MILÁN / Un ‘Ballo’ pretencioso y banal

Milán. Teatro alla Scala 4-V-2022 Verdi: Un ballo in maschera. Francesco Meli, Luca Salsi, Sondra Radvanovsky, Yulia Matochkina, Federica Guida. Director musical: Nicola Luisotti. Director de escena: Marco Arturo Marelli.
Tras tener que cancelar por problemas de salud Riccardo Chailly, el nuevo Ballo in Maschera de la Scala fue encomendado a Nicola Luisotti, en unas condiciones nada fáciles (covid y otros inconvenientes). Luisotti dirigió la representación con seguridad, definiendo claramente, aunque no en profundidad, todos los personajes esenciales de esta obra maestra, así como la variedad de situaciones y la peculiar relación entre tragedia, pasiones, brillante ligereza y otros aspectos de esta ópera, sin excluir el esperpento cómico.
Pudo contar con intérpretes como Francesco Meli y Luca Salsi, que hoy por hoy están en lo más alto en lo que se refiere a los dos protagonistas masculinos de esta obra. Meli fue un Riccardo de gran nobleza y variedad de acentos, y Salsi, como Renato, ofreció quizás su interpretación verdiana más intensa y controlada.
En el papel de Amelia, Sondra Radvanovsky destacó con autoridad por su intensidad y sus grandes medios vocales, aunque no superó del todo las numerosas dificultades de tan arduo rol. Yulia Matochkina fue una Ulrica válida, y Federica Guida, un Oscar brillante. Liviu Holender, como Silvano, no pasó de mediocre; mejores fueron los conspiradores Sorin Coliban (Samuel) y Jongmin Park (Tom).
Marco Arturo Marelli fue el responsable de la dirección escénica, de los decorados y del vestuario de esta nueva producción, con resultados lamentablemente decepcionantes. Concibió un espacio escénico que tendía a ser unitario, apto para transformaciones flexibles, y con una perspectiva que conducía a un fondo oscuro. Sin embargo, en este espacio las intenciones declaradas de una representación no naturalista dieron como resultado una dirección vaga y confusa, pretenciosa y banal.
Paolo Petazzi