Mirga Gražinytė-Tyla

El nombramiento de la lituana Mirga Gražinytė-Tyla (Vilna, 1986), como nueva titular de la City of Birmingham Symphony Orchestra (CBSO), en febrero de 2016, marcó un cambio de tendencia en el podio. La visionaria orquesta británica, que apostó en 1979 por un desconocido veinteañero llamado Simon Rattle, eligió a Sakari Oramo en 1997 tras dos conciertos, y se decantó en 2007 por un desconocido Andris Nelsons después de tres ensayos, seleccionó, esta vez, a una mujer de 29 años como titular. Le bastó un concierto, en julio de 2015, con obras de Barber, Chaikovski y Beethoven. Obviamente no era la primera mujer al frente de una orquesta británica, un honor que ostenta Marin Alsop con la Bournemouth Symphony, en 2002. Pero su nombramiento la convirtió en punta de lanza de la potente generación de directoras de orquesta actuales. Un tema que ya trató Norman Lebrecht en un reportaje titulado Mujeres en el podio, en mayo pasado. (…)
Gražinytė-Tyla atendió a Scherzo durante los preparativos, en Birmingham, de la primera de las dos temporadas en que la CBSO celebrará su centenario. Su primera entrevista en exclusiva para un medio en español.
Usted se formó en Vilna como directora coral, al igual que su padre. Después siguió estudiando en Graz. ¿Pero cuándo decidió centrarse en la dirección orquestal?
En realidad, todavía no lo he decidido. En Graz me empezó a interesar la música orquestal. Pero todavía sigo considerando el repertorio coral como mi hogar musical. Mis primeras experiencias en el podio fueron dirigiendo coros. Y es algo natural en Lituania donde miles de personas se reúnen al aire libre para cantar en comunidad. De hecho, considero este tipo de festivales bálticos de la canción una verdadera experiencia formativa. Por ello, he tratado de importarlos en Birmingham, donde celebramos, en junio pasado, un festival de la canción con un coro participativo para cantar música lituana y británica.
Todos los directores están relacionados con algún instrumento. Sus antecesores en Birmingham fueron un percusionista (Rattle), un violinista (Oramo) y un trompetista (Nelsons). ¿Podría decirse que su instrumento es la voz?
Toco el piano, y también un poco el violín y percusión, pero desde mi infancia he vivido siempre ligada al canto. Pasé mucho tiempo con mis padres [el director de coro Romualdas Grazinis y la pianista y cantante Sigute Graziniene] tanto en sus ensayos y clases magistrales como en sus giras con coros dentro de un autobús.
El espaldarazo como directora de orquesta lo recibió tras vencer, en 2012, en el premio Nestlé para Jóvenes Directores de Orquesta de Salzburgo, al que se presentó por recomendación de Herbert Blomstedt. Pero usted ha mantenido que nunca tuvo en cuenta la cuestión de género.
Mi hermano, que estudia composición en Vilna, me dice que ahora hay cada vez más chicos y hombres que sufren discriminación de género. Tengamos cuidado de no olvidarnos de ellos cuando nos centramos en el objetivo de dar las oportunidades adecuadas a las chicas y las mujeres. Ojalá avancemos hacia una cultura de verdad donde las cuestiones de género no determinen nuestra felicidad. (…)
Pablo L. Rodríguez
(Comienzo de la entrevista publicada en el nº 354 de SCHERZO, de septiembre de 2019)
[Foto: Benjamín Ealovega/DG]
1 comentario para “Mirga Gražinytė-Tyla”
[…] excelsos desde la densidad a la calma, el rubato que Montero entiende a la perfección y Gražinytė-Tyla devolvió a una orquesta en estado de gracia. Octavas vertiginosas al piano, pizzicatti y maderas […]
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