MÁLAGA / Sólida musicalidad
MÁLAGA.- Teatro Cervantes. 13-IX-2019. Orquesta Filarmónica de Málaga. Solista: Svetlin Roussev (violín). Director: Manuel Hernández-Silva. Obras de Beethoven y Hindemith.
Con motivo de la conmemoración el próximo año del 250 aniversario del nacimiento de Beethoven, la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) ha iniciado su temporada de conciertos con la programación del Concierto para violín en Re, Op.61 como primera obra del repertorio orquestal del gran compositor alemán, que la formación andaluza ofrecerá en su integridad.
Para tal ocasión, su director titular, Manuel Hernández-Silva ha elegido a un violinista de reconocida trayectoria y segura calidad técnica como las que posee el búlgaro Svetlin Roussev, quien planteó su ejecución desde parámetros expresivos sobrios y a la vez respetuosos con la mejor tradición estilística. En este sentido es resaltable la concordancia de criterios con el director, que ha llevado a la orquesta a un cuidado equilibrio sonoro realzando el papel dialogante que determina el pensamiento beethoveniano que, con esta composición, ejemplifica lo que habría de ser una obra concertante, influenciando incluso más allá del periodo romántico.
Después de los tres misteriosos golpes de timbal con los que el solista de percusión de la OFM, Leopoldo Saz, daba inicio a la obra, se pudo apreciar el sonido empastado de la orquesta en los temas previos a la entrada del violín solista, predisponiendo al oyente para percibir la belleza armónica y melódica de esta magnífica composición. Esta particularidad estética se confirmó desde el asombroso lirismo con el que Roussev activó su Stradivarius “Duc de Composelice” de 1710, en el desarrollo de la segunda exposición temática. Atento siempre a preservar el equilibrio dialogante con la orquesta, Roussev expuso con gran agilidad y admirable tensión de arco la cadencia que Fritz Kreisler escribió para este concierto, con la que dejó esa sensación de ejecución calculada hasta en sus más mínimos detalles.
Como contrastado estímulo a las distintas variaciones objeto de la orquesta en el segundo tiempo, Roussev adornó su contenido con suma delicadeza y elegancia, alcanzando una cadenciosa carga dramática antes y como transición al rondó final, que supuso el momento más brillante de esta interpretación, sólo serenado por una exquisita improvisación del violinista imitando una pequeña cadencia. El reconocimiento del público en un cerrado aplauso suscitó la ejecución por parte del violinista del famoso Capricho núm. 17 de Niccolò Paganini, una exhibición que acabó de confirmar la enorme calidad de este músico, profesor de la Escuela Superior de Música de Ginebra después de haberlo sido durante diez años del Conservatorio Superior de París.
La segunda parte de la velada estuvo ocupada por la Sinfonía en Mi bemol mayor de Paul Hindemith, que la OFM interpretaba por vez primera desde su fundación en 1991. El maestro Hernández-Silva se ha planteado la complejidad de esta obra llevando a las máximas exigencias su capacidad analítica, como se pudo percibir en el tratamiento dado a esa especie de fanfarria de los metales con las que se abre el primer movimiento, en la que el autor parece incitar la atención del oyente que, de inmediato, se sentía sorprendido en su sensibilidad por el pulso rítmico que imprimió al desarrollo subsiguiente. Destacó la importancia del pasaje central del segundo tiempo manteniendo la respuesta sostenida de su fluctuante dinámica. Planteó como si de un scherzo se tratara la lectura del tercero, permitiendo que la sección de madera, especialmente el oboe, se luciera en esa especie de bucólico intermezzo que lo contrasta. Finalmente, desplegó toda su energía en la conducción del último, haciendo que la OFM desplegara todo su potencial musical. La preparación de esta interpretación se reflejó en cada momento con la manifiesta impronta de un trabajo bien hecho y de sólida musicalidad.
En el aspecto artístico, las inconveniencias del final de la pasada temporada, en el que los profesores de la OFM fueron a la huelga con la consecuente suspensión de algún evento, no han influido en el inicio de la presente, que será la última del maestro Hernández-Silva como titular de la orquesta malagueña, con el que esta formación ha alcanzando uno de los periodos más fructíferos de su historia.
José Antonio Cantón