MADRID / Veterano Osborn (tercer reparto de ‘Rigoletto’ en el Real)
Madrid. Teatro Real. 6-XII-2023. John Osborn (Duque de Mantua), Ruth Iniesta (Gilda), Quinn Kelsey (Rigoletto), Gianluca Buratto (Sparafucile), Marina Viotti (Maddalena), Fernando Radó (Monterone). Coro y Orquesta del Teatro. Director musical: Nicola Luisotti. Director de escena: Miguel del Arco. Verdi: Rigoletto.
Tres equipos han sido convocados por el Teatro Real para su actual Rigoletto, en un alarde asociado a la popularidad del título. El último por orden cronológico reunió a otro exitoso terceto protagonista.
John Osborn lleva tiempo sobresaliendo como tenor agudo, de impecable estilo, en especial en partituras rossinianas y meyerbeerianas. Pero se trata de un intérprete de mayor alcance. Supo definir las diversas facetas del lascivo duque: la machista y frívola (Questa o quella, La donna è mobile), la seductora frente a las tres donne (en el minuetto con la Condesa de Ceprano, en el dúo con Gilda, en el cuarteto con Maddalena), la aparentemente compasiva o tierna (Parmi veder le larime) y la petulante (Possente amor mi chiama). Todo ello expresado con una elegancia y unos modales canoros de hábil maestría.
Ruth Iniesta expuso una Gilda de gran dignidad, especialmente en las partes de mayor lirismo, que son las que se corresponden con sus medios atractivos y de rica sonoridad.
Pese a disponer de una voz importante en colores, potencia y extensión, Quinn Kelsey no olvidó reducirla en los momentos de intimidad con la soprano. En cambio, la sacaba a relucir de manera muy expresiva cuando la partitura y la situación así lo exigían. Un Rigoletto de gran clase y disposición.
Gianluca Buratto es un excelente Sparafucile por voz (adecuada y de hermoso timbre) y por intenciones. Marina Viotti repitió su holgada Maddalena del día del estreno y Fernando Radó volvió a destacar como Monterone como ya hiciera en un anterior reparto. Repitieron también su meritoria labor Isaac Galán y Josep Fadó, así como el resto de los cantantes. El coro estuvo de nuevo en su punto. Sobre Luisotti ya no se necesita insistir en elogios. El director protagonizó la anécdota de la noche al detener brevemente la ópera a causa de la intrusión de un inoportuno móvil. En cuanto al montaje… mejor pasarlo por alto.
Fernando Fraga
(foto: Javier del Real)