MADRID / Widmann y el Cuarteto Quiroga. Más que complicidad

Madrid. Auditorio Nacional. 3-XI-2023. Liceo de Cámara XXI. Cuarteto Quiroga. Jörg Widmann, clarinete. Obras de Haydn, Widmann y Mozart.
Hay conciertos a los que asistes con la confianza y el anhelo en una sola pieza. El programa y los intérpretes son algo más que una promesa. Dos cuartetos, Haydn y Widmann, más el Quinteto para clarinete y cuerda de Mozart. El Cuarteto de Haydn tuvo su origen en un encargo español, como informa Luis Suñén en las notas. Fueron varios, solo quedó éste para la posteridad, el op. 42. El equilibrio formal de siempre, cuatro movimientos (se preveían tres, curiosamente), rápidos en los extremos, el segundo un minueto con su preceptivo trío, el tercero un cantábile lento. Solo que en Haydn, y en buena parte de lo que llamamos Clasicismo, abunda el canto, si bien no siempre tan explícito con el del hermoso Adagio de este op. 42 de Haydn. El Quiroga daba cumplimiento a su promesa ya desde ese Haydn, tocado con un equilibrio entre lo enérgico y lo dolce que me atrevo a decir que es marca de este grupo, como si tuviese a honor desplegar esos equilibrios en un intento (en un logro) de sacarles el sentido a obras que el pasado oculta aunque estén a la vista. Así, la emotiva hilera del siempre equilibrado y siempre bello Haydn, marcaba un comienzo de velada en la que público y músicos parecíamos dispuestos a todo. Disculpen, es una hipérbole, una figura. Les reservo otra más abajo.
Nos llegan noticias del esfuerzo del Cuarteto Quiroga para montar la obra de Widmann. El conjunto salió airoso de esta prueba más ardua que ingrata. Es el Cuarteto nº 9 de Widmann una obra de una lógica que a veces se sale de lo camerístico. Los tenues roces de los arcos producen una belleza inquietante, una intimidad de susurros; más tarde, el pizzicato se convierte en lógica sonora que condiciona todo, incluso la obstinación (no es ostinato) en repetir una figura del op. 131 de Beethoven y más tarde de la Novena sinfonía completan esa lógica; podríamos decir, a falta de más escuchas, que se produce un desequilibrio y que la secuencia Alla marcia constituye un desfile excesivo. Se puede decir de una obra o de una secuencia que es demasiado larga. Largo es Parsifal, nos dirán. Claro, hasta ahí llegamos. Una obra o una secuencia son largas si son excesivas con respecto a su propio código. Es posible que ahí esté el exceso, porque el movimiento final es eso, excesivo para lo que se ha planteado desde el principio. Lástima, porque las bellezas de los pocos compases de la Introduzione, el episodio del Largo y el discurso complejo del Recitativo establecían un planteamiento de bellezas que eran muy matizadas luego por arranques más vivaces. Un bello cuarteto el de Widman, pero…
Es bien sabido que el Quinteto para clarinete y cuarteto de cuerda de Mozart es una de las joyas mayores de todo el repertorio camerístico, una de las obras más bellas de todos los tiempos. Admito que no participen de la hipérbole, pero me dejaría perplejo. Era la segunda parte, el propio Jörg Widmann interpretaba con el Quiroga esta obra que tiene mucho de concertante. Si el Allegro fue una afirmación de la belleza de esta obra, el siempre emocionante Larghetto (soñador, cantábile, pero no crean que prerromántico) llevó al enfrentamiento-complicidad de Widmann y el Quiroga a las alturas. Enfrentamiento porque desde antiguo la base de un concierto es la oposición de solista y conjunto. Complicidad porque la lógica de lo camerístico es el dar sentido juntos (aunque un solista calle a veces) a la totalidad del discurso. Las variaciones finales permitían más la dimensión de apoyo mutuo. El color del clarinete de Widmann, arropado o matizado por las cuerdas del Quiroga, producía una continuidad de bellezas intensas. Que eran una sola belleza, y que tocada así por cinco músicos excelentes no admitía bis. Mejor llevarse a la calle el sabor de un recital que fue belleza tensa y canto, que retraba a veces el desfallecimiento y que nunca desfallecía en su pintura.
Santiago Martín Bermúdez
(fotos: Rafa Martín)