MARTINA FRANCA / Prometedor debut de Sebastian F. Schwartz como director artístico del Festival della Valle d’Itria

Martina Franca. Teatro Verdi. 25-VII-2023. 49° Festival della Valle d’Itria. Shira Potchornik, Valeria La Grotta, Martina Licari, Natalia Kawalek, Camillo Delgado Diaz, Matteo Loi. Dirección musical: Federico Maria Sardelli. Dirección escénica: Jean Ronshow. Pietro Auletta: L’Orazio. Teatro Verdi. 28-VII-2023. Francesca Sassu, Martina Tampakopoulos. Silvia Ragazzo, Norman Reinhardt, Matteo Macchioni, Federico Vezzolo, Stefano Bresciani, Fabio Bossini, Pasquale Bionarota, Graziano de Pace. Dirección musical: Fabio Luisi. Dirección escénica: Alessandro Talevi. Carlo Lombardo e Virginio Renzato: Il paese dei campanelli.
El Festival della Valle d’Itria, que celebra en Martina Franca su 49ª edición, es un acontecimiento firmemente arraigado en el territorio, una cita que se espera con curiosidad, ya que su seña de identidad es la ópera rara. Innumerables títulos han salido del olvido en el casi medio siglo de vida del festival. La presente edición, la primera firmada por el nuevo director artístico, el alemán Sebastian F. Schwartz –que, por ser extranjero, no parece gozar del consenso de los círculos gubernamentales, que dan la impresión de preferir una gestión “autárquica” de la cultura en Italia–,es una edición dedicada al teatro musical. Schwartz se atrevió a cruzar la frontera entre el repertorio operístico y la opereta, considerada por los entendidos en ópera como un género de segunda clase, puro divertimento. También por esto ha sido blanco de las críticas.
Sin embargo, el maestro Fabio Luisi deseaba fervientemente que Il paese dei campanelli de Carlo Lombardo y Virgilio Ranzato figurara en la programación: dirigió a la Orquesta del Teatro Petruzzelli de Bari con el mismo rigor con el que habría abordado a Mahler o Wagner, sin caer nunca en la ligereza que el diminutivo “opereta” podría sugerir. Al contrario, nos descubrió una partitura articulada y compleja que exige mucho de los cantantes. Con asombro, descubrimos que la ligereza no reside desde luego en la línea musical, sino en el libreto que decretó su éxito en el Teatro Lírico de Milán, donde debutó hace apenas 100 años.
Este fue el espectáculo estrella del festival, para el que no se escatimó ni en el vestuario ni en la puesta en escena: nada de convencionales gorros blancos bordados, zuecos de madera y tulipanes de una Holanda de postal, sino una ambientación contemporánea a la del estreno de la composición, más acorde con el baile de engaños que abruma a la burguesía, rígida en su burbuja de convenciones cotidianas, siempre aburridamente igual, en un encantado pueblo holandés fuera del tiempo. Las voces están en su mayor parte al nivel requerido para el papel. Maritina Tamoakoupolos es tan efervescente como una copa de champán, una voz muy adecuada para el personaje de Bombón. Lo mismo puede decirse de Francesca Sassu, en el rol de Nella. El Coro del Teatro Petruzzelli de Bari también tuvo una destacada presencia.
L’Orazio, de Pietro Auletta, comedia musical de la escuela napolitana de 1737, fue un éxito tan rotundo en su momento en toda Europa como olvidado más tarde. De hecho, es la primera reposición moderna después de 276 años. Es el pasticcio por excelencia: en las numerosas reposiciones que se sucedieron por doquier, la partitura se metamorfoseó con el añadido de piezas de otros compositores.
El montaje apela al metateatro. El reencuentro de Horacio y Ginevra tiene lugar con el telón de fondo de una jornada en la escuela de canto de Lamberto entre “me too” y contratos reales o falsos. La dirección de Federico Maria Sardelli al frente de la Orquesta Barroca Modo Antiquo fue un caleidoscopio pirotécnico lleno de matices: ¡cada aria, una sorpresa!
El reparto joven y de buen nivel hizo creíbles a los respectivos personajes en una puesta en escena fresca y funcional. Escenas minimalistas, pero todo estaba ahí. Especialmente bien estuvo Natalia Kawalek, siempre enfundada en vestidos de colores psicodélicos. Una gran voz con agudos fuertes y seguros pero capaz de medias voces y filati aterciopelados, como también aterciopelado es el timbre de Camilo Delgado Díaz, a gusto en el papel.
Si éste es el debut, será bueno seguir las próximas propuestas de Schwartz en Martina Franca.
Franco Soda
(fotos: Clarissa Lapolla)