MADRID / Una noche divertidísima en la Verbena de la Paloma
El pasado fin de semana, en cuatro pases (dos el sábado y dos el domingo), el público madrileño pudo disfrutar de una singular y divertidísima representación de la zarzuela La verbena de La Paloma del maestro Tomás Bretón (1859-1923) en el Teatro de la Escuela Superior de Canto de Madrid (ESCM). Singular porque los protagonistas fueron todos estudiantes de la escuela y de la Orquesta Clásica Mariana Martínez del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid; divertidísima porque la adaptación de algunos textos, sobre todo los hablados, a los tiempos actuales fue apropiada y muy meritoria, porque no desmereció, a juicio de quien subscribe esta reseña, el sentido original ni de esta zarzuela y ni de la Zarzuela.
La verbena de la Paloma original se estrenó el 17 de febrero de 1894 en el Teatro Apolo de Madrid. Con un libreto a modo de sainete escrito por Ricardo de la Vega (1839-1910), esta zarzuela está ambientada en los días de verano cuando tiene lugar la procesión de la virgen de la Paloma. Consta de un solo acto dividido en tres cuadros y entre sus melodías más populares están Una morena y una rubia o Dónde vas con mantón de Manila.
Este montaje moderno de la ESCM se presentó bajo el título Noche de verano en la verbena de la Paloma. La dirección de escena fue de Marina Bollaín y Josune Lasa y la dirección musical de Nacho Rodríguez. Inicialmente, este espectáculo se estrenó en 2002 en el Hebbel Theater de Berlín con estudiantes de la Hochschule für Musik Hans Eisler, donde Marina Bollaín estudió dirección escénica de ópera entre los años 1997 y 2001. Más tarde, en 2006, se estrenó en la inauguración del auditorio del Escorial en el I Festival de Verano de El Escorial con la Orquesta Sinfónica de la Comunidad de Madrid dirigida por Miguel Roa. Posteriormente, también se representó en los Teatros del Canal de Madrid y en el Teatro Campoamor de Oviedo. El montaje original de Bollaín contaba con un andamio de 6×6 metros de alto donde estaban los personajes situados en tres pisos y una terraza. El sello DECCA grabó esta versión en su estreno en El Escorial y figura en su catálogo como Noche de verano en la Verbena de La Paloma.
Para las representaciones del pasado fin de semana, la escenografía se adaptó al espacio reducido del precioso teatro barroco de la ESCM (por cierto, bien merece una visita, porque es una joyita). Muy lograda, moderna y sin nada que envidiar a otras representaciones ‘profesionales’ de ópera o zarzuela.
Asistimos al primer pase del sábado 5 de febrero, que era el estreno en la ESCM. Quienes estuvimos en el público pasamos un rato muy agradable y, como dijimos al principio, muy divertido, pero también momentos de gran belleza plástica por parte de la bailarina en el elenco de ese primer pase. Particularmente, muy lograda e hilarante fue la actuación de don Hilarión, que en este montaje es más un dandi moderno que un viejo boticario. Hubo música de zarzuela, pero en el último cuadro escénico se representó, a modo de verbena moderna, una mezcla de guateque y fiesta de discoteca, con canciones tan archiconocidas y bailables —para esta parte se utilizaron micrófonos y música grabada— como Bomba de King Africa o Dos gardenias.
En definitiva, una muy digna actuación de los estudiantes, a la altura e incluso superior a la de otras representaciones ‘profesionales’ que uno puede ver en los teatros de Madrid. Una adaptación respetuosa con el espíritu de la zarzuela que, sin duda, deja con ganas de más. Los artistas hicieron méritos de sobra para recoger la sentida ovación del público.
Michael Thallium