MADRID / Otoño en Varsovia (y en la Comunidad de Madrid)
Madrid. Fundación Juan March. 22-XI-2023. Otoño de Varsovia. Ensemble de la Orquesta de la Comunidad de Madrid. Dirección: Marzena Diakun. Obras de Górecki, Bacewicz, Mykietyn, Lutoslawski y Karlowicz.
El tercero y último concierto del ciclo Un siglo de música polaca, de la Fundación Juan March, titulado Otoño en Varsovia, ha ofrecido cinco piezas en formato de orquesta de cámara que, en efecto, abarcan el siglo y que muestran sensibilidades muy distintas.
A un concierto de hora y media, poco más, no podemos pedirle que ofrezca un panorama de los creadores más significativos del siglo. Están algunos de los que son, como los grandes Grazyna Bacewicz y Witold Lutolawski, o como Górecki. Hay un valor de la nueva música polaca, aunque no se trata de la obra de un jovencito, Pawel Mykietyn (1971), y se cerraba el programa con una suite de cuatro danzas, Serenata para cuerda, música ligera que rozaba lo banal, de Mieczyslaw Karlowicz (1876-1909).
Los guiños neoclásicos de Górecki (acaso no sean guiños) en sus Tres piezas al estilo antiguo, exponen temas que crecen, a veces desde la pura célula; ese crecimiento es su trama, su narrativa. En cambio, Contradizione, de Grazyna Bacewicz, sensacional compositora muy poco conocida entre nosotros, presenta temas que crecen desde la lógica del color, del timbre, que derrochan insinuaciones y que huyen de lo afirmativo; sutil, siempre sugerente.
Los tres movimientos, 3 for 13, de Pawel Mykietyn (1971) parten del silencio (si no fuera por el golpe de timbal con que todo da comienzo), o quién sabe si juegan con el silencio, en un viaje en busca de tema, y ese tema se configura como melodía de colores, a la manera vienesa pero con muy distinta resonancia, y con un importante crecimiento sonoro.
La Música fúnebre de Lutoslawski, compositor y director conocido de los antiguos aficionados que lo vimos dirigir en nuestro país, es una pieza fuerte dentro del concierto. Sin embargo, se echó de menos en la interpretación una mayor dosis de tensión interna, porque esta música desolada corre el peligro de caerse si no se la interpreta con nervio suficiente.
En general, un excelente concierto, en el que Marzena Diakun desplegó su habilidad y su buen arte, acaso menos potente en Lutoslawski; y el grupo de atriles de la ORCAM se mostró en estupenda forma. La sorpresa fue Mykietyn, que no es sorpresa si se pasean ustedes por YouTube. Allí encontrarán también muchas obras de esa compositora excepcional que fue Grazyna Bacewicz.
Santiago Martín Bermúdez
(foto: Dolores Iglesias / Archivo Fundación Juan March)