón de Buenos Aires, Teatro Costanzi de la Ópera de Roma, Teatro de La Monaie de Bruselas, Staatsoper de Berlín. Denard mantuvo su vínculo artístico con el hoy legendario Théâtre du Silence, creado por sus amigos Jacques Garnier y Brigitte Lefèvre, participando en muchas de sus creaciones, y bailando con ellos por todo el mundo, desde el Festival de Aviñón hasta Tokio, pasando por Estados Unidos, Italia, Reino Unido y España.
Denard se sentía dotado también para el teatro, y al principio de su carrera dudó si escorarse hacia el drama, así completó su formación actoral con lecciones de teatro que nunca abandonó y desde el principio de su carrera, sobre todo con Jean-Laurent Cochet. Tuvo elogiosas críticas y éxito en el Hippolyte de Jean-Pierre Miquel y Alain Marty, y en Le Martyre de Saint Sébastien de Robert Wilson.
Su adiós a la escena tuvo lugar el 9 de diciembre de 1989, pero nunca abandonó el mundo de la danza ni los escenarios. El 9 de enero de 1990 estrenó en la Ópera de Berlín, con el Béjart Ballet Lausanne, el papel del narrador en Ring um den Ring (Wagner), revisitado por Maurice Béjart, que daría la vuelta al mundo. De 1993 a 1996 emprende una nueva experiencia, como director de danza en la Staatsoper de Berlín, cuya dirección musical corría a cargo de Daniel Barenboim, y mantiene como asistente de dirección a la fiel Christiane Theobald, que aún sigue vinculada a la magna institución alemana.
El regreso de Denard a los escenarios de la Ópera de París en los llamados ‘papeles de carácter’ como Madre Simone en La Fille mal garde o en Le Rendez-vous de Roland Petit. Su despedida definitiva tuvo lugar en julio de 2009 y encarnó al Padre Duval en La dama de las camelias de John Neumeier.
Fue docente dentro de la propia Ópera o como profesor invitado en muchos cursos e instituciones extranjeras de prestigio como el Teatro Mariinski de San Petersburgo. En España, Denard se presentó en el Teatro del Liceu de Barcelona; también bailó en el Festival de Música y Danza de Granada, en Madrid y en San Sebastián. Uno de sus focos de actuación y donde cultivó un público muy fiel fue en el Teatro Colón de Buenos Aires, donde además de La Sylphide, estrenó otros ballets de Lacotte y siempre con la Thesmar como partenaire, como es el caso de La Fille du Danube.
Como actor, en el teatro de texto, tuvo varias intervenciones estelares en teatros de París y otras ciudades francesas, especialmente se recuerdan su Diario de un loco de Nikolai Gogol en el Teatro Gérard Philipe en 1978, y Un marido ideal de Oscar Wilde en 1998 en el Teatro Antoine, bajo la dirección de Adrian Brine.
Roger Salas