MADRID / Segundo reparto de ‘Il turco in Italia’ en el Teatro Real: sigue la diversión
Madrid. Teatro Real. 1-VI-2023. Rossini: Il turco in Italia. Sabina Puértolas (Fiorilla), Adrian Sampetrean (Selim), Pietro Spagnoli (Don Geronio), Anicio Zorzi Giustiniani (Don Narciso), Mattia Olivieri (Prosdocimo), Chiara Amarù (Zaida), Pablo García-López (Albazar). Dirección: Giacomo Sagripanti. Direción de escena: Laurent Pelly.
Más allá de su original punto de partida escénico, el montaje de Laurent Pelly traduce el mundo rossiniano en un espectáculo muy trabajado, divertido y de los que hoy empiezan a escasear, en el sentido de que lo que se escucha está de acuerdo con lo que se ve. Visto por segunda vez, el efecto positivo se engrandece. El resultado halla en el foso aliento, empuje, complemento y complicidad, en la que se incluye obviamente a orquesta y coro, gracias a la vivaz lectura de Giacomo Sagripanti.
El equipo vocal alternativo al del estreno del día anterior, en líneas generales, funcionó. Sin la Fiorilla de Lisette Oropesa, aquejada de un malestar físico que ya parece superado y que le permitirá sumarse al equipo en las próximas funciones, Sabina Puértolas encontró en esta deliciosa y frívola Fiorilla un personaje que encaja muy bien con sus medios de lírica-ligera. Actriz desenvuelta, acometió toda su parte con un canto disciplinado y seguro, superando la prueba en dos números tan contrastados como el dúo con el marido y la exigida aria final, donde demostró holgura y, por momentos, la esperada brillantez. A pesar de que a Adrian Sampetrean lo asociamos más con personajes serios, supo adaptarse a la perfección al mundo cómico rossiniano. Voz de bajo noble de excelente y mórbida calidad, hizo un Selim sobresaliente
Pietro Spagnoli, bien conocido por el público del Real (por cierto, fue Prosdocimo en anteriores funciones del teatro) es cantante bien asociado a protagonismos como el de Don Geronio. De ahí que los resultados obraran en su favor. Mattia Olivieri estuvo comodísimo como Prosdocimo, desentrañando su texto, en canto y recitado, como corresponde con especial claridad.
Se anunció enfermedad de Anicio Zorzi Giustiniani, algo que fue evidente durante la función. A pesar de ello, el tenor salió adelante con cierta dignidad, pero el juicio ha de evitarse dada las circunstancias. Zaida y Albazar tuvieron en Chiara Amarù y Pablo García-López el apoyo adecuado, sobre todo en la mezzo, en un cometido inferior a sus posibilidades. El tenor prescindió de su aria di sorbetto, seguramente no por deseo propio ni falta de recursos, sino por tratarse de una página no escrita por Rossini. Compensando esta ausencia, Don Geronio cantó su momento solista añadido por el compositor posteriormente al estreno milanés de la obra, permitiendo a Spagnoli redondear su destacado trabajo.
Fernando Fraga
(fotos: Javier del Real)