MADRID / ORTVE: un Chaikovski mejorable y un Stravinsky sobresaliente
Madrid. Teatro Monumental. 10-XI-2022. Javier Comesaña, violín. Orquesta Sinfónica RTVE. Director: Pablo González. Obras de Chaikovski y Stravinsky.
Tras algo más de tres semanas de ausencia —en concreto desde el pasado 14 de octubre—, anoche regresó a la Temporada Raíces el director titular de la Orquesta Sinfónica RTVE (ORTVE), Pablo González. En el ínterin, tuvimos oportunidad de ver dirigir como invitados a Pablo Urbina y a Pinchas Steinberg en sendos conciertos cuyas reseñas ya se publicaron en SCHERZO. La vuelta de González venía incentivada por un estupendo programa y por la presencia —que finalmente fue ausencia— de la violinista María Dueñas. Si hace apenas una semana, en el primer concierto del ciclo Jóvenes Músicos, el pianista Roberto Rúmenov cancelaba por motivos de salud su actuación a última hora —lo cual supuso un cambio importante en el programa—, esta semana ocurrió lo mismo con Dueñas, en la que iba a ser su primera actuación como artista residente de la ORTVE tras su debut con la orquesta hace dos años, en noviembre de 2020. En esta ocasión no hubo cambio de programa —se mantuvieron las obras— porque pudieron encontrar un sustituto de última hora: el joven violinista Javier Comesaña. A Dueñas —confiemos— podremos verla y escucharla los días 13 y 14 de abril de 2023, cuando interprete el Concierto para violín y orquesta de Brahms.
Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893) compuso el popular Concierto para violín en Re mayor op. 35 en 1878, es decir, a la edad de 38 años. Como señala el periodista musical Mario Muñoz en las notas al programa, “desde la pequeña villa suiza de Clarens, Chaikovski comenzará en la primavera de 1878 a disfrutar de la compañía musical del violinista Yosif Kotek, alumno aventajado que traerá con él un buen número de partituras […] El catalizador del Concierto para violín en Re mayor op. 35 será precisamente la interpretación con Kotek de la Symphonie espagnole de Édouard Lalo”. Este concierto consta de tres movimientos —I Alegro moderato, II Canzonetta: Andante y III Allegro vivacissimo— y dura aproximadamente 35 minutos.
Esta obra, de gran lucimiento y virtuosismo, fue con la que anoche comenzó el primero de los dos conciertos —el del jueves— de la quinta semana de la Temporada Raíces. Antes de comenzar el recital, la voz del director de comunicación de la ORTVE, Benjamin Núñez, anunció a los asistentes el cambio de intérprete y agradeció la rápida disponibilidad del joven violinista alcaraleño. Es una obra de gran lucimiento y virtuosismo para el solista. La papeleta que Comesaña tuvo que resolver era complicada: la ausencia de Dueñas, el Teatro Monumental a rebosar de público —bastante gente joven, por cierto— y la premura de los ensayos. Eso, inevitablemente, se notó en la interpretación. Los violines de la orquesta entraron a destiempo al comienzo del concierto y uno, que cerró los ojos para concentrarse en la música y no distraerse con la información que entra por los ojos, tuvo la sensación de que la orquesta iba por un lado y el violinista por otro.
Tampoco Comesaña anduvo muy afinado, sobre todo en la primera parte del primer movimiento y en los pasajes con dobles cuerdas. Más tarde, pudo uno corroborar que, efectivamente, lo que sólo el oído escucha, también tuvo su reflejo visual en los gestos que violinista y director se intercambiaron en algún momento. El tempo rápido elegido para el tercer movimiento, ¿estaría pensado para Dueñas en lugar de para Comesaña? Sea como fuere, las correcciones tuvieron que hacerse sobre la marcha y Comesaña las resolvió con mucha profesionalidad. El público aplaudió al violinista, quien ofreció como propina el Andante dolce de la Sonata para violín solo de Sergei Prokofiev (1891-1953). Afortunadamente, hoy viernes, en el segundo concierto, solista y orquesta tendrán otra oportunidad de resolver esos desajustes que anoche se pudieron escuchar y ver. A Javier Comesaña no le falta talento para lograrlo, y la profesionalidad de los maestros de la orquesta está más que avalada. ¡Suerte y al toro!, como dicen los taurinos.
Tras el descanso, llegó La consagración de la primavera de Igor Stravinsky (1882-1971), obra sobre la que han corrido ríos de tinta, especialmente, sobre su provocador y tumultuoso estreno en mayo de 1913 para los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev (1872-1929). Concebida como un ballet, la obra de Stravinsky pronto se independizó musicalmente y, de hecho, en la actualidad, se interpreta más como obra sinfónica que como ballet. La Consagración requiere gran virtuosismo de los maestros de la orquesta es endiabladamente rítmica. Consta de dos partes, La adoración de la Tierra y El sacrificio, divididas a su vez en ocho y seis partes, respectivamente, cada una de ellas.
Tanto Pablo González como la orquesta estuvieron mucho mejor, más acertados y conjuntados con Stravinsky que con Chaikovski. González logró algunos colores sonoros y atmósferas de bellísima factura. Quizás uno echó en falta algo más de ritmo electrizante y seco en algunos pasajes y también algo más de claridad en los tutti fortísimos. Muy buenos fueron los momentos de silencio súbito tras las apoteosis de ritmo frenético y sonoridad plena. La interpretación de la ORTVE fue sobresaliente, aunque no cum laude. Caben destacar las interpretaciones de la sección de trompas, trombones y tubas. Mención especial merecen los percusionistas. El muy nutrido público lo reconoció con gran aplauso al terminar la obra.
Michael Thallium
2 comentarios para “MADRID / ORTVE: un Chaikovski mejorable y un Stravinsky sobresaliente”
<strong>… [Trackback]</strong>
[…] Find More Info here to that Topic: scherzo.es/madrid-ortve-un-chaikovski-mejorable-y-un-stravinsky-sobresaliente/ […]
<strong>… [Trackback]</strong>
[…] Find More on that Topic: scherzo.es/madrid-ortve-un-chaikovski-mejorable-y-un-stravinsky-sobresaliente/ […]
Los comentarios están cerrados.