MADRID, ORTVE / Música para el viaje de Magallanes/Elcano

Madrid, Teatro Monumental, 25 marzo 2022 / Orquesta Sinfónica de RTVE. Rafael Aguirre, guitarra. José Luis López Antón, director. Obras de Soro, Rodrigo, Braga Santos y Ginastera
Concierto especial programado por la Orquesta de RTVE para conmemorar el V Centenario del viaje de Magallanes y Elcano, con obras españolas, portuguesas y de América del Sur. Previamente, como ocurre en estos días, se hizo un homenaje a las víctimas de la guerra de Ucrania con un arreglo de un conocido tema de John Lennon en el que también intervino el Coro de RTVE, que no intervenía en el concierto.
Se abría el programa oficial con Tres aires chilenos de Enrique Soro, una obra de 1942 que supone una de las escasas incursiones en el nacionalismo de este músico, cuyo estilo pertenece más al tardorromanticismo. Soro no tuvo el empuje de algunos de sus contemporáneos, como Santa Cruz, Allende o Letelier, ni menos del posterior e internacional Orrego Salas, pero es músico aseado y la obra se escucha con agrado. Venía después una de las obras más emblemáticas de Joaquín Rodrigo, la Fantasía para un gentilhombre, donde maneja con brillantez y maestría los noble aires dieciochescos de Gaspar Sanz. El guitarrista Rafael Aguirre, sin duda una de las mayores figuras actuales de su instrumento, lo tocó de manera impecable con esa conjunción obra/intérprete que es el mayor logro de la música de concierto como arte. Gran música y gran intérprete. La propina, argentina eso sí, fue de menos enjundia.
En España se tiende a ignorar, tan estúpida como injustamente, la música portuguesa, que traía aquí a uno de sus mejores compositores. Joly Braga Santos representa, junto a Fernando Lopes Graça, a una generación que acercó sus lenguajes a los europeos de su tiempo y permitió así el nacimiento posterior de la vanguardia portuguesa de los Nunes, Peixinho, Pires etc. Braga Santos es autor de cinco excelentes sinfonías y una de sus obras más conocidas es esta Obertura sinfónica n.3 , de 1954, que equilibra el lenguaje centroeuropo con lo portugués y exhibe una construcción sólida y una interesante orquestación.
Pero, sin duda, la joya del concierto era Variaciones concertantes de Alberto Ginastera. Compuesta en 1953, es una de las primeras obras maestras del compositor argentino. Cada variación es un mundo creativo y la estructuración del conjunto una lección de alta composición. Concebida además para el lucimiento de una orquesta, permitió que los numerosos solistas de la de la ORTVE brillaran en una interpretación irreprochable. Gran prestación de la orquesta, que exhibió su gran categoría.
Dirigía José Luis López Antón, uno de los bastantes directores jóvenes de calidad con que cuenta ahora España, quien llevó todo el concierto con autoridad, acompañó bien y permitió que cada obra luciera sus propios valores en un programa que fue realmente muy agradable, con música poco trillada.
Tomás Marco