MADRID / Vivica: viva, vivificante y variada

Madrid. Círculo de Bellas Artes. 14-III-2021. Ciclo Círculo de Cámara. Vivica Genaux, mezzosoprano. Gigi Pinardi, guitarra barroca. Obras de G. Paisiello, C.F. Zelter, J.F. Reichardt, F. Hensel, H. Duparc, E. Häussler, M. Bevilacqua, G.S. Mayr, C. Gounod, R. Hahn, M. Carafa, G. Donizetti y G. Rossini.
Lo que ocurrió este domingo en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid (con el patrocinio de la Fundación Montemadrid) fue, sencillamente, memorable o, si se me permite el trueque semántico, algo tan memorablemente sencillo que transcendió lo puramente musical y artístico creando una atmósfera de íntima belleza entre los dos artistas sobre el escenario y el público en teatro. ¿Hay algo más sencillo que una voz acompañada de una guitarra? ¿Qué hay más memorable que el sonido emocionante de una voz que sobrevuela el rasgueo de las cuerdas y el tañer de una guitarra? Sencillez en estado puro; pureza en su estado más sencillo. Una mujer, Vivica; un hombre, Gigi. Una voz y una guitarra… ¡Y qué voz! No seré yo quien descubra ahora las asombrosas cualidades de la voz de la mezzosoprano estadounidense Vivica Genaux quien, acompañada por el guitarrista italiano Gigi Pinardi, ofreció un precioso recital, tan íntimo y sencillo como excelso y majestuoso.
Comenzó el recital con unas sentidas palabras en español de Vivica Genaux diciendo que se sentía muy agradecida de poder estar de nuevo en el escenario después de seis meses sin actuar debido a las restricciones derivadas de la Covid-19. No solo la voz de Vivica Genaux es extraordinaria, sino también su personalidad: es una mujer que transmite entusiasmo, viveza, amabilidad, humildad, generosidad, gratitud, sencillez. Y, sin embargo, qué prodigio técnico el de su voz de mezzosoprano. El recital llevaba por título Capricho: Temi y variazoni. Me remito a las estupendas notas al programa escritas por Arturo Reverter y que se pueden consultar en la página web del Círculo de Bellas Artes.
Estaba dividido en cuatro partes muy bien diferencias. En la primera parte Variaciones de Giovanni Paesiello: Nel cor più non mi sento, de La Molinara, de corte nítidamente barroco, la mezzosoprano lírica mostró su coloreada voz con un dominio técnico absoluto. Sin duda, una especialista en este tipo de repertorio. Para la segunda parte, Variaciones sobre un texto: Johann Wolfgang von Goethe, Kennst du das Land, Vivica Genaux buscó una mayor intimidad de salón y cantó sentada en alemán y francés; estas variaciones no requerían el virtuosismo técnico de las primeras. En la tercera parte, Variaciones sobre un tema: Venecia, la combinación elegida fueron variaciones con textos en italiano y en francés. La cuarta y última parte, Variaciones sobre un contexto: El teatro en casa, fue más belcantista y Vivica Genaux lució la coloreada paleta de su registro vocal concluyendo la velada con Di tanti palpiti (cavatina sobre el aria de Tancredi) de Gioachino Rossini. El público reconoció la entrega de la mezzosoprano con un gran aplauso al que esta correspondió con tres propinas exquisitas con las que demostró que no es solo una especialista del repertorio barroco y belcantista, sino también de otros géneros como el musical y la canción napolitana.
La primera de las propinas fue la deliciosa canción Mira del musical Carnival! El público siguió aplaudiendo y Vivica Genaux interpretó una de las canciones napolitanas más sentidas por los napolitanos y amantes de la música italiana: I te vurria vasà. La intimista interpretación de esta canción hizo prorrumpir al público en un gran aplauso al que la mezzosoprano correspondió generosamente con la última de las propinas, una preciosa y emocionante interpretación de la archiconocida balada Over the rainbow que el compositor Harold Arlen escribió en 1939 para la película El mago de Oz.
Gigi Pinardi, con su guitarra, fue digno acompañante de una bellísima voz que nos hizo disfrutar, vibrar y emocionarnos. Vivica: viva, vivificante y variada. Tanto su voz llena de colores como su generosa personalidad nos dejaron con una sensación de gratitud y con las ganas de volver a escucharla algún día.
Michael Thallium