MADRID / Ovacionada interpretación de la ‘Pequeña misa solemnne’ de Rossini por el coro RTVE
Madrid. Escuela Superior de Canto. 27-IX-2024. Coro RTVE; Belén Vaquero, soprano; Claudia Mazza, alto; José Darío Cano, tenor; Alonso Cano, bajo; Patxi Aizpiri, piano; Alberto Álvarez, harmonium; Marc Korovitch, director. Gioachino Rossini: Pequeña misa solemne
Hace poco más de medio año, en el concierto homenaje a las víctimas del terrorismo, la Orquesta y Coro RTVE dirigidos por el francés Marc Korovitch —sucesor del asturiano Marco Antonio García de Paz, cuya labor al frente del coro ha sido sobresaliente— interpretaron la Pequeña misa solemne de Rossini en el Auditorio Nacional de Música (véase aquí: https://scherzo.es/madrid-ocrtve-una-elegia-y-una-misa-para-honrar-a-las-victimas-del-terrorismo/). Tanto el Coro RTVE como el maestro Korovitch conocen muy bien esta obra. Si el pasado mes de marzo interpretaron la versión para orquesta que Rossini jamás vio estrenada, ayer el Coro RTVE interpretó la versión de cámara —con un piano, en lugar de dos, y con harmonium—, en el precioso teatro de la Escuela Superior de Canto de Madrid. Tampoco era la primera vez que interpretaban esta versión de cámara, porque en 2023 también ofrecieron un recital con la versión para piano y órgano en la Capilla del Palacio Real. Eso sí, ayer cambiaron los solistas respecto de las dos anteriores interpretaciones, alumnos de la Escuela Superior de Canto: la soprano Belén Vaquero —potente y con muy buena proyección de voz, sobre todo en el registro medio—, la alto Claudia Mazza —timbre bonito, un poco apagado en los graves, pero potente en el resto de registros—, el tenor José Darío Cano —bien afinado, con estilo, aunque con tendencia al engolamiento en los agudos— y el bajo Alonso Cano —potente, con timbre cálido y fraseo sobresaliente—. Acompañando al coro y los solistas estuvieron Patxi Aizpiri al piano y Alberto Álvarez al harmonium.
Conocido es que la pequeña misa de Rossini ni es pequeña ni parece una misa, sino más bien una ópera. La compuso en 1863, cinco años antes de morir, y la tituló en francés Petite messe solennelle, porque en Francia pasó las últimas décadas de su vida. En la segunda página del manuscrito, Rossini especificó que la misa estaba escrita para doce cantantes de tres sexos, hombres, mujeres y castrati: ocho de coro y cuatro solistas; se estrenó el 14 de marzo de 1864 en la residencia de los condes de Pillet-Will. Quizás fuera esa la razón por la que Rossini se la dedicó a la condesa de Pillet-Will. Anoche, desde el punto de vista vocal, no escuchamos la misa tal y como la había ideado Rossini, aunque sí fue una muy buena aproximación desde el punto de vista musical. No siempre tiene uno la ocasión de escuchar esta misa con piano y harmonium.
El coro RTVE sobrepasa con creces en número a los ocho cantantes originales, pero sin duda la obra ganó en fuerza, lirismo y dramatismo. El coro RTVE ha alcanzado un espléndido nivel en los últimos cuatro años y ayer, en el teatro de la Escuela Superior de Canto, volvió a demostrarlo. Marc Korovitch conoce la obra muy bien y le imprimió un carácter tan sacro como operístico; el coro lució tanto cuando acompañaba a los solistas como cuando cantaba a capela. Arrolladores fueron el Kyrie, Gloria in excelcis Deo y Cum Sancto Spiritu. Los solistas rindieron una muy destacable interpretación, sobre todo la soprano Belén Vaquerizo en el Crucifixus y O salutaris ostia, y el bajo Alonso Cano en todas sus intervenciones. La alto Claudia Mazza cantó un precioso Agnus dei final con el coro —igualmente el dúo Qui tollis peccata mundi con Belén Vaquerizo y el trío Gratias agimus tibi con el bajo y el tenor—; el tenor José Darío Cano entonó el Domine Deus con soltura y buena afinación. El acompañamiento de Patxi Aizpiri al piano fue solvente con algunos momentos muy buenos, aunque algo más de finura en los pasajes solistas se habría agradecido. El piano sonó fuerte, muy por encima del harmonium, al que prácticamente no se le oyó hasta que llegó el solo del Ritornello, más que mediada la misa.
La colaboración del Coro RTVE y la Escuela Superior de Canto de Madrid sirvió para dar a conocer a jóvenes talentos vocales y para ensalzar una música cuya interpretación el público ovacionó cuando concluyó la misa. Coro, solistas y director pueden estar satisfechos.
Michael Thallium