Mara Aranda celebra sus treinta años en la música medieval con dos CD
La cantante e investigadora Mara Aranda es una autoridad indiscutible en la música medieval. Recientemente nombrada directora del Centro Internacional de Música Medieval (CIMM), cuya sede está en el Real Monasterio de Santa María de la Valldigna, la artista valenciana celebra justo ahora sus treinta años sobre los escenarios de entregada dedicación a este apasionante repertorio. Y lo hace publicando dos nuevos CD.
El primero, que lleva por título Trobairitz, es una Revisión del concepto del amor a través de los siglos y del papel de la mujer en su concepción, vivencia y transmisión. Son textos escritos durante el Medievo, que no han perdido un ápice de actualidad. Sus autoras eran conocidas como ‘trobairitz’, término occitano (equivalente del masculino ‘trovador’) que fue utilizado por primera vez en el Romance de Flamenca del siglo XIII. Las trobairitz componían, escribían versos, cantaban y recitaban en las distintas cortes de Occitania. Eran, en definitiva, las primeras compositoras conocidas de música secular occidental, ya que las pocas compositoras anteriores de las que se tiene noticia se dedicaron exclusivamente a la música sacra. Varias de las piezas que contiene el disco son anónimas, pero es muy probable que las verdaderas autoras de las mismas fueran también mujeres, ya que en aquella época no estaba socialmente consentido que las féminas se empeñaran en estos menesteres. Junto a la voz de Mara Aranda intervienen en la grabación Sara Águeda (arpa, salterios y coros), Belisana Ruiz (cítolas, salterios y coros), Miriam Encimas (flautas, viella y percusión) y Patricia García (violas).
En el segundo CD, Mara Aranda forma parte (cantando, pero también tañendo instrumentos) del Ensemble Jota Martínez. El título de este disco es Instrumentos para loar a Santa María; contiene una docena de cantigas de Santa María de diversos códices alfonsíes, con una interesantísima novedad: se utilizan para la grabación sesenta instrumentos reconstruidos, ocho siglos después, a partir de las miniaturas de los códices alfonsíes, manuscritas e ilustradas por los mejores copistas medievales. Es la primera colección completa en el mundo de estas características, cuyo impulsor es precisamente Jota Martínez, quien durante los últimos quince años se ha dedicado en cuerpo y alma a este magno proyecto de recuperación organológica.